Opinión / Noticias / Antonia Muñoz

9.Ago.2016 / 11:32 am / Haga un comentario

Foto: Archivo

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A veces para no ser mal interpretados decidimos no insistir en ciertas actitudes que nos parecen preocupantes, por decir lo menos. Sin embargo, al final llegamos a la conclusión que no debemos autocensurarnos y mucho menos cansarnos aunque parezcamos  repetitivos. Nos preocupa que constantemente se invoque  el diálogo, pero el intercambio de ofensas y descalificaciones parece la historia de nunca acabar. Cada grupo puede defender sus posiciones sin claudicar pero sin necesidad de irrespetar al otro o la otra. Hoy insistimos en recordar que “la palabra tiene poder”. Así, la palabra sirve para construir, pero también sirve para destruir. Construir o destruir  con la palabra es una decisión personal, pero tiene una innegable implicación y consecuencia colectiva ya que toda sociedad establece normas al respecto. En este sentido, quienes ocupan posición de liderazgo son las primeras y los primeros obligados  a cumplir dichas normas. Quienes están en posición de mando, en posición de eminencia deben marcar las pautas, señalar el camino, dar el ejemplo. Está prohibido olvidar que sólo con el ejemplo se enseña, lo contrario es acogerse al dicho que reza: “Haz lo que yo digo, pero no lo que yo hago”.

 En relación a cómo construir o rectificar la práctica del buen hablante y el buen oyente, que no es otra cosa que usar un lenguaje respetuoso en nuestras comunicaciones y aprender a escuchar (no sólo a oír) a nuestro interlocutor, primeramente debemos poner la lupa en la familia, ya que son los padres los encargados de dar ejemplo a sus hijos de  cómo deben comunicarse en el hogar: si se habla o se grita, si los padres y los hermanos  se respetan o se agreden verbalmente. En términos de instituciones ductoras de las comunicaciones, el primer lugar le corresponde a la escuela, ya que son las y los maestros quienes deben reforzar o corregir lo que comienza en el hogar. Todos los Medios de Comunicación deberían servir  realmente para informar, formar y entretener. Algunos Medios sirven para gritar, descalificar y deformar la mente de los venezolanos, porque la prioridad es el interés politiquero personal o grupal de alguien, de una corporación o de un imperio.

Finalmente, tenemos a quienes ocupan los liderazgos de instituciones  como la iglesia, la militar y los diferentes poderes del Estado. Por eso es reprobable que algunos líderes de las instituciones más importantes del país se comuniquen usando casi siempre un lenguaje descalificador e incluso procaz.  La comunicación efectiva no sólo es imposible a través de un intercambio de insultos, sino que  es el peor  ejemplo que se le puede dar a una sociedad. De tal manera que nos permitimos participarles que estamos saturados de estridencias, estamos cansados de discusiones estériles. Por favor, enseriemos el   debate. Todo lo que debemos hacer y cómo lo debemos hacer está establecido en la Constitución y demás leyes que se derivan de la ley madre. ¡CHÁVEZ VIVE. LA LUCHA POR LA PATRIA SIGUE!

Guanare, lunes 8 de agosto de 2016.

 

 

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