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20.Feb.2019 / 02:09 pm / Haga un comentario

Foto: Referencial

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Por: Richard Canan

Según la dictadura dominante que la extrema derecha intenta imponer a través de las Redes Sociales (tuitocracia le llaman), a partir del 10E, perdón del 23E, perdón del 12F, o perdón del próximo 23F, el gobierno legítimamente electo en Venezuela, virtualmente ha sido (o será, vaya enredo) derrocado por un golpe de Estado parlamentario, a cuya cabeza está un ignoto personaje sacado del manojo de cartas del arribismo, el oportunismo y el vergonzoso desespero de la derecha por asaltar el poder político violando descaradamente la Constitución.

Claro, la mayor parte de los anhelos delirantes de la derecha ocurren exclusivamente en el ámbito de sus Redes Sociales. Pero ya los conocemos, plaza Altamira Reload. Por eso, por más empeño que pongan los ejecutores del golpe virtual, sus fogosos deseos no empreñarán a nadie. Y es que esta derecha, carente de base popular y de masas, no termina de convencer ni siquiera a sus propias minorías. Si revisan bien sus actos y puestas en escena, todas las imágenes revelan al tumulto de sifrinos y burguesitos que se amontonan afanosos alrededor del golpista usurpador.

La realidad sobre el territorio es otra. Las circunstancias y el tiempo están demostrando que los planes golpistas están tropezando con algunas dificultades, más que todo limitaciones de concreción. Principalmente en la incapacidad de convertir sus maliciosos planes en resultados que les permitan arrasar de cuajo con todos los poderes públicos (justamente ejecutado por aquellos que se rasgan las vestiduras por la supuesta falta de separación de poderes). Su cacería de brujas se vierte también sobre nuestra Fuerza Armada Nacional Bolivariana, que ha resistido incólume todos los ataques.

La película en modo tragicomedia no tiene desperdicio. Tenemos un señor autopostulado como presidente, al mejor estilo Carmona Estanga, cuya única base real de apoyo y negociación lo representan las tropas mercenarias del Tío Sam, liderizadas por el inefable y perturbado sheriff Donald Trump.

Que a una pretendida autoridad venezolana le levante la mano el jefe de turno del Imperio Norteamericano, como si fuese un agente al servicio de ese país, es algo que el pueblo no va a permitir. Y este es quizás el mayor error de cálculo en este intento suicida de Guaidó y su delincuencial “equipo” (suerte de “IESA Boys” neoliberales que evocan al desastroso paquetazo de Carlos Andrés Pérez).

A estas alturas estamos claros, solo el sifrinaje y la militancia de los partidos de extrema derecha apoyan el salto al vacío de Guaidó. Pero el pueblo trabajador, el pueblo llano, no mueve ni ápice por este golpista que solo cuenta con el espaldarazo de Donald Trump, para lo cual le ha ofrecido vía libre sobre todos nuestros recursos naturales.

Pero los tiempos han cambiado. Vivimos en un mundo multipolar. Y en este escenario el Comandante Chávez nos enseñó con maestría los caminos y mecanismos de interacción con otros pueblos hermanos. Todo en base al respeto, la solidaridad y el apoyo mutuo. Chávez cultivó alianzas por todo el planeta, con pueblos libres y soberanos. La lista es afortunadamente larga. Encabezada por Rusia, China, India, Irán, Turquía, Bielorrusia y los bloques de países del Alba y de África. Estados soberanos e independientes con los que tenemos un intercambio comercial activo, equitativo, sin condicionamientos o extorsiones como pretende la derecha mundial.

Ya hemos dicho que el mejor ejemplo de resistencia ante la soberbia imperial es Cuba, que ha estado erguida durante 60 años frente a los ataques, bloqueos y demás desmanes del torpe Imperio Norteamericano, el cual insiste en imponer al tal Guaidó, por el cual ningún venezolano ha votado, para que les facilite el ingreso de una fuerza militar extranjera para invadir el suelo patrio; autorice criminalmente el bloqueo de las cuentas financieras de la República; o para que saquee las empresas del Estado, propiedad de todos los venezolanos.

Estados Unidos nuevamente se equivoca (mea fuera del perol) al insistir en utilizar medidas de fuerza y coerción en contra de nuestro pacífico pueblo. Con el bloqueo económico, financiero y comercial que nos aplican, se evidencia su afanoso deseo golpista. Alerta, este es un peligro real, ya que estamos, por primera vez en nuestra historia republicana, enfrentando a una cofradía de lacayos y apátridas, convertidos en serviles peones del Imperio Norteamericano. Así está constituido el “equipo” que ahora dirige Leopoldo López, el verdadero incitador detrás de la marioneta Guaidó.

Guaidó es solo un perrito faldero que lleva el hueso y mueve la cola, esperando gozosamente que el macilento Tío Sam descargue mortalmente su garrote asesino. La extrema derecha criolla ha desempolvando la anacrónica Doctrina Monroe, para darle al término “América para los americanos”, una nueva concepción en este siglo XXI: ordene míster Trump, que aquí estamos los serviles cipayos arrodillados a sus pies.

En algún momento Guaidó y su “equipo” de asaltantes rapiñeros se enfrentarán a la justicia para responder por la usurpación de funciones de los poderes públicos, el peculado de uso, la desviación y malversación de los recursos del Estado. Lo peor es que enfrentarán por siempre el repudio del pueblo venezolano, pues a los cipayos vendepatria no los quiere nadie.

 

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