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20.Dic.2021 / 08:28 am / Haga un comentario

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Por Jesús Faría

El presupuesto es un poderoso instrumento para incidir sobre el desarrollo socioeconómico y político de cualquier nación. El Estado percibe los ingresos de los diferentes sujetos económicos por la vía de impuestos y los inyecta a la economía con propósitos muy bien definidos en correspondencia con los intereses y beneficios de determinas clases sociales. Como pocas líneas de acción, los presupuestos revelan la esencia filosófica y política de un gobierno.

Un gobierno de derecha tiene como característica básica reducir la carga tributaria de las corporaciones y recortar el gasto público, en general, y las inversiones sociales, en particular. Cuando hay una expansión del gasto, este apunta especialmente al gasto militar, que se traduce en jugosos negocios para las industrias militares.

Entre tanto, gobiernos de izquierda recaudan impuestos de manera creciente de los sectores pudientes de la sociedad y los canalizan a través de las políticas sociales a los sectores más necesitados de la nación.

En relación a lo que podríamos definir como la economía política del poder, una fuerza política conquista el poder para llevar a cabo un programa de gobierno y en el caso de una revolución es para impulsar grandes transformaciones en función de los intereses históricos de pueblo rabajador.

El presupuesto del año 2022 que, como cada presupuesto se enmarca en el Plan de la Patria y sus objetivos históricos, evidencia un nivel de ingresos aún reducido en comparación con los años anteriores a este durísimo periodo de turbulencias provocadas por el bloqueo económico, pero, sin embargo, representa un monto mayor a los registrados en el período 2018-2021. Esto revela la recuperación de la producción petrolera y su aporte fiscal, así como el aumento del aporte del sector privado en razón del enorme esfuerzo que realiza el SENIAT, como ente recaudador de impuestos en el país.

En cuanto a los gastos e inversiones públicos, destacan dos aspectos fundamentales. Por una parte, tenemos la inversión social que representa el 70% del ingreso presupuestado, como siempre ha ocurrido durante la revolución bolivariana. Se trata de mejorar la educación, salud, alimentación, protección social, vivienda, etc., terriblemente afectadas por el brutal bloqueo yanqui contra nuestro pueblo. Se trata de la recuperación de nuestras políticas socialistas.

En relación al tema productivo, el objetivo perseguido es mantener la recuperación productiva ya en marcha después de una brutal caída económica nacional en los últimos 7 años como resultado de la asfixia económica aplicada por el imperialismo y a las turbulencias políticas internas desde el año 2013. Dicha recuperación tendrá lugar en condiciones del progresivo avance de la estabilización macroeconómica. De hecho, este año tendremos la inflación más baja desde el año 2017 y aunque todavía estamos lejos de la meta antinflacionaria, el avance es muy considerable.

Finalmente, las victorias bolivarianas frente a la injerencia yanqui y sus intentos de desestabilización por diversas vías, incluyendo la victoria electoral del 21/N, generan un escenario político interno de paz, democracia y estabilidad, lo cual es esencial para la recuperación de la producción nacional y la instrumentación del presupuesto del 2022.

 

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