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«La oposición es el único sector que habla de suspender las elecciones parlamentarias del 6-D, pues ningún militante de la Revolución ha expresado o tan siquiera sugerido esta posibilidad. Por el contrario, las fuerzas revolucionarias se encuentran desplegadas por todo el país, en el trabajo electoral para lograr la victoria perfecta», señaló el diputado Eduardo Piñate (PSUV/Distrito Capital).
El parlamentario expresó que las afirmaciones opositoras en el sentido de que los cierres fronterizos y declaratoria de estados de excepción en la frontera colombo venezolana tienen este fin, son solo parte de una campaña de medios con declaraciones caprichosas y descontextualizadas, pero que no tiene presencia en la calle preparando sus fuerzas para las venideras elecciones, como sí lo está haciendo el Gran Polo Patriótico Simón Bolívar (GPPSB).
Precisó que la militancia y los dirigentes del GPP están trabajando desde el año pasado activamente y ya se inició el proceso de formación de testigos electorales municipales y se avanza en los parroquiales, además que los candidatos están desplegados en las comunidades porque “nuestra campaña está en la calle y dentro de los barrios, vinculándonos con el pueblo y estrechando las relaciones con él”.
En este contexto aseguró, que es la derecha quien verdaderamente desea la suspensión de las elecciones de diputados al parlamento, pues sabe que perderá ante la unidad revolucionaria, ya que por cada candidato del GPP que va en “alianza perfecta” participan cuatro de la derecha.
Durante su participación en el programa Asamblea Viva, transmitido por la televisora del parlamento, Eduardo Piñate fue consultado sobre los conflictos fronterizos que han sido provocados por el imperialismo contra Venezuela, destacando que tanto (Juan Manuel) Santos como (David) Granger son peones del imperialismo y las transnacionales, apoyados por la oligarquía nacional e internacional que tiene como único objetivo acabar con la Revolución Bolivariana.
Aseguró que el Presidente colombiano se vio obligado a sentarse a dialogar por la intervención de Unasur y la Celac, para bajar las presiones planteadas por el cierre de la frontera y el estado de excepción, lo que no se desmontará hasta que estemos listos para volver a una la situación normal sin bachaqueo, contrabando, ni paramilitarismo en esa zona.
Estimó que el proceso de normalización de la frontera será largo porque la población colombiana del otro lado de la frontera se acostumbró, en los últimos años, a vivir de lo obtenido por contrabando, bachaqueo y delitos económicos, como el debilitamiento del bolívar. “El gobierno colombiano se acostumbró a trasladarnos el peso de su política neoliberal y a que sus problemas sociales se los resolviera el modelo socialista venezolano “, puntualizó el parlamentario.
Finalmente, consideró que serán conversaciones complejas, pero resaltó la voluntad de paz del presidente Maduro que ha logrado sentar a todas aquellas personas con quienes se debía dialogar para desactivar conflictos bélicos en potencia, a pesar de la oposición de los mismos.
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