Noticias

7.May.2019 / 02:00 pm / Haga un comentario

Foto: Misión Verdad

Foto: Misión Verdad

El día después del fallido golpe de Juan Guaidó, la red social Twitter cerró las cuentas de los medios Correo del Orinoco y el Diario Vea, entre ambas superan el millón de seguidores. Estas cuentas difunden noticias sobre las actividades oficiales y políticas del chavismo, además del acontecer venezolano desde una óptica contraria a la mayoría de los medios internacionales.

Lo mismo sucedió con cuentas de la vicepresidencia de la República, los ministerios de Educación, Petróleo y la Mujer.

Estas restricciones, en muchas ocasiones temporales, vienen creciendo desde que empezó el año con la autoproclamación de Juan Guaidó. Es conocido, por ejemplo, los constantes ataques a la cuenta en inglés del medio internacional Telesur, así como de importantes influencers del chavismo que tan solo por publicar videos sobre el chavismo son atacados en la red para que sean quitados de la misma en un formato clásico de acoso y derribo.

Esta parcialización de Twitter con cuentas afines al chavismo contrasta con la permisividad que tienen los censores de la red con quienes deliberadamente promueven el linchamiento virtual y el odio. De ejemplo sirve la falta de medidas contra el senador Marco Rubio, quien en reiteradas oportunidades ha promovido el asesinato de Nicolás Maduro, tan sólo por citar el caso más evidente.

De la misma forma se puede clasificar los llamados de cuentas particulares del antichavismo, como la del psicólogo Alberto Barreras, quien lanzó la campaña «Vamos por Ti» en un claro llamado a amenazar a todas las personas identificadas con el chavismo.

Venezuela entra en una nueva era de censura global 

Después del triunfo de Donald Trump, el Congreso de Estados Unidos a través de distinas comisiones se encargó de interpelar a los altos ejecutivos de Facebook, Google, Twitter y YouTube.

El próposito principal de los congresistas a favor de esta interpelación, en su mayoría cercano a la industria armamentística, era exigirles a estos ejecutivos que elaboraran estrategias para evitar que países como Rusia, China, Irán y Venezuela influyeran en la opinión pública estadounidense y mundial con «campaña de noticias falsas». 

Por supuesto, el más atacado de todos fue Mark Zuckerberg, dueño de Facebook, luego de que se conociese que Cambridge Analytica había utilizado información privada de los usuarios de su red social para hacer una campaña segmentada a favor de Donald Trump (también acusado de haber sido beneficiado con una campaña de noticias falsas realizada por Moscú, algo que nunca se pudo probar). 

A partir de este momento, las principales compañías de Silicon Valley le juraron lealtad a la política de Estados Unidos en un claro regreso al espíritu inicial de Internet, financiado por el Pentágono en los años 60 para que su primera red conocida como Arpanet, fuese una base de datos de las distinstas agencias de seguridad de Estados Unidos. 

Desde este momento, el primero en nombrar a un grupo de censores fue Facebook al contratar al Atlantic Council’s Digital Forensic Research Lab (DFR Lab) para «identificar, exponer y explicar la desinformación durante las elecciones en todo el mundo, aparte de determinar quiénes diseminan información falsa por parte de actores estatales hostiles que promueven contenido divisorio y ataques a informes basados en hechos e investigaciones». Este grupo pertenece al Atlantic Council, considerado en Washington la OTAN de los tanques de pensamiento. 

Por su parte, Google armó un grupo de censores disfrazados de expertos para sacar de línea a las campañas de noticias falsas creadas en el exterior. Así, por ejemplo, fue que Google sacó de sus plataformas al canal iraní HispanTV, y eliminó 8 millones de videos en YouTube, de acuerdo al columnista de Rolling Stone, Matt Taibbi.

Incluso Google creó una lista negra de medios alternativos en línea para que no aparecieran en sus búsquedas, según reveló el medio Daily Caller. 

Los casos de HispanTV y PressTv, ambos de propiedad iraní, son demás ejemplares ya que tantos sus cuentas oficiales en estas redes sociales han sido sacadas en línea como la de muchos de sus periodistas. De la misma forma se actuó contra Alex Jones de Infowars, partidario de Donald Trump, cuando el año pasado se le borraron por completo todas sus cuentas en YouTube, Twitter y Facebook. 

En una de las audiencias en la Comisión de Inteligencia del Senador, el CEO y fundador de Twitter, Jack Dorsey, se comprometió a «arreglar» que no sucediesen más campañas de desinformación a través de trolls y bots. Casi un año después, los resultados están a la vista. 

El caso venezolano y la línea roja de Julián Assange 

El arresto de Julian Assange, fundador de Wikileaks, significó un paso importante hacia la restricción de la libertad de expresión para las voces alternativas y el periodista de investigación. La causa contra su persona en los Estados Unidos es por demás ejemplar debido a las acusaciones de colaborar con la ex soldado Chelsea Manning para hacerse de secretos de Estado.

En la misma línea van las actuaciones de los gigantes de Silicon Valley que en sus plataformas concentran la mayoría de los usuarios en línea. Twitter por eso actúa en consonancia a las declaraciones del senador Chris Murphy, quien afirmó en las interplaciones en el Congreso que la «supervivencia de la democracia estadounidense depende de la capacidad de sacar en línea la campaña de mentiras contra su nación». 

En esta etiqueta de «campañas en línea contra Estados Unidos» entran todas las denuncias contra el golpe de Estado de Juan Guaidó, y el bloqueo contra Venezuela, entre muchas otras agresiones. 

Por eso la ofensiva de Twitter contra las cuentas chavistas busca «proteger», de todas las maneras posibles, el sentido común dominante del poder corporativo ante el hecho de que cada vez es menos creíble cuando son expuestas sus mentiras. 

Misión Verdad

 

Hacer un comentario.




Los comentarios expresados en esta página sólo representan la opinión de las personas que los emiten. Este sitio no se hace responsable por los mismos y se reserva el derecho de publicación. Aquellos comentarios que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, que estén fuera de contexto y/o que atenten contra la dignidad de una persona o grupo social, este sitio se reservará el derecho de su publicación. Recuerde ser breve y conciso en sus planteamientos. Si quiere expresar alguna queja, denuncia, solicitud de ayuda u otro tema de índole general por favor envíe un correo a contacto@psuv.org.ve