Noticias

21.Mar.2016 / 02:36 pm / Haga un comentario

Foto: Misión Verdad

Foto: Misión Verdad

Los economistas graduados en universidades como el IESA o la UCAB, los medios y agencias financieras más recalcitrantes como Financial Times o The Wall Street Journal y los diputados tecnócratas como José Guerra y Alfonso Maquina, responsabilizan al control cambiario de ser causa y efecto, principio y fin, de la compleja situación económica que vive Venezuela.

Hasta de las frustraciones existenciales y de las exageradas ambiciones insatisfechas de consumo de la buchona clase media venezolana es responsable el control cambiario.

Pero la compleja situación que vivimos no es peculiar de ningún país en especial, sino que es el resultado de un modelo de producción capitalista que se encuentra en un proceso de gran deterioro producto de sus propias contradicciones. Si no nos cree, cliquee aquí y se dará cuenta. No es una opinión de esta redacción, es una realidad imposible de esquivar.

Incluso Venezuela, en medio de esta tormenta global, ha demostrado con todo y la destrucción programada de componentes estratégicos de la economía (sistema de abastecimiento alimentario y de medicinas) a causa de la guerra contra el país, que está adelantada en muchos sentidos para aguantar los progresivos embates del colapso financiero mundial.

Países cercanos como Colombia, Perú, México o Chile, los «más desarrollados» de la región latinoamericana según los medios corporativos, demuestran todo lo contrario debido a que su estrecha relación con el mercado financiero internacional provoca una enorme situación de caos interno cada vez que Wall Street y los grandes bancos globales pegan la boca contra el piso.

Responsabilizar al control cambiario de «las crisis económicas», y en este caso específico de «la crisis» en Venezuela, omite por todo lo alto los negocios especulativos y el robo intensivo que las burguesías locales (en beneficio siempre de corporaciones y bancos globales) siempre han cometido sobre las poblaciones y los recursos energéticos de los países a través del saqueo de las reservas internacionales, aunque medios y presidentes hablen de «progreso», «desarrollo» y «democracia».

Los acumuladores de capital privado, sean empresas o bancos, nacionales o extranjeros, siempre querrán acumular más y más capital, es su fin existencial, su actividad económica, su razón de ser. No son «buenos» o «malos», no es un problema ideológico, es el diseño de la sociedad lo que impone esa lógica.

El control cambiario frena parcialmente este robo intensivo y evita la exacerbación de sus daños colaterales. No de gratis banqueros y empresarios venezolanos utilizan a sus diputados en la Asamblea Nacional para armar albortos y plantear la «necesidad» de reformar leyes estratégicas del Estado en lo económico para volver a ese esquema de «libre cambio» donde ellos siempre serán los únicos ganadores.

Se vende la idea de la desaparición del control cambiario como aquel escenario donde todos tendremos dólares para comprar baratijas y electrodomésticos por Amazon y donde todos podremos pasear por las calles de Madrid o París sin mayores preocupaciones. Pero si analizamos la situación en Argentina, que bajo la dirección de Mauricio Macri fue desmantelado el control de cambio, nos daremos cuenta que no es más que otra publicidad engañosa y que los empresarios, corporaciones y banqueros que tanto presionaron por su desaparición son los que están gozando la mejor parte.

Ningún medio nacional (La Patilla o El Nacional) o extranjero (ABC o The Washington Post) resalta las «bendiciones», el «éxito» y los «logros» de esa medida.

90 días de «logros económicos» que nadie comenta

  • En menos de 90 días 2 mil millones de dólares se han fugado de las reservas internacionales de Argentina. Es decir, 2 mil millones de dólares que banqueros y empresarios (los que acumulan grandes cantidades de capital en pesos) compraron para llevárselos al extranjero y no para «aumentar la oferta de empleo» y «elevar la producción nacional», que según los economistas sifrinos venezolanos es el supuesto fin último de la liberación del dólar. Póngase a creer.
  • Argentina recibió un préstamo de 5 mil millones de dólares de varios bancos internacionales (JP Morgan, HSBC, Deutsche Bank, Santander, BBVA, UBS y Citigroup) a 7% de tasa de intereses a pagar en un año. Ya 2 mil 500 millones de dólares de ese préstamo se han ido en estimular a los mismos banqueros y empresarios que fugaron los primeros 2 mil millones para que no presionen una devaluación (aún mayor) del peso argentino. Igual el peso se ha devaluado en un 60% y ha llegado a 16 pesos por cada dólar en el bello y hermoso libre mercado que coloca los servicios públicos y el precio de los alimentos por las nubes todos los días. Ahí es donde está el efecto más perverso de la liberación de dólar. Pero que todo sea en nombre del «progreso» y del «crecimiento económico».
  • Los ministros tecnócratas de Macri se soban las manos y plantean la emisión de bonos de deuda pública por el orden de los 15 mil millones de dólares, cuyo capital y elevados intereses que le pondrán los bancos internacionales serán pagados en los próximos meses y años por las mismas reservas internacionales que están dilapidando velozmente para financiar la fuga de capitales.
  • Pero no contento con esto, al frente de la Secretaria de Comercio pusieron a controlar los precios (y por ende la consecuencia de este cóctel de medidas) a Miguel Braun, sobrino del dueño de la cadena de supermercados La Anónima, uno de los principales especuladores y remarcadores de precios de la Argentina. Simbólicamente, el último nombramiento realizado por Braun fue el del ex Director de Legales de la cadena de supermercados Carrefour, José Ignacio García Hamilton.

Por favor, si consiguen fotografías de millones de argentinos celebrando la desaparición del control cambiario, adquiriendo productos como nunca antes por Amazon, viajando por Asia central y comprando toda la carne que Cristina Fernández les negó, producto del control cambiario, por favor envíelas. Aquí con gusto haremos una galería.

Misión Verdad

 

Hacer un comentario.




Los comentarios expresados en esta página sólo representan la opinión de las personas que los emiten. Este sitio no se hace responsable por los mismos y se reserva el derecho de publicación. Aquellos comentarios que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, que estén fuera de contexto y/o que atenten contra la dignidad de una persona o grupo social, este sitio se reservará el derecho de su publicación. Recuerde ser breve y conciso en sus planteamientos. Si quiere expresar alguna queja, denuncia, solicitud de ayuda u otro tema de índole general por favor envíe un correo a contacto@psuv.org.ve