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El libro Abril, Golpe Adentro, escrito por el periodista y actual jefe de Gobierno de Distrito Capital, Ernesto Villegas, sigue más vigente que nunca, pues la derecha venezolana no se ha detenido en sus pretensiones de desestabilizar al país y, por la vía de la violencia, derrocar al presidente Nicolás Maduro, elegido hace dos años por la vía constitucional.
«Sigue siendo un texto de actualidad y al leer hoy estas páginas y recordar lo vivido es un ejercicio de actualidad», expresó este domingo Villegas, entrevistado en el programa Al Descubierto, transmitido por Venevisión.
En el texto del también periodista, que retrata el golpe acaecido el 11 de abril de 2002 contra el entonces presidente Hugo Chávez Frías, se exponen los actores que apostaron a ese camino insurreccional y que aún hoy siguen apoyando por la insurrección. Muestra de ello es el respaldo que ha manifestado a acciones como el decreto emitido en marzo pasado por Estados Unidos, que declara a Venezuela como una «amenaza» para la nación norteamericana».
«Algunos rostros se repiten, pero los actores que confrontan son los mismos. La tinta con la que Pedro Carmona Estanga firmó su decreto de disolución de los poderes públicos (en 2002) es la misma tinta que utilizó Barack Obama para firmar el decreto contra Venezuela. Son dos decretos que hermanados uno con otro».
Manifestó que la orden ejecutiva del gobierno de Estados Unidos, que ha recibido amplio rechazo a nivel mundial, es la «fase superior del decreo de Carmona», pues ambos desconocen el carácter bolivariano y soberano de Venezuela.
Por casi siete años, Villegas estuvo recopilando datos, informaciones, artículos, entrevistas y material sobre la acción golpista, para luego realizar un ensamblaje que tuviese como objetivo plasmar una historia completa sobre lo ocurrido en abril de 2002.
El resultado de esta investigación, plasmado en el mencionado libro, será recreado por el cineasta Luis Alberto Lamata en una cinta que relatará cómo ocurrió la conspiración que separó a Hugo Chávez del poder durante 47 horas, tras lo cual fue restituido por la presión y la movilización popular.
AVN