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12.Abr.2009 / 02:44 am / Haga un comentario

Por Douglas Bolívar:

Iván Simonovis, discípulo aventajado del Mosad

En sus tiempos como funcionario de la cuarto republicana Policía Científica (Policía Técnica Judicial), Simonovis se ufanaba a los cuatro vientos de su formación en los organismos policiales israelíes. En ese país pasó largas temporadas formándose y aprendiendo cómo reprimir.

En los pasillos policiales se le mencionaba con el remoquete de "chivo eléctrico", porque no podía ver una cámara de televisión porque se lanzaba de cabeza. Simonovis, sin embargo, no hallaba cómo desplegar a plenitud los conocimientos adquiridos con la inteligencia israelí.

Uno de los momentos de mayor disfrute para Simonovis llegaría a mediados de los años 90, en los Valles del Tuy. Un muchacho casi adolescente intenta cometer un delito y es sorprendido por la policía local. Ante ello, el hombre somete a una mujer embarazada y la utiliza como escudo. Y al sitio llegó Simonovis con su grupo de francotiradores.

Ordenó acordonar los alrededores y colocar todas las mirillas a la cabeza de Jhonny Duarte -que así se llamaba el muchacho-. Hasta que en determinado momento Simonovis giró la instrucción de que se disparara al cráneo de Duarte, quien cayó fulminado en el acto. Empero, Simonovis hizo de este acto abominable un circo, pues hasta que las cámaras de televisión no estuvieron instaladas en el sitio no ordenó la muerte, que fue recogida y difundida por Venevisión.

El plan Bratton y Simonovis fracasaron estrepitosamente, y los principales perjudicados fueron los agentes, a quienes dejaron hasta sin patrullas para poder pagarle a Bratton.

Y llegó el 11 de abril y la Policía Metropolitana, bajo la responsabilidad de Simonovis, fue utilizada para masacrar el pueblo. Simonovis, en pleno 11 de abril, estaba en Chuao garantizando la custodia de los cabecillas del golpe.

En su conocimiento, algunos policías dispararon contra el pueblo indefenso. Para no dejar rastro, la central telefónica de la sede central de la PM en Cotiza, fue destruida.

Leopoldo López, Neonazi desde muchacho

Alumno predilecto del grupo neonazi "tradición, familia y propiedad", se inicia en la política al impulso de su madre, alta ejecutiva de PDVSA que le "donó" más de 100 dólares para que su muchacho fundara un partido político. Al conocer que estaba siendo investigada por este hecho, la progenitora de López huyó al exterior.

A López sus genes fascistas le estallaron al máximo durante el golpe de abril 2002, cuando lideró una turba que asedió al ministro de Interior y Justicia, Ramón Rodríguez Chapín, a quien Leopoldo López arrestó ilegalmente al sacarlo de su casa ubicada en el municipio Baruta, con lo que López adicionalmente violó jurisdicción.

Lázaro Forero, Personajillo gris e inescrupuloso

Cuando Lázaro Forero llegó a la sub dirección y luego la dirección de la Policía Metropolitana, detrás de él se producía el ascenso de una mujer que se había labrado una terrible fama de funcionaria implacable e inescrupulosa: Yajaira Castro de Forero, actual esposa de Forero y para aquel tiempo compañera sentimental a hurtadillas de Forero.

Forero, un funcionario gris que escaló a puestos directivos cumpliendo estrictamente las manipulaciones de Alfredo Peña, quien dejó a la PM en los huesos.

Mientras Forero tuvo poder en la PM, las órdenes se instruían desde el barraganato, que actuaba canallescamente humillando a funcionarios. La dama de hierro, fue bautizada, mientras su marido permanecía inerme ante tales hechos.

Forero, por ejemplo, fue el artífice de la jugada miserable contra el comisario Emigdio Delgado, jefe de operaciones de la PM. Ocurrió una marcha popular hacia la sede de la Alcaldía Mayor y el criminal de Alfredo Peña ordenó dispersarla a plomo. Delgado, al frente de las operaciones, se negó a acatar esta instrucción y declaró a las cámaras que él no se iba a prestar para asesinar al pueblo.

Este gallardo acto provocó que al instante se le paralizara un crédito habitacional que estaba a punto de salirle en la misma institución policial. El responsable de ello fue Forero. Delgado dijo a los medios que eso no le hacía a nadie, que él necesitaba su casa para vivir con su esposa e hijos después de más de 20 años de servicio.

Capriles Radonski Pichón fascista

La carrera política de Capriles Radonski comenzó cuando su familia le compró una curul en el viejo Congreso Nacional, a nombre de Copei.
Así fue trepando a fuerza de real que le facilitaba oligarquía, hasta que gana la alcaldía de Baruta, la cual convertiría en su plataforma de pichón de golpista.

En abril 2002, formó parte del enjambre de desquiciados que asedió la embajada de Cuba en Chuao.

Ingresó al recinto diplomático para registrarlo y verificar que algunos líderes revolucionarios no se encontraran en el lugar, violando toda mínima noción de civilidad. La decidida actitud del embajador Germán Sánchez Otero impidió que concretara su acto fascista, y debió salir a las afueras para asaltar a unos disociados a los que dijo: yo no puedo garantizar que ahí no estén porque no me dejaron revisar. Miren ustedes la talla democrática de este cachorro del imperio.

Alfredo Peña Traidor profesional y verdugo del pueblo

Las andanzas choretas del prófugo Alfredo Peña datan desde sus inmemoriales tiempos como director del ahora panfleto El Nacional. Allí hostigó y persiguió a periodistas, amén de arrastrarse miserablemente al patrono para mantener vivo su pellejo.

Además, se hizo profanador del oficio periodístico al publicar una columna anónima de chismes que salpicaban la honorabilidad de todos los reporteros. Se hizo tristemente célebre al imponer la detestable doctrina de que los títulos informativos no tuvieran correspondencia con el texto noticioso.

Su adulancia eterna se la dispensó a los Cisneros, que premiaron su lisonja con un programa de televisión que servía para atacar y vilipendiar a los adversarios de los propietarios de Venevisión.

Cuando olfateó que el triunfo de la Revolución Bolivariana era inevitable, dispuso de todas sus energías para alcanzar un pasaje a Miraflores, donde se instaló como ministro de la Secretaría de la Presidencia. Allí maniobró a favor de su grupo económico y también llevó agua al molino de El Nacional, siempre bajo la tutoría del viejo traidor de Miquilena.

Con el aval de Miquilena, fue seleccionado como el candidato de la revolución para la novísima Alcaldía Mayor, que ganó sin apremios. Inmediatamente soltó el velo y se dejó notar como un traidor. Se inició de frente en la conspiración y no guardó ningún pudor para utilizar a la PM para custodiar a la oligarquía y reprimir al pueblo.

Durante el golpe de abril 2002, estaba en Miraflores con una sonrisa de oreja a oreja departiendo con cierta jerarquía eclesiástica, que también estaba muerta de la risa.

Su hueca consigna de "plomo al hampa" ya revelaba su espíritu de mentecato, y en sus cuatro años de ejercicio se robó hasta los clavos
Cuando se acercaba las elecciones de 2004, y al tanto de que para entonces contaba con un cerrado repudio popular, huyó misteriosamente del país tres meses antes de que se realizaran las elecciones.

Su gestión fue financieramente inauditable. No dejó un bolívar a salvo.


Pedro Carmona Un títere de la oligarquía que se creyó rey

Triste cagatintas de un grupo económico que apenas en el ocaso de su vida lo hizo socio minoritario. Con esta plataforma, y con el visto bueno de la oligarquía, llegó a la presidencia de Fedecamaras, la patronal venezolana que recibe instrucciones directas de la CIA para desestabilizar países.

En diciembre de 2001, Carmona Estanga anunció el país un paro empresarial para quejarse de la promulgación de un conjunto de leyes que iban en grandes beneficios para el pueblo.

Ese fue el pitazo inicial para el plan del golpe de Estado que se concretó cuatro meses después, luego de una intensa actividad del jefe de los empresarios en medios de comunicación y en concentraciones de calle. Todo ello con la bendición de Baltazar Porras y compañía.

Una vez consumado el golpe de Estado la madrugada del 11 para 12 de abril, una orden del imperio puso fin a la discusión de la rebatiña que se echaba cuchillo mientras definía quién se apoderaría la presidencia. Hasta el decadente actor Orlando Urdaneta tenía puestas sus ilusiones en que lo nombraran a él.

Cuando el pueblo salió a las calles para restituir al comandante Chávez, Carmona aparece en Fuerte Tiuna, encerrado en una oficina donde le fue anunciado que quedaba arrestado. El valiente empresario se ensució en los pantalones y rompió en llanto.

Se mantenía bajo arresto domiciliario, hasta que sus panas oligarcas corrieron los gastos de un plan de fuga que lo llevó a la sede de uno gran aliado: embajada de Colombia, donde solicitó asilo.

En Bogotá emplea su tiempo en dar clases y conspirar al amparo de los gringos. Escribió un libro (Mi testimonio ante la historia) en el que relata cómo unos cuantos nombres se querían repartir el país post golpe. Y dijo los nombres de quienes redactaron el adefesio con el cual pretendieron justificar la demolición de la Constitución de 1999.

Nota: Este trabajo forma parte de la edición especial del semanario del PSUV alaizquierda, para recibirlo en formato pdf mandar solicitud a prensa@psuv.org.ve

 

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