Opinión / Adán Chávez Frías

25.May.2014 / 03:21 pm / Haga un comentario

Como humildes y decididos soldados hemos atendido el llamado que el Presidente Nicolás Maduro hace a las y los venezolanos para sumarse a la ofensiva económica, nueva etapa que consolida la victoria obtenida, no sin dolor, en la reciente acometida del fascismo contra la Patria, en un nuevo intento de golpe de estado tratando de frenar la Revolución Bolivariana.

En dicho asedio, pleno de violencia apátrida catapultada y financiada desde los centros imperiales, operaron fuerzas oscuras que, mientras llenaban los medios internacionales, nacionales y estadales de mentiras mediáticas, generaban un patrón atroz destinado a fracturar nuestra fuerza económica a través de complejas operaciones especulativas, de contrabando de extracción, de acaparamiento y la generación artificial de carestía en productos de primera necesidad.

Este plan fascista perpetrado por la burguesía imperialista, fue contenido y derrotado por la audacia y conciencia del pueblo venezolano que, liderado por Nicolás Maduro, entendió las reales motivaciones de la situación económica que se fomentaba. La victoria obtenida en la Guerra Económica se tradujo en su momento, no solo en la colosal victoria electoral en alcaldías y cámaras municipales, sino que, más allá de lugares comunes, significó el ensanchamiento de la base de apoyo popular a las ejecutorias y al liderazgo de la Revolución Bolivariana y Chavista.

Es bueno recordar acá, dentro de los análisis históricos siempre necesarios, las prácticas que el fascismo alemán aplicaba previamente a los países que pretendía invadir el nazi Adolfo Hitler, con sus tropas asesinas. Agentes comandados por el tristemente célebre ministro de Propaganda Joseph Goebbels, colonizaban los medios de comunicación y compraban “el apoyo” de sus comunicadores para calumniar, difamar y mentir, mientras simultáneamente desarrollaban operaciones de estrangulamiento económico a través de la inundación de dinero falso en las economías, acaparamiento de bienes esenciales y contrabando desmedido de la producción de los países víctimas. Cualquier parecido con nuestra realidad actual, no es pura coincidencia; es el fascismo que mantiene hoy día los mismos manuales para atentar contra la libertad de los pueblos.

Nos dicta el Legado de nuestro Comandante Eterno Hugo Chávez que “el proceso revolucionario es como un río que va corriendo y enfrenta distintas situaciones que se van presentando, no es estático. Si no, no sería una revolución”. Por eso, en esta hora que la Patria demanda la fuerza y las luces de sus hombres y mujeres, todo nuestro empeño va encaminado a blindar con la movilización y organización popular, la Ofensiva Económica. Volvemos con Chávez para recordar que “capacidad, eficiencia y eficacia, orientadas a la satisfacción de las necesidades de nuestro pueblo, son los objetivos supremos de nuestra Revolución.”

3 PILARES PARA LA VICTORIA POPULAR

Citamos los tres pilares sobre los cuales se sustenta la Ofensiva Económica: 1) Producción, para la cual reactivamos los motores productivos del país y avanza con mucha fuerza la Misión Agrovenezuela; 2) Abastecimiento, para lo cual combatimos y desarticulamos todos los mecanismos de la guerra económica adelantada por la contrarrevolución nacional e internacional -en la que el contrabando de extracción juega un papel importante- que sabotea los productos de la cesta básica al pueblo; y el logro de 3) Precios Justos, para lo cual se ataca con firmeza la especulación, la inflación y demás arbitrariedades en la fijación de los precios de bienes y servicios.

Para resolver los problemas estructurales de la economía venezolana, el presidente Maduro trazó la línea general de “trabajo por el desarrollo real de la economía venezolana entre todos”. Es decir, de esa línea general se desprende la posibilidad de desarrollar alianzas tácticas o estratégicas en favor del incremento de la producción nacional de bienes y servicios y de la oferta de los mismos con los factores de la economía que padecen las agresiones del capital transnacional.

La estrategia que genera el diseño y desarrollo de mecanismos de control estatal para el establecimiento de precios justos, de lucha contra la especulación -como el mayor de los morbos de nuestra economía- y contra la inflación; va acompañada de las líneas generales, para incrementar la producción y la productividad de todo el conglomerado de empresas estatales, de propiedad social y mixtas e, incluso, de las empresas privadas. De allí que el objetivo de incrementar la producción y lograr el abastecimiento total de la sociedad, nos convoca a todos; teniendo bien claro que estamos en una difícil transición, donde la construcción de Socialismo significa, entre otras cuestiones importantes, que no hay concesiones para el enemigo histórico de la Patria.

CUMPLIENDO EL PROGRAMA DE LA PATRIA

El Programa de la Patria que nos lega el Comandante Eterno, que fue avalado por una inmensa mayoría de venezolanos y venezolanas que aman su país y que hoy es Ley de la República Bolivariana de Venezuela bajo los mecanismos constitucionales, reza en su III Gran Objetivo Histórico: 3.- Convertir a Venezuela en un país potencia en lo social, lo económico y lo político dentro de la gran potencia naciente de América Latina y el Caribe, que garanticen la conformación de una zona de paz en nuestra América. Dentro de dicho Gran Objetivo Histórico, en su II Objetivo Nacional conseguimos que es nuestro deber:

3.2. Desarrollar el poderío económico en base al aprovechamiento óptimo de las potencialidades que ofrecen nuestros recursos para la generación de la máxima felicidad de nuestro pueblo, así como de las bases materiales para la construcción de nuestro Socialismo Bolivariano.

De tal manera que en este momento histórico poseemos la base moral, política y jurídica para acometer la Ofensiva Económica que nos ordena el pueblo venezolano a través de nuestro Presidente Obrero Nicolás Maduro y sabemos que ese pueblo, organizado, movilizado y pleno de conciencia, no cederá un milímetro en la defensa de las justas reivindicaciones sociales, que sólo son posibles con el Socialismo Bolivariano y Chavista; no cederemos en la defensa de la libertad y soberanía que el Comandante Eterno nos dejó.

Y al enemigo imperialista que pretende socavarnos con su burda e inútil política injerencista, le recordamos que hay un pueblo dispuesto a defender su Revolución en todos los terrenos. “Cada día el mundo está más esperanzado en la Revolución Bolivariana”, dijo Chávez a los pueblos del mundo y ese desafío lo asumimos con valentía y sentido histórico, como pueblo heredero del Libertador Simón Bolívar.

Al fin y al cabo, lo decimos guevarianamente: las hijas e hijos de Chávez actuamos guiados por infinitos sentimientos de amor.

¡Chávez Vive, la Patria Sigue!

¡Hasta la Victoria Siempre!!

¡Independencia y Patria Socialista!

¡Viviremos y Venceremos!

 

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