Opinión / Richard Canan

3.Dic.2014 / 10:38 am / Haga un comentario

La burguesía siempre ha estado acostumbrada a actuar con total impunidad, cometiendo a su antojo toda clase de fechorías, crímenes o violaciones a las leyes, todo con el propósito de satisfacer sus intereses, sus vicios o sus compromisos para la defensa férrea del Capital por encima de los intereses del pueblo.

Leopoldo López es un caso típico. Proviene del seno de una de las más rancias familias burguesas venezolanas. Es todo un mantuano. Acostumbrado al control total sobre el poder económico y financiero, López empezó a meter la nariz en la política, ya no para controlar sus hilos y mover a sus títeres desde las sombras (como lo hicieron con AD y Copei primero y con Primero Justicia y Voluntad Popular después), sino para asumir él mismo, como una especie de “ungido” predestinado por la divinidad celestial, la imperiosa tarea de dirigir a sus huestes en la dirección que le permita la inmediata reconquista del poder político, para así devolver a la burguesía todo el poder perdido. Añorantes como son de las viejas candilejas de los palacios imperiales, hediondos a naftalinas, sueñan con el regreso triunfante del pasado cuarto republicano.

Leopoldo López representa a toda la clase burguesa que ha oprimido y expoliado al pueblo venezolano durante décadas. Sus andanzas delictivas no son nuevas, ya en el año 2002, siendo alcalde del Municipio Chacao, participó activamente en el intento de golpe de Estado contra el Comandante Chávez y participó directamente en el ilegal y oprobioso (casi linchamiento) arresto del Ministro del Interior Ramón Rodríguez Chacín. En 2008, la Contraloría General de la República dictó una medida de sanción en su contra, inhabilitándolo a optar a cualquier cargo público, por actos de corrupción cometidos por él durante su paso rapiñero por nuestra empresa petrolera PDVSA. Este es el prontuario delictivo precedente de la estrella de las bandas neofascistas de la extrema derecha.

López es además un saltimbanqui de la política. Con sus pares de la derecha amarilla fundó el partido Primero Justicia, el cual abandona en una “rabieta”, al quedar relegado en elecciones internas del partido. Se une luego al partido Un Nuevo Tiempo, del cual sale precipitadamente, por “salida forzosa”, al no poder imponerse como líder del partido (parece un intento de robar banderas). Sin más pena que gloria no le quedó otra que fundar su propio toldito político, Voluntad Popular. Así pasó estos últimos años saltando de franquicia en franquicia, buscando un lugar donde ser reconocido como líder, jefe máximo y gurú. En Voluntad Popular encontró un lugar donde nadie cuestiona su comiquita de liderazgo. Por demás, es lógico esperar que ningún mantuano que se respete podrá jamás estar subordinado a ningún otro ser humano.

La Salida violenta

Sin inmutarse y midiendo fríamente las consecuencias de sus actos, Leopoldo López promovió y dirigió, de primera mano, la denominada Salida violenta, cuya puesta en escena y despliegue logístico y operacional se inició en febrero 2014. Todo bien planificado y copiando al pie de la letra las recetas gringas de las Revoluciones de Colores. Un plan estructurado de generación de violencia, con la esperanza y creencia de que dichas acciones generarían un efecto dominó de descontento, malestar y desencanto en la población (el mismo libreto de la guerra económica), lo que provocaría el socavamiento de la legitimidad del Gobierno Bolivariano, precipitando así su derrocamiento.

Sin miramientos, sin piedad, sin conciencia, sin razón, sin lógica alguna, las huestes de Leopoldo López desplegaron su Salida violenta contra la población, descargaron todo su odio, generando acciones violentas que iniciaron bajo la fachada de protestas legitimas, pero que rápidamente derivaron en crímenes sanguinarios y en actos terroristas.

Contrario a lo planificado y calculado por López, en su maquiavélico plan de la Salida violenta, el pueblo mayoritario de Venezuela, siempre amante de la paz, le dio el mayor repudio y rechazo a los hechos violentos, dejándolo íngrimo y solo, sin apoyo popular, en este nuevo disparate del orate mayor de la extrema derecha.

Ni siquiera sus socios de la MUD lo respaldaron y acompañaron. Esto es bien significativo, ya que si bien nadie lo repudió a la luz pública, ni un solo líder de importancia lo acompañó y respaldó activamente en su plan de la Salida violenta. Al parecer los veteranos caimanes políticos de la derecha olieron rápidamente que López lo que pretendía era alcanzar el liderazgo opositor a punta de bombas, muertes y violencia. Lo dejaron solo, para que se quemara él mismo en sus hogueras de odio.

Poco a poco la violencia generada por López se fue focalizando y confinando a las zonas de “confort” dominadas por alcaldes de la derecha. Gracias al trabajo de inteligencia se fue descubriendo que las “espontaneas” manifestaciones estaban siendo dirigidas, financiadas y promovidas por militantes y empleados asalariados del partido de extrema derecha Voluntad Popular, el partido del protoprócer fascista Leopoldo López. A estas hordas violentas, se le sumaron grupos paramilitares y una serie de disociados criminales que efectuaron asesinatos y ataques selectivos, matando a sangre fría tanto a civiles inocentes como a funcionarios policiales y de nuestras Fuerzas Armadas Bolivarianas. El único objetivo de los violentos era la sangre del pueblo venezolano.

El resultado político para Leopoldo López, su partido Voluntad Popular y la propia MUD (por tolerante de la violencia) fue un total y estruendoso fracaso. El contundente repudio popular y mayoritario del pueblo venezolano a la pretendida imposición de la Salida violenta, los dejó bien golpeados y con un alto rechazo entre los propios opositores.

Por sus crímenes, manías y obsesiones, Leopoldo López está enfrentando todo el peso de la ley. De cara a la justicia, debe responder por sus responsabilidades penales al dirigir e incitar la Salida violenta. El parte de guerra ya se conoce en todo el mundo y está detalladamente documentado en miles de videos, fotografías, escenas de crímenes, armas incautadas, explosivos y dinero, pero principalmente, en las propias declaraciones y confesiones de los terroristas presos. Este antojo del mantuano Leopoldo López le costó al país docenas de muertos y heridos, la destrucción de bienes y la zozobra y angustia de todo un pueblo.

Leopoldo López no tiene la inmunidad que disfrutaba la burguesía criolla para actuar con impunidad y cometer sus crímenes contra el pueblo. En la cárcel debe pagar por sus crímenes sangrientos. Desde el punto de vista político, ya está disfrutando del peor de los castigos para un político, el repudio generalizado del pueblo, el abandono de sus colegas y socios de negocios.

La Fiscalía no puede amilanarse ante la presión de los lobistas y “corporaciones” de derechos humanos, que se rasgan las vestiduras por el criminal neofascista de Leopoldo López, pero que no hablan en ningún lugar de las víctimas, de los muertos y heridos que dejó su intento fallido de Salida violenta. Otra vez la inmoralidad de la derecha mundial para “tapar” los crímenes de sus socios y lacayos.

Comité de víctimas de las guarimbas y del golpe continuado 2013-2014

Como una gran muestra de dignidad y aplomo, se conformó el Comité de víctimas de las guarimbas y golpe continuado 2013-2014, organizados para “exigir justicia por los delitos cometidos durante estos actos” y además para “informar al país y al mundo lo que ocurrió a partir de los actos de violencia de 2013 y 2014 en Venezuela”.

Esto es importante, porque mientras la derecha presiona por sus medios de comunicación, franquicias políticas y ONGs tarifadas a nivel mundial para que liberen al criminal de Leopoldo López, ahora se le pone rostros, ojos llorosos e historias más que humanas a las viudas, huérfanos y demás víctimas de los antojos y deseos de violencia de Leopoldo López.

Que López, su familia y sus huestes violentas vean a los ojos, si tienen el valor y un mínimo de vergüenza, a estas viudas y huérfanos, a los quemados, a los heridos. Que López deje lloriquear y de excusarse cobardemente por los crímenes que incitó, que sea un político serio y asuma sus responsabilidades. También Tintori puede desgañitarse la garganta gritando ante las cámaras de televisión por la libertad de su marido, pero el que grite más duro no significa que tenga la verdad. Ya ante la historia Leopoldo López tiene sus manos manchadas con la sangre del pueblo venezolano.

Richard Canan

Sociólogo

@richardcanan

 

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