Opinión

14.Nov.2016 / 07:30 pm / Haga un comentario

La política revolucionaria es un arte que debe combinar prudencia, puntería y valentía. Al mismo tiempo las tres, siempre. Gracias a decisiones prudentes, certeras y valientes; estamos cerrando un año de resistencia heroica en lo político. En paz y preservando un poder institucional y social nada despreciable. No hemos tenido que salir a matarnos, a pesar del odio y el sicariato de la dirigencia opositora.

La Revolución, con el Presidente Nicolás al frente, ha logrado preservar la paz, desmontando, uno a uno, planes distintos, hechos con el mismo objetivo central: propiciar más dolores para arrebatarle el poder político a la Revolución, misma que ha sido relegitimada más de 15 veces en 18 años.

Estamos en un momento económico muy difícil, cierto. También es cierto que no estamos peor económicamente porque el Gobierno Bolivariano ha decidido defender a las enormes mayorías de la población ante la arremetida de nuestra burguesía garrapatera. ¿O cree alguien que aquella cuerda de sobrinos de Carlos Andrés Pérez hubiesen aumentado así los sueldos?

La situación económica se nos ha presentado con enormes dificultades, pero se está estimulando, por distintas vías, que la situación mejore drásticamente. Hace apenas 4, 5 años, la Revolución tuvo a nuestro país con los mejores niveles de vida de su historia contemporánea, eso no hay que olvidarlo. La forma en que pudimos hacerlo ya no es posible y tenemos que construir colectivamente las nuevas formas. El proyecto de la Revolución es profundizar las mejoras en la vida de las enormes mayorías y ese proyecto debemos realizarlo con el esfuerzo de todos.

La Revolución se enfrenta al enorme reto de conquistar nuevos logros urgentemente. No estamos ante ninguna mantequilla el año que viene.

El arte de transformar la sociedad es algo que no puede ocurrir a la velocidad de nuestros deseos. Así como hay fuerzas transformadoras también hay fuerzas conservadoras, que impiden nuestro avance inmediato. Pero hay cosas que, por la naturaleza del momento político, tenemos que resolverlas de forma contundente, al costo que sea.

Por ejemplo, el Estado venezolano no puede seguir permitiendo que en una ciudad de más de dos millones de habitantes, el transporte público mantenga una diaria y permanente humillación contra ciento de miles de personas, fragmentando las rutas en toletes para cobrar varios pasajes, además de un maltrato ya hecho común, denigrante. Debemos evaluar qué significa simbólicamente, por ejemplo, que en un hospital público te vendan el suero al frente, en plena calle, en 4 mil bolívares. Es decir, atender, con mayor detalle en los métodos políticos, la realidad  particular de cada ciudad, de cada pueblo.

Tenemos, ahora mismo, el reto de usar nuestras fuerzas (que no son pocas) de formas más eficientes, para defender, lo más que se pueda, la cotidianidad de la gente. Y hacerlo dejando claro en el pensamiento colectivo que son acciones de la Revolución.

¡Sigamos juntos!

Willey Peñuela

 

Hacer un comentario.




Los comentarios expresados en esta página sólo representan la opinión de las personas que los emiten. Este sitio no se hace responsable por los mismos y se reserva el derecho de publicación. Aquellos comentarios que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, que estén fuera de contexto y/o que atenten contra la dignidad de una persona o grupo social, este sitio se reservará el derecho de su publicación. Recuerde ser breve y conciso en sus planteamientos. Si quiere expresar alguna queja, denuncia, solicitud de ayuda u otro tema de índole general por favor envíe un correo a contacto@psuv.org.ve