Fidel Castro Ruz

  • Otra estrella del Tea Party

    Nada menos que Ileana Ros, la que mantenía secuestrado al niño Elián en Miami, promotora de golpes de Estado, crímenes como los de Posada Carriles y otras fechorías, viajará a la vecina Haití, donde el terremoto mató un cuarto de millón de personas y la epidemia de cólera, en plena acción, ha privado de la vida a casi 4 000 y constituye una amenaza para el resto del Continente.

  • Sin violencia y sin drogas

    Ayer analicé el atroz acto de violencia contra la congresista norteamericana Gabrielle Giffords, en el cual 18 personas fueron alcanzadas por las balas; seis murieron y otras 12 fueron heridas, varias de suma gravedad, entre ellas la congresista, con un balazo en la cabeza, dejando al equipo médico sin otra alternativa que tratar de preservarle la vida y evitar en lo posible las secuelas de la criminal acción.

  • Un acto atroz

    Una triste noticia se divulgó en la tarde de hoy desde Estados Unidos: la congresista demócrata por Arizona, Gabrielle Giffords, fue víctima de un atentado criminal mientras participaba en un acto político en su distrito electoral de Tucson…

  • ¿Qué diría Einstein?

    En una Reflexión publicada el 25 de agosto de 2010, bajo el título “La opinión de un experto”, mencioné una actividad realmente insólita de Estados Unidos y sus aliados que, a mi juicio, subrayaba el riesgo de un conflicto de carácter nuclear con Irán. Hacía referencia a un largo artículo del conocido periodista Jeffrey Goldberg, publicado en la revista norteamericana The Atlantic, correspondiente a septiembre de ese año, titulado “El punto tras el que no hay vuelta atrás”.

  • El principal estímulo a nuestros esfuerzos

    Hace dos días explicaba cómo surgió la cooperación médica con Haití, la cual nos llevó a la formación de cientos de jóvenes médicos de ese hermano país y al envío de una fuerza de profesionales cubanos de la salud. No se trata de algo que surgiera por azar. Tampoco nos sorprenden los esfuerzos de Estados Unidos y Europa por desinformar, ocultar y mentir sobre los móviles de la conducta de Cuba.

  • La batalla contra el cólera

    Hago un alto, entre varios análisis importantes que ocupan mi tiempo en estos días, para referirme a dos temas que deben ser conocidos por nuestro pueblo.

    La ONU, instigada por Estados Unidos, creador de la pobreza y el caos en la República haitiana, había decidido enviar al territorio de Haití a sus fuerzas de ocupación, la MINUSTAH (Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en Haití) que, de paso, introdujo la epidemia de cólera en ese hermano país.

  • El deber y la epidemia en Haití

    El momento actual de Haití es grave, y la ayuda urgente requerida es poca. Nuestro agitado mundo invierte cada año un millón 500 mil millones de dólares en armas y guerras; Haití lo que requiere para su reconstrucción y desarrollo asciende, según cálculos de expertos, a 20 mil millones, solo el 1,3% de lo que se gasta en un año a tales fines

  • Siete días sin muertos por cólera

    Ayer expliqué que en Haití habían fallecido 1 523 personas como consecuencia del cólera y a su vez las medidas adoptadas por el Partido y el Gobierno de Cuba. No pensaba escribir hoy una palabra sobre el problema. Desisto sin embargo de esa idea, para elaborar una breve Reflexión sobre el tema.

  • El discurso de Hugo Chávez

    Por la experiencia vivida a lo largo de muchos años, no albergo la menor duda de lo que ocurriría en Venezuela si Chávez fuera asesinado. No habría que partir de un plan previo contra el Presidente; bastaría un perturbado mental, un consumidor habitual de drogas, o la violencia desatada por el narcotráfico en los países de América Latina, para generar en Venezuela un problema extremadamente grave…

  • El discurso de Evo

    Hay momentos en la historia que necesitan un discurso, aunque sea tan breve como el “Alea jacta est” de Julio César cuando cruzó el Rubicón. Había que atravesarlo ese día, precisamente cuando los Ministros de Defensa de los Estados soberanos del hemisferio occidental estaban reunidos en la ciudad de Santa Cruz, donde los yankis han estado alentando el secesionismo y la desintegración de Bolivia.