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El analista político venezolano Ulises Daal indicó este miércoles que la derecha venezolana no se desmarcará de las acciones violentas provocadas en el país, inscrita en planes desestabilizadores promovidos por grupos radicales de ese sector, con el objetivo de continuar recibiendo el financiamiento de organizaciones del gobierno de los Estados Unidos.
Entrevistado en el programa Sin Coba, que transmite Venezolana de Televisión, Daal señaló que, a pesar de que no son todos los sectores de la derecha venezolana las que apoyan una matriz de violencia, «todos confluyen en el financiamiento internacional y ese es el chantaje al cual son sometidos los dirigentes de oposición que no están de acuerdo con acciones violentas».
«Por mantener el financiamiento en dólares del departamento de Estado y sus organizaciones, se dejan chantajear y por eso callan y no salen a desmarcarse de estos eventos», agregó.
Entre esas acciones violentas se encuentra el asesinato de Liana Hergueta, quien fue hallada descuartizada el pasado 6 de agosto en Caracas. Dicho crimen, de acuerdo con las investigaciones, fue cometido por personas vinculadas a círculos de seguridad de partidos de ultraderecha, organizaciones que pagaron bandas de delincuentes para ejecutar acciones violentas de calle como parte del plan de golpe de Estado que dejó 43 personas fallecidas en 2014.
En este sentido, el analista político manifestó que estas acciones muestran cómo la oposición pretende desligarse del marco constitucional, para «acabar con la Revolución a como dé lugar» y derrocar el gobierno del presidente de la República, Nicolás Maduro.
Ante esto, puntualizó que el Estado venezolano debe actuar con fuerza y determinación, con la Constitución y la leyes correspondientes, para «imponer el estado de derecho y así garantizar el estado social, el estado democrático, el estado de justicia».
Este martes, el presidente de la República, Nicolás Maduro, presentó un conjunto de pruebas sobre la paramilitarización de sectores de la derecha nacional, que busca generar caos en la población. Entre las pruebas se encuentra las declaraciones de José Pérez Venta, uno de los asesinos de Liana Hergueta, quien confesó haber recibido entrenamiento paramilitar para perpetrar los planes violentos de la derecha, con financiamiento proveniente de Colombia.