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Nos preocupa la escalada neo-fascista de sectores no democráticos y oligárquicos contra los derechos de los pueblos indígenas, los trabajadores y trabajadoras, las comunidades campesinas, quilombolas, los movimientos sociales y las personas LGTBI. Esta escalada no solo viene impulsada por medios institucionales y jurídicos, sino también por el odio promovido hacia los sectores populares en su conjunto.
Otro eje de la reacción neoliberal y neo-fascista es el uso de la situación migratoria como excusa para la militarización de las fronteras entre nuestros países, particularmente entre Paraguay y Brasil, así como la situación en las fronteras de Venezuela con Brasil y Colombia.
Las amenazas a la paz, la autodeterminación de los pueblos, al principio de respeto a la soberanía y a la no injerencia en los asuntos internos de los países, se impulsan con el objetivo de destruir la integración sudamericana y con el cometido de militarización de nuestra política regional.
Hemos visto en otras regiones cómo los intereses geopolíticos imperialistas han impulsado estrategias de guerra e intervención, como las realizadas en Libia o Siria para controlar los corredores logísticos y de recursos petroleros, con destrucción y millones de desplazados.
Aguardamos se respete la Declaración de América Latina y el Caribe como Zona de Paz, adoptada en la II Cumbre de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) en La Habana en 2014.
Finalmente, llamamos a las fuerzas anti-imperialistas y progresistas de nuestra región a articular acciones para frenar esta escalada belicista contra la paz.
Bancada Progresista del Parlamento del Mercosur