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Foto: Con el Mazo Dando
Por Roberto Malaver
Los miembros caídos de la oposición violenta –quedan pocos- decidieron celebrar hoy el Día de la Madre, pero se encontraron que no saben sí tienen madre, con el padre si están claros, el gobierno de Estados Unidos, es decir, Joe Biden.
Hoy, domingo 9 de mayo, cuando en todo el país se celebra el Día de la Madre, en un alarde de creatividad, Ramos Allup decidió reunir a los miembros caídos de la oposición para celebrar ese día. Antes de llamarlos para que se incorporaran por zoom a la pantalla de su computadora, Ramos Allup pensó: “El padre nuestro es Joe Biden, pero la madre ¿quién será?” Meditó un momento y se volvió a decir: “Eso se lo preguntaré a esta gente para ver si ellos saben si tenemos madre”.
Después de enviarles mensajes por el celular que le trajo su cuñado sancionado por Estados Unidos, de Miami, prendió su computadora y al rato apareció en la pantalla el logotipo del partido Acción Democrática y sonó el “adelante a luchar miliciano” y la computadora indicaba que ya estaba lista para funcionar.
Y allí fueron apareciendo en correcta formación los miembros caídos: Manuel Rosales. Edgard Zambrano, Leopoldo López, Julio Borges, Andrés Velásquez, Carlos Vecchio, Antonio Ledezma, y se escuchó la voz de Ismael García pidiendo permiso para entrar.
– Por favor, Henry, déjame entrar en la pantalla, que yo los escucho nada más.
-¿Están todos de acuerdo? –preguntó Ramos Allup
– Sí. – contestaron secamente los miembros caídos.
Ramos Allup estuvo tentado a colocar el himno de Acción Democrática, pero se aguantó porque sabía que no era el momento. Entonces arrancó la reunión.
– Señores, los he invitado a esta reunión porque tenemos que celebrar el Día de la Madre, eso viste mucho, que salga en la prensa que la oposición violenta, perdón, la oposición democrática, celebró el Día de la Madre, nos hace quedar bien. Es una forma de decir que tenemos corazón.
– ¿Y quién es tu madre? –preguntó Ismael García.
-Te das cuenta. Que tú tienes esa boca abierta todo el tiempo para decir sandeces, Ismael.-le contestó Ramos
– Es que no tenemos madre –dijo Julio Borges.
– Eso es lo que quería discutir con ustedes. Somos un caso particular, todo el mundo sabe que tenemos padre, y que le hacemos el caso que jode, nunca le podemos decir que no, porque acaba con nosotros.-dijo Ramos Allup.
– Si te refieres a Joe Biden, creo que con lo del CNE nos está traicionando. – dijo Julio Borges.
– Es verdad. Están reconociendo al CNE, y eso implica reconocer también a la Asamblea Nacional, y eso implica que entonces nos quedaremos sin el interino –dijo Antonio Ledezma
– Eso lo discutimos después –dijo Carlos Vecchio,-. Estoy dejando de meterme unos dólares por estar aquí en esta reunión.
Ramos Allup, mientras veía y escuchaba a los miembros caídos, sacó el pañuelo y se lo pasó por encimita a la armadura falsa que compró en Toledo, España, y dijo.
– Hoy el Día de la Madre, y ese es el tema. Yo tengo una idea pero me parece muy descabellada. –dijo Ramos Allup
– Como todo lo tuyo, Henry- le dijo Antonio Ledezma.
– Échala para afuera a ver que tan desnaturalizada es –dijo Manuel Rosales.
-Yo no dije desnaturalizada, Manuel, dije descabellada.-le contestó Ramos Allup.
– Es casi lo mismo, Henry- dijo Rosales.
– Bueno les cuento. Podemos llamar a nuestros amigos de los medios de comunicación, y a todos esos periodistas que Carlos Vecchio y Julio Borges le están pagando, para decirles que nosotros estamos celebrando el Día de la Madre, y que nuestra madre es la democracia.
La risa fue plena como la luna llena. En la pantalla se vislumbrada un grupo de hombres que estaban celebrando algo desconocido pero que todos estaban de acuerdo en reírse a “mandíbula batiente”, como reza y dice el lugar común.
-Nadie nos va a creer, Henry- le dijo Edgard Zambrano- No te acuerdas que tú fuiste conmigo a La Carlota para ver si dábamos un golpe el 30 de abril, y eso no tiene nada de democrático. Y el único preso fui yo, por cierto, nunca me fuiste a visitar.
Mientras tanto, en la pantalla se escuchaba todavía la risa de los otros miembros caídos.
-Así que nuestra madre es la democracia, Henry. Tú si las tienes grandes –le dijo Ismael García.
Julio Borges quiso decir algo, pero su risa no le permitió decir nada. Fue Manuel Rosales quien intervino y dijo:
-Yo firmé el golpe de Pedro Carmona y no creo que fue un acto muy democrático, Henry.
Entonces Ramos Allup, viendo que su idea no había logrado alcanzar el éxito que él esperaba, dijo:
-Okey, dejemos esa vaina así, y vayan a celebrar con sus madres, si la tienen, y será hasta la próxima.
Y apagó la computadora que le trajo de Miami su cuñado D´Agostino.