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11.Mar.2015 / 06:23 pm / Haga un comentario

El gobierno del presidente Hugo Chávez enfrentó en 2002 la arremetida de un sabotaje económico que afectó directamente a los sectores más humildes de la población. Lo que comenzó el 11 de abril con el golpe de Estado, continuó en diciembre con el paro petrolero, orquestado por las cúpulas empresariales y sindicales que se extendió por dos meses, convirtiéndose en la huelga patronal más larga de la historia latinoamericana.

Como consecuencia de la violencia y ruptura del hilo constitucional de ese año, quedó en evidencia la vulnerabilidad que en el área alimenticia existía desde el Estado, debido a que durante el paro productos básicos desaparecieron de los anaqueles, como consecuencia de la especulación y el acaparamiento, el cierre de comercios de alimentos, supermercados e industrias agroalimentarias.

Hasta entonces, en Venezuela la alimentación se encontraba contralada mayoritariamente en manos del sector privado que se encargaban de la producción, elaboración, almacenamiento y comercialización de los productos. Esa coyuntura fue la punta de lanza para que el comandante Chávez impulsara el diseño y estructuración de una macropolítica pública agroalimentaria, que busca blindar al Estado ante las pretensiones desestabilizadoras contrarrevolucionarias de la derecha nacional y garantizar que la alimentación se consagre en lo concreto como un derecho y no como un producto mercantil.

«Quisieron rendirnos por hambre, y entonces nosotros dijimos: no, ahora que hemos aprendido esto vamos a tomar decisiones, y fue así como nació la Misión Mercal, Mercados de Alimentos», recordó el líder socialista durante el Aló, Presidente 220, transmitido el 24 de abril de 2005, desde Carora, estado Lara.

Con tamaña tarea a cuestas, el Estado venezolano asumió esta tarea y convirtió a Mercal en la columna vertebral de las acciones del Gobierno Bolivariano para garantizar la seguridad alimentaria y nutricional del país, por lo que creó una red que asegurara el acceso de productos básicos a precios subsidiados, en especial para los sectores más necesitados.

Fueron construidos los llamados Mercales tipo I, dispersados en todo el país, especialmente en las populosas barriadas, los cuales registraron durante su primer año un gran crecimiento. A estos se sumaron los Mercales tipo II que resultaban del acondicionamiento de espacios públicos y privados para la comercialización de alimentos.

Sin embargo, fueron los Mercalitos, que se correspondían con la bodega tradicional, ubicados en zonas de gran densidad poblacional lo que multiplicó la capacidad de penetración de esta acción gubernamental.

Macropolítica para seguridad alimentaria

En 2004, Mercal abastecía a unos nueve millones de venezolanos mensualmente, no obstante necesitaba el país conformar una estructura superior inserta dentro del Ejecutivo Nacional que diseñara lineamientos en términos de macropolítica, con la meta de lograr la seguridad y soberanía alimentaria.

Por lo que, en aras de ello, el 29 de agosto de 2004 Chávez, en su Aló, Presidente 202, realizado en la finca El Juncal, en el estado Guárico, anunció la creación del Ministerio de Alimentación.

«Este ministerio le garantizará alimentación de calidad y barata a todos los venezolanos. Lo que hemos hecho hasta ahora es solo el preludio de lo que vamos a hacer: alimentación para todo el pueblo venezolano», sostuvo el comandante Chávez ese día.

La nueva instancia fortaleció la Misión Alimentación, que en 2008 vio nacer a la Productora y Distribuidora Venezolana de Alimentos (Pdval), que ofrece productos regulados; y en 2010, la red de Abastos Bicentenario, a partir de la nacionalización de una red privada de supermercados.

Para concretar esta visión se crearon leyes, como la Ley de Pesca y Agricultura; Ley de Seguridad y Soberanía Alimentaria; se crea el Ministerio para la Alimentación (Minppal) en 2004, único de su tipo en el mundo; se consolidó la red pública de distribución de alimentos más grande del mundo y en 2010 Chávez incorpora el Instituto Nacional de Nutrición (INN) a la Misión Alimentación para completar la cadena en el área del consumo, entre otras tantas cosas.

Hasta el 8 de marzo pasado, la Misión Alimentación había distribuido 46.530 toneladas de productos de la cesta básica principalmente, con los que se han atendido a un millón 861.600 familias venezolanas (siete millones 450.400 personas).

Este plan atiende a 65% de la población (aproximadamente 19 millones de habitantes), a través de sus redes de distribución de alimentos, conformada por más de 22.000 puntos de las redes de distribución del Estado, a los que se suman las bodegas móviles que se activan en cada operativo.

El 3 de marzo, el vicepresidente de la República, Jorge Arreaza, durante la entrega de la Memoria y Cuenta 2014, indicó que la distribución de productos de la cesta básica entre 2003 y 2014 fue de 25 millones 380.916 toneladas.

Mientras que en 2014 se distribuyeron cuatro millones 672.419 millones de toneladas, lo cual representa la quinta parte de lo que se distribuyó en 11 años, recalcó el vicepresidente Ejecutivo.

Arreza precisó cifras del Instituto Nacional de Estadística (INE), las cuales indican que 95,4% de los venezolanos come más de tres veces al día, y agregó que la tasa de subnutrición pasó de 21% en 1998 a menos de 5% en la actualidad.

Reconocimiento a Venezuela

De acuerdo con la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés), Venezuela padecía inseguridad alimentaria crítica antes del inicio de la Revolución Bolivariana. Tras el triunfo chavista se ha elevado las calorías en 50% con respecto al año 1998, lo cual ubica en 3.290 calorías/persona/día para el año 2012, refiere el libro Alimentación y Nutrición. Pensamiento y obra de Hugo Chávez (2014).

«La planificación de la política de manera interrelacionada e integral, centrada en satisfacer las necesidades del pueblo y no las demandas del mercado, ha permitido el incremento en la disponibilidad de fuentes nutricionales fundamentales para el desarrollo y la vida de nuestra población, como es el caso de las proteínas de origen animal, rubro garantizado como derecho para toda la población», se desprende de dicho texto, realizado por el Ministerio para la Alimentación.

Las más recientes estimaciones de la FAO en materia de alimentación ubican a Venezuela en el grupo de 15 países (entre los que se encuentran Cuba, Nicaragua, Guyana, Perú, San Vicente y las Granadinas, Uruguay, Chile, Brasil) que han realizado progresos excepcionales por reducir la prevalencia de la subnutrición del 13,5%, en el período 1990-1992, a menos de un 5%, durante el lapso 2010-2012, con lo cual se logró la meta de los Objetivos de Desarrollo del Milenio referentes al hambre.

Como parte de las Metas del Milenio, que tienen como objetivo erradicar el hambre y la pobreza en el mundo, 139 naciones se comprometieron a bajar a la mitad, entre 1990 y 2015, los números de personas con hambre. Sin embargo, solamente 38 países lograron la meta en el mundo y Venezuela está dentro del grupo de naciones que lo hicieron extraordinariamente.

El impacto de estas políticas sociales en alimentación permite que hoy en día los venezolanos coman más y mejor con la garantía de contar con los insumos que proveen sus necesidades nutricionales.

«La más grande, el arma más grande de destrucción masiva que hay en el planeta es el hambre y ¿por qué hambre en el mundo?, por el modelo capitalista, la explotación de las minorías, de los poderosos del mundo contra los pueblos del planeta, cuatro quintas partes del planeta y más en situaciones de miseria, de pobreza, 1.300 millones de personas en este planeta pasando hambre por debajo del umbral de la pobreza, las grandes mayorías y cada día hay más pobres en el mundo», destacó Chávez en el Aló, Presidente 205, citado por el Alimentación y Nutrición. Pensamiento y obra de Hugo Chávez.

 

AVN

 

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