Opinión / Noticias / Antonia Muñoz
Estamos convencidos que en la situación económica que actualmente vive Venezuela han tributado variados factores y en muchas de nuestras reflexiones hemos ofrecido detalles de tal parecer. Así, aunque muchos personeros de la oposición lo nieguen y hasta quieran ridiculizar a quienes lo planteamos, estamos convencidos que con una evidente intención político partidista se organizó un ataque a la economía venezolana para debilitar al gobierno y desalojarlo del poder. Tanto lo creemos, que entre febrero y octubre del 2015 nos dedicamos a dictar charlas semanales para hacerle entender a las y los portugueseños su mecanismo de acción. Sin embargo, haciendo un esfuerzo por ser honestos con nosotros mismos, y especialmente con los demás, hemos dicho que nosotros como gobierno también tenemos una buena cuota de responsabilidad; en unos casos por acción y en otros por omisión. En este caso nos referiremos a la sordera crónica y manifiesta de algunos personeros de nuestro gobierno que contribuyen a profundizar la problemática económica que estamos padeciendo, porque aparentemente se niegan a corregir entuertos.
No hay forma que podamos entender la resistencia del gobierno a través de los ministerios respectivos, a determinar los precios justos de los bienes y servicios sobre la base de estructuras de costos sinceras y actualizadas. No entendemos por qué es tan difícil aceptar la necesidad de trabajar con reglas claras para evitar, por un lado la incertidumbre y por el otro la anarquía y la corrupción. En este momento está en el tapete la angustia que produce a productores y consumidores el que se tenga en el limbo y como un secreto bien guardado el precio de la cosecha de cereales 2016. Producto de este “dejar hacer y dejar pasar”, nos encontramos con arbitrariedades de parte y parte. Así tenemos que aunque no se anuncie el precio del maíz blanco de la cosecha 2016, sin aviso y protesto, a finales de septiembre sacaron al mercado harina precocida con un porcentaje no conocido de arroz a un precio entre Bs. 585 y 975 el kilogramo.
Utilizar el subterfugio de agregarle arroz a la harina de maíz para triplicar su precio es inaceptable, especulativo y potencia la inflación. Dudamos que le puedan agregar más de 15% porque se presentaría dificultades en el amasado. Un 8- 10 % de harina de arroz no debe llevar el precio de la harina de maíz más allá de Bs.250/kg. Sin embargo, lo llevaron a Bs. 600, sin duda en connivencia con las autoridades porque todos guardaron silencio. Por eso es que todo el mundo hace lo que le da su reverenda gana. Como decía mi abuela: “Cuando en una casa no hay quien tranque la puerta, se embochincha ese hogar”. Con sus sabios dichos nos hacía entender que estaba obligada a poner disciplina para que fuéramos mujeres de bien. El país es el gran hogar y el sector agropecuario requiere disciplina, reglas de juego claras y justas, tanto para productores como para consumidores.
En relación a lo anterior, debemos recordar que el precio de un kg. de harina precocida fue fijado por la SUNDDE el 23 de mayo de 2016 en Bs. 190. Cuando se le agrega arroz para justificar venderlo en Bs. 600, el incremento de precio es superior a 300 %. Ciertamente, el precio de Bs. 19 par un kg de harina precocida de maíz era irreal, era un precio de subsidio. Por eso entendemos que el Estado haya propiciado el ajuste o sinceración de precio a Bs. 190/kg, con la Providencia Administrativa de SUNDDE Número 043 de fecha 23 de mayo de 2016, por medio del cual se ajustó el precio de un kg de maíz blanco en Bs. 96 y el de maíz amarillo en Bs. 88. En ese momento no se explicó por qué se ajustó el precio del maíz en mayo de 2016, si el cereal se había recibido en los silos del país entre septiembre y noviembre del 2015, a Bs. 22/kg. Antes hemos señalado, que con ese ajuste de precio fuera de época de cosecha no se benefició a los agricultores, a quienes deberíamos cuidar con esmero porque son quienes “le meten la pata al barro” para lograr la producción primaria de alimentos. No desdeñamos al sector agroindustrial porque también es muy necesario, pero consideramos que debemos valorar a cada sector en su justa medida.
La indefinición en las políticas de precio crea incertidumbre, anarquía y favorece a “los pescadores en rio revuelto”. Ejemplos sobran, pero recordaremos los más recientes: el pasado 12 de noviembre, Lorenzo Mendoza supuestamente se reunió con FEDEAGRO, y producto de sus deliberaciones, recomendaron a través de los medios Bs. 243 como precio para el kilo de maíz blanco de la cosecha invierno 2016, lo que según éllos llevaría el kilo de harina precocida a Bs 770. Sin embargo, con ganancias de economía de escala (8 %) las cuentas nuestras nos dan Bs. 531,60 /kg de harina precocida. Sin embargo, Mendoza se quedó corto porque una semana antes un agroindustrial de Portuguesa sacó al mercado a Bs. 960/kg su harina precocida con una porción indeterminada de harina de arroz. ¿Quién autorizó ese precio? ¿Será esta una manera de informarnos que cuando por fin anuncien el precio del maíz blanco, un kg. de harina precocida rondará los 1000 bolívares? ¿Será una casualidad que este precio del kilo de harina local sea muy similar a los Bs. 975/kg anunciado por Mendoza el 19/10/2016? ¡EXIGIMOS UN EXPLICACIÓN ADECUADA, PORQUE OPORTUNA YA NO SERÁ! ¡CHÁVEZ VIVE. LA LUCHA POR LA PATRIA SIGUE!
Guanare, miércoles 23 de noviembre de 2016.