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7.Mar.2019 / 12:57 pm / Haga un comentario

Foto: Referencial

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Por Richard Canan

Transcurrieron los carnavales 2019 y el usurpador Guaidó disfrutó de tremenda comilona por el sur del continente volando en Clase VIP y con tarjeta Diners Club (Full Day pues, todo incluido) cortesía de sus magnánimos benefactores de la Casa Blanca. De lo más divertido, con confeti y disfraz de payaso, desfiló por los alegres carnavales emulando al Rey Momo. El desfile-travesía de Guaidó lo llevó en comparsa desde Santa Fe de Bogotá hasta Río de Janeiro, luego a la Asunción, Buenos Aires y Salinas (Ecuador). No le quedaron hojitas disponibles en el pasaporte al alegre viajero y a su séquito de acompañantes.

Más allá de la alharaca de la derecha histérica y del montaje mediático, la “gira” del usurpador diputado Guaidó, solo incluyó a los principales países de la logia del Cartel de Lima, es decir, se retrataron con el payaso los mismos conspiradores de siempre, los responsables de planificar y ejecutar el reciente intento de golpe de Estado. Todos perritos falderos operando bajo las órdenes del inefable Trump. Una gira para el circo y la tribuna iracunda que no suma nada nuevo a su causa golpista.

Lo que sí fue evidente, fueron los miles de kilómetros que separaron al jubiloso viajero de carnaval, al Rey Momo Guaidó, del centro del poder político venezolano, la ciudad de Caracas y el palacio mismo de Miraflores. Allí sigue mandando el presidente constitucional Nicolás Maduro, elegido por el voto directo del pueblo venezolano. No el pretendido usurpador Guaidó, impuesto a dedo por la cúpula del imperio, Donald Trump y su maquinaria de guerra, que bien la podríamos denominar Corporación Muerte S.A.; Guaidó es su agente-empleado número 002 (recordemos que el cipayo número 001 es su verdadero jefe, el criminal fascista Leopoldo López).

Todo lo que vimos durante la gira de carnaval fue puro teatro, una puesta en escena para intentar mantener la ilusión de que la derecha ha logrado asaltar el poder. Todo es parte del show montado para legitimar el burdo golpe de Estado que siguen intentando ejecutar. El papel del Rey Momo Guaidó es recrear y sostener esa ilusión. Una especie de alegría de tísico, para aparentar que se tiene gobernabilidad donde no la hay. También quiere generar cualquier tipo de situación que genere conmoción, como excusa perfecta (su arresto, por ejemplo), para justificar una intervención militar de rescate. Ignorarlo le da su justa medida. Guaidó es un don nadie, una marioneta de Trump. Para él se aplica la máxima de Fito Páez: “solo hay que hacerse de enemigos que estén a la altura del conflicto”.

Entre los planes diseñados para el Rey Momo Guaidó, está el montaje de la “República Aérea”, intentar avanzar en el objetivo de constituir un gobierno paralelo. Es clara la intención. Por eso el disparatado y desesperado ensayo de nombrar espurios embajadores que solo son “reconocidos” por los países participantes (cogestores) del golpe de Estado contra el legítimo gobierno de Venezuela, violando descaradamente la Convención de Viena y exponiéndose fútilmente a una respuesta similar en base al principio de reciprocidad. Aquí también parece que están buscando excusas para denunciar agresiones contra sus instalaciones o sus funcionarios diplomáticos.

De seguir por esta vía al Rey Momo Guaidó pronto le dará por nombrar ministros, diputados, gobernadores y alcaldes paralelos. Sus amigos del partido de extrema derecha Voluntad Popular se frotan contentos las manos porque próximamente su graciosa majestad los nombrará vía decreto real en todos los cargos interplanetarios disponibles. Ya veremos “representante de Guaidó” ante la presidencia del Banco de Sangre; “representante de Guaidó” ante la Caja de Ahorros y montepío de los empleados de la alcaldía de Pariaguán; y el mejor cargo de todos, “representante de Guaidó” ante la Escuela Nacional de Circo. Puras morisquetas y volteretas del deschavetado Rey Momo.

No aprendieron sus asesores con los fallidos ensayos del inocuo y fraudulento montaje del TSJ en el exilio; la fiscal en el exilio; y ahora vienen con el melodrama del presidente-Rey Momo Guaidó, amo y señor de los carnavales 2019.

El mayor peligro con los disparates y ocurrencias del Rey Momo Guaidó, lo representan sus ofrecimientos mesiánicos al Empresario-Presidente Donald Trump. El cual aceptó respaldar al payaso Guaidó, únicamente a cambio del compromiso de acceso ilimitado a los recursos naturales y empresas estratégicas de Venezuela. Por la plata baila este avispado mono. El asalto rapiñero sobre CITGO y el bloqueo sobre las cuentas financieras del estado venezolano, carecen de basamento legal, pero representan medidas unilaterales coercitivas del Imperio Norteamericano para imponer a su Rey Momo Guaidó. Para nada les importa a estos inmorales mercenarios que estas medidas imposibiliten la compra de alimentos y medicamentos. Este es justamente su macabro objetivo, colapsar el país, creyendo perversamente que sacaran réditos políticos. Estas medidas del Imperio Norteamericano son además un alerta mundial para otros países, empresas y corporaciones que se abstendrán de invertir o utilizar canales financieros bajo legislación norteamericana, para evitar los desmanes cuando a los orates políticos de Estados Unidos les dé antojosamente por bloquear o intervenir sus activos. ¿Qué país va a poner su oro o dinero en un banco americano, que por capricho del gobierno de turno pueda ser luego confiscado? Nadie.

El principio de reciprocidad también aplica muy bien para Colombia. Si a este país se le ocurre la idea de asaltar nuestras instalaciones diplomáticas o empresas en ese país, nosotros podemos hacer lo mismo con las empresas, capitales o activos de origen colombiano. Es un ejemplo para nada diplomático, pero que alerta sobre el precedente negativo para el Cartel de Lima y la temporaria administración Trump al haber escogido el camino de estas ilegales medidas. Nuestro país se sabrá defender en las instancias legales internacionales pertinentes.

El Rey Momo Guaidó seguirá con su agenda suicida, llena de pantomimas y bufonadas para tratar de engañar al pueblo venezolano. Él es una quimera, un mal chiste fabricado e impuesto por Donald Trump y sus halcones. Guaidó es solo un payaso más en esta tragicomedia. Frente a la agenda golpista y de agresión militar de los apátridas, se impone la agenda de paz y libertad para nuestra patria.

 

 

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