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ABN.- "El principal motivo por el cual el Gobierno de los Estados Unidos se niega a extraditar al terrorista confeso Luis Posada Carriles, protegido en ese país desde el año 2005, es que sigue siendo un oficial activo y permanente de la Agencia Central de Inteligencia Norteamericana (CIA)", denunció el vicepresidente del Grupo Venezolano del Parlamento Latinoamericano, diputado Carolus Wimmer.
En el marco de los 33 años de la voladura del avión cubano que causó la muerte de 73 personas el 6 de octubre de 1976, una obra de Posada Carriles, el parlamentario recordó que este personaje está vinculado a la CIA desde 1960, fue entrenado en técnicas de tortura y de represión y enviado a Venezuela en esa misma década.
Indicó que Posada Carriles es una muestra de la infiltración de los cuerpos policiales venezolanos por parte de la CIA desde hace décadas, luego que fuera asesor de la Dirección Nacional de Policía venezolana (Digepol) en los años 60, y luego ejerciera como Jefe de Operaciones de este organismo desde 1967 hasta 1974.
Este órgano policial es conocido hoy día como la Dirección Nacional de los Servicios de Inteligencia y Prevención (Disip).
"Posada Carriles quiere presentarse actualmente como una persona de avanzada edad y incapaz de cometer un delito, y para ello cuenta con el apoyo y la protección del Gobierno de Estados Unidos", condenó el parlamentario.
Sin embargo, Wimmer recordó que Posada fue uno de los ideólogos del plan magnicida que pretendía, en julio pasado, asesinar al presidente Hugo Chávez Frías, durante su visita a El Salvador, al acto de toma de posesión del nuevo Jefe de Estado Mauricio Funes.
"Fue complot armado por la CIA donde también participó el Contralmirante retirado Carlos Molina Tamayo, ex militar venezolano implicado en el golpe de Estado de abril de 2002, prófugo de la justicia y exiliado en Francia", aseveró.
Igualmente, el diputado reiteró que la Canciller de Honduras, Patricia Rodas, denunció en aquella ocasión que Posada está vinculado a las empresas israelíes Intercom y Alfacom, ligadas específicamente a la venta y distribución de sustancias químicas y armas de asedio, como las empleadas hoy día contra la embajada de Brasil en Tegucigalpa.
Es por ese tipo de acciones e infiltraciones en la policía venezolana -prosiguió Wimmer- que el Gobierno Bolivariano inició años atrás un proceso de depuración en los cuerpos de seguridad. Uno de los objetivos de la nueva Policía Nacional es precisamente acabar con el asedio y los abusos que cometían estos órganos durante las administraciones de la Cuarta República.
"Desde la vicepresidencia del Parlatino – Capítulo Venezuela, apoyamos firmemente la solicitud de extradición hecha por el Gobierno venezolano a los Estados Unidos, exigiendo que Posada Carriles sea enviado a este país, y pueda ser juzgado por la justicia venezolana", puntualizó.