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22.Abr.2009 / 03:50 am / 1 Comentario

Por Miguel Prieto:

En tiempos de guerra mediática el horizonte histórico suele quedar relegado. Aunque tenemos certeza de que el objetivo principal de las empresas de medios nacionales e internacionales (TV, radio, Internet y prensa escrita) es la de satanizar al presidente Chávez y todo lo que la revolución ha ido conquistando en materia educativa, cultural social y económica. Los recientes acontecimientos políticos del Zulia no escapan a las campañas destinadas a crear conflicto, zozobra, incertidumbre y desinformación sobre lo que realmente sucede en el país.

La estrategia de victimización en torno a Manuel Rosales, el juego a las escondidillas y el llamado directo a la rebelión, por lo tanto, no fue más que un globo de ensayo mediático que le permitió a los sectores de la derecha nacional e internacional medir el apoyo que podían tener de los sectores populares para ir a una guerra civil. No lograron el respaldo, y aunque ganamos el primer round no ha terminado la pelea.

Más allá de las campañas mediáticas en contra de la revolución, sin embargo, queda pendiente un tema atropellado por la inmediatez de los hechos, y que tiene cierto vínculo con lo que hoy denominan guerra de cuarta generación: aquella que le permite al invasor debilitar y derrotar a un país sin lanzar una bomba. Y ese tema precisamente apunta hacia el Zulia y el Occidente venezolano. ¿Por qué el discurso de Rosales sobre la zulianidad, el uso de los íconos religiosos como la Chinita, o de lo símbolos históricos como el himno del Zulia y el relámpago del Catatumbo? ¿Por qué la bandera de Un Nuevo Tiempo lleva como emblema la delimitación geográfica del Zulia, sin ninguna referencia del mapa de Venezuela, como si se tratara de una República independiente? ¿Por qué lema "el Zulia está primero"?

De allí el discurso de la "autonomía" y el "centralismo" de Rosales y del actual gobernador Pablo Pérez, al estilo de la Media Luna en Bolivia, que juega con el cándido sentimiento de nuestro pueblo al afirmar, por ejemplo, que se llevarán el Puente Rafael Urdaneta para Caracas, porque "así lo decidió el centralismo"; no es fortuito tampoco que exista una fundación regional destinada a financiar a los grupos gaiteros (Fundagrei), siempre y cuando éstos atiendan los elementos "regionalistas" dentro de las letras de sus canciones, tan parecidos casualmente al discurso de la "zulianidad" que Rosales se ha apropiado.
Se trata de todo un aparataje ideológico que poco a poco ha ido alimentando la histórica pretensión de separar al Zulia de Venezuela.

Ellos han tomado estos elementos como arma propagandística para legitimar su trayectoria, pero fundamentalmente para abonar el terreno de lo ha sido una guerra de secesión continuada. A mediados de 2004, cuando Rosales ganó por segunda vez la Gobernación, el grupo político Rumbo Propio -con pocos integrantes- propuso sin ningún pudor un proyecto neoliberal y separatista para el Zulia que fue rechazado; de allí que las estrategias propagandísticas de Un Nuevo Tiempo se trabajen de manera indirecta, sin aludir abiertamente a la separación, jugando con eso que llaman el imaginario colectivo de un pueblo: la zulianidad, la Chinita, el Relámpago del Catatumbo, y muchos otros íconos culturales e históricos como la gaita y el voseo maracucho, que nos pertenecen a todos y forma parte del patrimonio cultural zuliano y venezolano.

Lo cierto es que los mensajes de propaganda de Rosales y Un Nuevo Tiempo han cabalgado sobre viejas pretensiones separatistas, que de alguna u otra manera marcaron nuestra forma de ver e interpretar el contexto político nacional, y de relacionarnos con el resto del país. Para muestra un botón: Aún para mediados del siglo XIX el Zulia mantenía cierta distancia geográfica con el resto del país por la falta de vías de comunicación, y es precisamente por ese distanciamiento que el voseo maracucho y demás aspectos de nuestra lengua se perpetuaron hasta hoy, así como se perpetuó ese sentimiento de Patria chica que en parte respondía a los ataques y críticas que en otras regiones del país se esgrimía para ridiculizar nuestra forma particular de hablar, expresarnos y acentuar las palabras.

Geopolítica y secesión

Las oligarquías colombianas y venezolanas consumaron las primeras divisiones políticas y geográficas entre ambas naciones al permitir y alentar la disolución de la Gran Colombia. Pero fue la colombiana la que tomó la iniciativa separatista y no precisamente apuntando hacia la Gran Colombia, sino hacia el Occidente venezolano. En 1778, y luego en 1812, 1850 y 1853, fueron fechas en las cuales Colombia había mostrado su codicia y deseo de tomarse parte del territorio venezolano.

Un incidente más reciente nos recuerda cómo Colombia provocó una disputa con nuestro país por el Golfo de Venezuela: fue el incidente del buque Caldas (colombiano), que ingresó sin consentimiento al Golfo venezolano, lo que confirmó la pretensión histórica de Colombia para hacerse del Occidente de Venezuela, por su necesidad geopolítica de tener una salida al Mar Caribe, que les permitiría en consecuencia acortar distancias en cuanto al intercambio comercial con Europa y Estados Unidos.

Esa necesidad geopolítica de Colombia para apropiarse del Zulia y el Sur del Lago, de la región Panamericana de Mérida y del Táchira reafirma que somos un espacio vital para ellos. Por el Occidente venezolano han transitado las mercaderías secas, oro, bauxita, el carbón y el petróleo que entran y salen del oriente colombiano (Pamplona, Bogotá, la Goajira y el Norte de Santander). Es por ello que este tema geopolítico sea de interés incluso para Estados Unidos, porque tenemos en el Sur del Lago, por ejemplo, una de las mejores tierras para producción agrícola de América latina, y porque al crear un Estado paralelo entre Colombia y Venezuela, con el Zulia como centro pivote, controlarían la producción petrolera y demás recursos como el agua dulce, mármol y muchos otros.

Por lo tanto, hablar de guerra de secesión, propaganda separatista y guerra de cuarta generación, aunque no sea lo mismo pero se combinen a la perfección, debe ser tan urgente para evitar lo que han ido preparando psicológicamente: un ambiente de histeria propicio para la intervención militar, en el cual la población desinformada y disociada asumiría sin mayor resistencia lo que chistosamente muchos zulianos denominan República Independiente del Zulia. Nada de chistoso tiene esta afirmación, por cierto, y es en todo caso lo que la oposición, Un Nuevo Tiempo y Rosales, han utilizado para fortalecer ese mal llamado regionalismo y la tan cacareada zulianidad. ¿A cuál zulianidad se refieren? ¿A la separación del Zulia? Es una tesis que se ha mantenido en el tiempo y que hoy debemos desmontar sin cortapisas ni titubeos.

 

Comentarios

25.Oct.2010 12:34 pm
Hanner Vizcaino (Zulia) dijo:

Antes que todo, felicitaciones !! por tan Excelente articulo y a su redactor…

Esta postura la cual se plasma en estas lineas son ciertas y estan llenas de un criterio amplio y veras sobre el tema, ya basta de utilizar la idiosincracia, simbolos y Valores representativos de un pueblo noble como el zulia. en estos tiempos nuestro estado vive una campaña mediatica por parate de sectores del oficialismo utilizando lo mencionados simbolos regionales entre otros, no mas protagonismo y campañas abanderadas las cuales no llevan ningun contenido social, ni politico y que solo causa disociacion en aquellos que todavia no han encontrado la luz cambio y de la patria buena y soberana que todos anhelados y por la cual estamos luchando dia dia contra estos sectores que solo buscan entorpecer,confundir, terjiversar la verdad, de un proyecto politico que esta en plena ejecucion por el cual debemos estar mas unidos y luchar por su fortalecimiento..

Patria Socialista o Muerte!!

 

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