Opinión / Luis Figueroa

4.Jul.2014 / 04:25 pm / Haga un comentario

Foto: Referencial

Las tareas políticas que se le imponen a los revolucionarios en este momento están signadas por la necesidad de un debate “repolitizador” y a la vez por el impulso de alternativas unitarias que nos permitan asumir la construcción del Socialismo, esta afirmación nos impone la necesidad de entender que el debate no debe ser evitado, el debate crítico no está proscrito en la Revolución, el mismo es necesario entre revolucionaros sobre todo cuando estamos desarrollando tareas que obligan a toda nuestra militancia a conocer la línea de partido y a manejarla con detalle. Sin duda en ese ejercicio político habrán diversas interpretaciones, habrá una comprensión de acuerdo al conocimiento empírico de los colectivos sociales y el aporte teórico de los documento del III Congreso del PSUV.

Sin duda debe haber un debate crítico que permita fortalecer el espíritu irreverente de este pueblo revolucionario que injurio contra un modelo de dominación que prevaleció durante décadas en Venezuela, ahora bien, las taras políticas nos imponen debatir, lo que está claro es que este debate debe estar apuntalado a una necesidad cierta de construir alternativas, no es el debate por el debate, la crítica por la crítica o exigir la autocrítica del otro solamente como una actitud absoluta. El proceso de debate se debe hacer en búsqueda de una postura que unifique a los revolucionarios, el ejercicio de los valores de la crítica y autocrítica están referenciados con la necesidad de construir de una manera unitaria todas las herramientas que nos permitan transitar hacia el Socialismo.

Nosotros debemos comprender que las tareas del III Congreso imponen debate a nivel de todas las estructuras partidarias. Asimismo, requerimos clara comprensión del momento histórico en que vivimos, cual es el programa político de la Revolución y como se despliega; implica debates debido a que todo esto no se lleva por libros o recetas, estudiamos y profundizamos teóricamente pero debemos tener siempre una articulación al sentir del pueblo y a las realidades concretas, no son las doctrinas o las tesis de los teóricos las que nos van a dar la solución a los problemas, es una combinación dialéctica en la comprensión del momento en que vivimos y el sentir de los venezolanos.

Es por ello que lo que ocupa a los revolucionarios es garantizar mantener el poder del lado del pueblo contando con los ajustes políticos y tácticos que se requieran para su cumplimiento.

A su vez, la construcción de un partido sólido, un partido que según orientó el Comandante Chávez en las cinco líneas estratégicas, un partido vinculado al pueblo, un partido que debe tolerar y necesita para su desarrollo la vinculación al pueblo y a la construcción de una nueva realidad junto a las comunidades; todo esto requiere un debate que precisamente va a generar ese ejercicio de valor de la crítica y la autocrítica.

Ahora bien, nosotros necesitamos en este momento dejar claro: Los revolucionaros después de comprender esa necesidad de funcionar en colectivo, de reconocer que hay diversos puntos de vista en una realidad que está en transformación, donde la propuesta de los camaradas es profundizar la transformación socialista; ante esto es necesario reconocer que el debate está presente pero el mismo va aparejado al valor de la lealtad, si reconozco que el debate se hace en colectivo también debo admitir que si acudo a un grupo para discutir es porque respeto la conclusión del mismo, porque respeto las reglas de juego dentro de un funcionamiento colectivo que implica el debate fresco pero lealtad en la resolución final, si voy a un colectivo donde supongo que no hay unanimidad debo respetar la opinión mayoritaria, debo ser leal a mi colectivo y tener profunda comprensión estratégica y lo que significa ser gobierno. Nuestro gobierno requiere adelantar la construcción y lograr la identidad Pueblo-Gobierno para seguir impulsando la transformación.

Esto plantea que aunque estando obligados a promover el debate, necesariamente el mismo con los valores de la crítica y autocrítica, no está alejado ni separado a la necesidad de construir unidad, soluciones y alternativas que permitan ir avanzando en la propuesta estratégica de la Revolución.

Visto de esta manera: Bienvenidas las enseñanzas que me dan estos últimos días de debate que se han presentado, bienvenidas las enseñanzas que me da el duro momento de la crítica porque me permite delimitar y aclarar las sutilezas de la diferencia entre Bolivarianos y la construcción de una alternativa.

¿A qué me refiero? Solamente un camarada que se centra en la valoración excesiva de su aporte intelectual o teórico, solamente la valoración individual de tu participación en el proceso político e histórico provoca en ocasiones que pierdas la perspectiva; solamente la visión individual o la sobrevaloración de tu aporte te llevan a asumir posturas soberbias que en la defensa que soporta tu crítica genera desmoralización y descalificación que no buscan alternativas.

Estos últimos días hemos presenciado opiniones que se han hecho públicas y que buscan cuestionar la unidad de la Revolución por elementos políticos que deben ser discutidos, solamente niega la necesidad misma del debate, simplemente valora la postura individual de un cuadro que como cualquier otro tiene valor importante como opinión política.

LA CRÍTICA Y LA AUTOCRÍTICA

Posiblemente el que se centra en la crítica y autocrítica como un valor absoluto para defender su individualidad en ocasiones se distancia de la comprensión histórica de lo que fue lograr la Revolución en Venezuela, no decimos que no haya diferencia lo que hacemos entender es que prevalece la comprensión de la unidad. No decimos que no tengas derecho a disentir lo que decimos es que es incorrecto que no visualices la ofensiva estratégica de la derecha que no ha cesado en su plan conspirativo, una derecha que impulsó la ofensiva terrorista, que ha impulsado el magnicidio, que sigue generando una visión internacional de aislamiento a Venezuela, es decir, una oposición venezolana que es ápice de esa derecha imperial que ha mostrado estos últimos días su cara más cruel.

Esa derecha nacional que tiene expresión cruel de la derecha internacional es la que nos quiere sacar al pueblo del gobierno, por ende; cualquiera que tenga una crítica debe reflexionar en eso y pensar el que en el corto plazo la derecha ya ha pretendido utilizar esas críticas para lograr ventaja y atacar a la Revolución, esto es muestra del error táctico, el error de comprensión del momento político que significó sacar eso a la calle. La Revolución necesita la crítica que la remueva, lo que la misma requiere son Bolivarianos que están por encima la construcción de alternativas y voy a lo concreto: Creo o es de consideración que el camarada Nicolás Maduro ha hecho esfuerzos importantísimos en torno a ese debate.

Los revolucionarios hoy día debemos tener claro que si a algo debemos temerle es a la posibilidad de que la derecha se empodere y desplace al pueblo del poder, a la división que facilitaría la llegada de la derecha al poder y de nuevo la generación de ese régimen de privilegios que tanto oprimió a este pueblo.

Nosotros hemos visto esfuerzos serios del Comandante Presidente Nicolás Maduro, en avanzar para la construcción de alternativas, la nueva ofensiva de gobierno, de despliegue de gobierno en la calle que busca generar esa nueva dinámica donde el gobierno se acerca a lo que el pueblo siente.

Hoy día nuestro reto es mantenernos unidos en debate y en crítica pero esencialmente unidos en torno al uso de alternativas y tenemos sobre la mesa la construcción del partido de cara a estos tiempos, tenemos sobre la mesa el desarrollo expansivo de la ofensiva política; es decir, tenemos sobre la mesa el gran reto de garantizar que el pueblo se mantenga con el control del poder y no puede estar en juego por ninguna visión personal que prevalezca, tu malestar sobre el sentido colectivo poniendo a la deriva la necesidad de que el pueblo siga gobernando.

 

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