Opinión / Richard Canan

26.Abr.2017 / 11:51 am / Haga un comentario

Guarimbas

Foto: Referencial

La extrema derecha venezolana ha jugado y apostado todo su capital político a la violencia, en la insensata creencia que un estado generalizado de caos y destrucción, provocará una intervención militar extranjera que desalojará al gobierno del ejercicio de poder obtenido legítimamente por los votos. Esa es la lógica perversa y demente que esta derecha alucinada e irresponsable viene ejecutando desde el año 2013 provocando docenas de muertos y ataques de destrucción selectiva por todos los rincones del país.

Como esta derecha no tiene en lo absoluto escrúpulos, vergüenza o responsabilidad para con los ciudadanos o sus mismos seguidores, ha ejecutado sus actos violentos (vandalismo, asesinatos selectivos y terrorismo), de manera planificada y bien organizada. Primero, con sus propios militantes, que son su fuerza de choque, sus hordas fascistas. Pero ante las limitaciones del sifrinaje (mucosas poco resistentes a los gases lacrimógenos), han optado por el método de asalariar a delincuentes y grupos hamponiles. Es decir, fuerzas de mercenarios, de paramilitares bien alejados de los fines políticos y del imperio de las leyes. Para ello, la dirección política de la extrema derecha cuenta con ingentes recursos financieros y logísticos para ejecutar sus actos de destrucción sin ningún tipo de limitación y reparo.

Pero el que juega con candela se arriesga de salir quemado y estas bandas han cobrado vida propia, descargando su odio indiscriminadamente contra la población. Los enanos del circo crecieron y ahora es el malandraje el que a discreción se ha tomado para si la generación de violencia, los saqueos y los asesinatos. Es la delincuencia el nuevo aliado natural de la derecha fascista. Sin ideología alguna, el hampa es el nuevo activo que han incorporado a sus filas los partidos de extrema derecha (tendrán que darles sus carnets de Primero Justicia y Voluntad Popular), los mismos partidos que vociferan que representan a 100 trillones de venezolanos, pero que han estado pariendo y palideciendo para validar mínimamente sus nóminas de militantes ante el Consejo Nacional Electoral.

Llenar sus filas de hampones le traerá problemas a la derecha. Recordemos bien que el hampa, como señala el DRAE que son el “Conjunto de los maleantes, especialmente de los organizados en bandas y con normas de conducta particulares; Conjunto de maleantes que, unidos en una especie de sociedad, cometían robos y otros delitos, y usaban un lenguaje particular, llamado jerigonza o germanía”. Esta gente en algún momento va a develar su estructura de funcionamiento, sus pagos y demás crímenes cometidos en complicidad con los irresponsables maleantes que pululan en los partidos políticos de la derecha.

Cuando al hampa se le da direccionalidad política, como lo está haciendo la extrema derecha venezolana, indudablemente que recuerda a los viejos métodos de la Hampo-política, tal cual los sangrientos Tonton Macoutes de Papa Doc Duvalier en Haití, creados e inspirados a su vez de los Camisas Negras del fascismo italiano. El objetivo es el mismo: aterrorizar al pueblo. Esta es una perfecta caracterización de la lógica del fascismo que ha tomado como propio (con mucho celo) la extrema derecha venezolana, hacer de la violencia un modo de vida para fragmentar y destruir la convivencia ciudadana.

Pero, ¿Quién controla a los violentos, los guarimberos, asesinos y saqueadores? Pues preguntémosle al inefable Freddy Guevara, el cual a viva voz da órdenes públicamente a sus hordas violentas. Cual sargento Tonton Macoute, suelta su voz de mando: “Chamos, hey, los de la capucha. Pónganse en segunda línea para que puedan defender a los diputados, pónganse en segunda línea”. Muy elocuente el señor diputado. El supuesto demócrata, el paladín que quiere “liberar” a Venezuela y que además se atreve a declarar públicamente que “Nuestro objetivo es (…) generar ingobernabilidad (…) tenemos el apoyo de la comunidad internacional”. Reconociendo el uso recurrente de métodos violentos con el objetivo de interrumpir el hilo constitucional. Para lograr un golpe de Estado. Confesando además que actúan a sus anchas bajo el auspicio, guía y protección del imperio norteamericano, de Almagro y compañía.

La Hampo-política no beneficia a nadie, ni siquiera a esta putrefacta y miserable derecha. Solo daña al pueblo humilde que sufre directamente las consecuencias de la violencia. Son ellos los que van a los liceos públicos o a los CDI atacados. Estos espacios gozan del especial odio de las hordas violentas de la derecha fascista. Ellos creen que hacen política. Pero solo amplían su prontuario criminal de terrorismo y violencia. Gracias a la confesión de Guevara, sabemos que actúan libremente al contar con la total complicidad de los poderosos medios de comunicación y de la derecha continental, para construir falaces matrices de opinión (Fake News) y darles así total impunidad. En algún momento en Washington DC se desclasificarán los archivos sobre la injerencia en Venezuela (o lo develará antes WikiLeaks) y veremos sus nombres y sus emolumentos figurando en las nóminas de la CIA o el Departamento de Estado.

De tanto aupar la violencia, los miserables fascistas de la extrema derecha, ahora tienen fuera de todo control a sus hordas violentas. La Hampo-política imposibilita e inviabiliza el dialogo político. Los violentos solo se encontrarán de frente con las fuerzas del Orden Público. Serán tratados como lo que son, hampones, delincuentes, asesinos y terroristas. El debate de ideas, la reflexión, la convivencia democrática y el camino electoral es para los verdaderos demócratas que quieran ejercer sus derechos políticos dentro del imperio de la ley.

Sobre el malandraje y la Hampo-política de la derecha fascista se levantará la inmensa mayoría del pueblo. Pueblo que quiere paz, que no quiere ni guerras, ni conflictos, ni violencia.

Richard Canan

Sociólogo

@richardcanan

 

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