Opinión / Antonia Muñoz

5.Nov.2014 / 03:49 pm / Haga un comentario

No sabemos desde cuando la inseguridad y el desempleo eran reportados por las y los venezolanos como los dos principales problemas de nuestra enferma sociedad. Lo que si recordamos es que desde 1998 eso era lo que decían todas las encuestas, lo cual estudiamos más de cerca en el año 2000 porque aspirábamos gobernar al estado Portuguesa. Dios nos concedió la licencia de ganar las elecciones. Por eso, a partir del 2001 y hasta el 2008, hubo un esfuerzo sostenido y comprobable para mejorar cuantitativa y cualitativamente la policía de nuestro estado, con el lema: UNA POLICÍA RESPETADA POR EL PUEBLO Y TEMIDA POR LOS DELINCUENTES. La primera emboscada con la cual nos encontramos fue con el recrudecimiento del asesinato de delincuentes, eventos que siempre eran reseñados en prensa como “enfrentamiento entre bandas”.

Tomamos posesión del gobierno regional el 14 de agosto del 2000, y en octubre, sólo mes y medio después, ya era obvio que estaba aumentando el número de personas que aparecían muertas en circunstancias y posiciones que hacían pensar en ajusticiamiento. De esta manera, en la prensa regional comenzaron a reseñarse tales asesinatos como la acción de un grupo exterminio; y como pareciera ser lógico, comenzaron a arrojar dudas sobre el gobierno regional. Como “quien no la debe no la teme”, pedimos apoyo al Ministerio de Interior y Justicia, que en el término de la distancia mandó un equipo a Portuguesa para encabezar las investigaciones pertinentes. Hasta el 2003, todavía seguía “dando golpe y zumbido” el bendito grupo exterminio. Producto de las investigaciones resultaron unos 16 policías comprometidos con las referidas muertes y pagaron cárcel por tales delitos.

¿Y por qué viene a cuento este doloroso y lamentable episodio? Por dos razones: 1. Para recordar que como cristiana practicante no apruebo ni ordenaría jamás matar a un semejante, aunque éste fuera delincuente. Además, en Venezuela no existe la pena de muerte, y por lo tanto, quien la ordene se coloca al margen de la ley. Por otra parte, intentar acabar con la inseguridad matando delincuentes no parece ser un método efectivo. 2. La falta de valores espirituales, éticos y morales, es la madre legítima de la delincuencia de todo tipo, y la impunidad es el padre de la criatura. Para muestra, sólo basta un botón: En el curso de las investigaciones del caso grupo exterminio, cayó en mis manos una información que daba cuenta que varios de los agentes que resultaron comprometidos en el caso tenían delitos pendientes desde la década de los 80; incluidos asesinatos, que esperaban una decisión en Fiscalía. Ojalá a los bolivarianos no se nos olvide una de las tantas lecciones que nos dejó Simón: “LA IMPUNIDAD DE LOS DELITOS HACE QUE ÉSTOS SE COMETAN CON MAS FRECUENCIA, Y AL FIN LLEGA EL CASO QUE EL CASTIGO NO BASTA PARA REPRIMIRLOS”. ¡Ay Simón ¿ Será que seguimos arando en el mar?

Ante ese reto que el Presidente de la República le dio a la comisión que preside Freddy Bernal, en nombre de las ciudadanas y ciudadanos que hemos dedicado varias décadas de nuestras vidas a enseñar valores y a enrolar a otras y otros en esta legión de soñadoras y soñadores que lucha por una sociedad mejor y posible, rogamos que no se permita la rotación de funcionaras y funcionarios corruptos de una institución a otra, de una policía a otra. No hay nada que desmoralice más a la gente que esa sensación de impotencia ante la impunidad de los delitos.

En el mismo orden de ideas, me permito preguntar, si es verdad que el tal “Colombia”, acusado de matar a Robert Serra y a María Herrera, tenía varios asesinatos en su cuenta. ¿Por qué ese desalmado estaba libre? Seguiremos en la revolución hasta que se nos acabe la vida, pero hacemos preguntas impertinentes porque tenemos autoridad moral para ello, y porque, aunque algunos mezquinos lo desconozcan, día a día, con ejemplo y con trabajo honesto defendemos el legado de Chávez, ya que algún granito de arena pusimos para construirlo. CHÁVEZ VIVE! LA LUCHA POR LA PATRIA SIGUE!

Calabozo, miércoles 05 de noviembre de 2014

 

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