Opinión / Richard Canan

31.Oct.2018 / 01:35 pm / Haga un comentario

Foto: Referencial

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Por: Richard Canan

La derecha nunca deja de sorprender. Siempre se superan en torpezas y mamarrachadas, muchas de las cuales lo que han generado es la inmensa estampida de la masa opositora. Bien lejos y a buen resguardo de la irresponsable histeria que desata la extrema derecha venezolana.

El montaje mediático de la semana (una supuesta agresión) estuvo protagonizado por la aspirante al Oscar a los efectos esopeciales, la glamorosa mantuana María Corina. Todo lo que dice y hace está milimétricamente preparado en su laboratorio de mercadeo electoral. A veces parece que su única aspiración en la vida es mantenerse activa entre las tendencias de las Redes Sociales (TendTopic, le dicen).

Que coincidencias tiene la vida. Pues simultáneo a la gran alharaca por su “incidente” de la semana, se realizó el espeluznante lanzamiento de su decálogo fascista: el “Manual de Lucha”. No tiene desperdicio. Empezando con el nombre escogido, que de inmediato evoca al protoprocer y principal ideólogo de las hordas fascistas del planeta, el mismísimo Führer Adolf Hitler y su nefasto texto “Mi Lucha”.

Para la derecha es sencillo emular a estos monstruos. Sin despeinarse siquiera, María Corina ha salido de los más encanillada y sonriente con míster Bush, o se encuentra en un convite fronterizo con Uribe y así con otros nefastos personajes de la ignominia continental. No tiene moral ni escrúpulo alguno, pues solo representa a la burguesía criolla y a sus intereses corporativos. No tiene legitimidad alguna. Ella nunca ha ganado una elección primaria con el voto opositor. Por eso sus eternas aspiraciones presidenciales siempre se han visto frustradas y está claro que en ninguna parte de su agenda política está la vía electoral.

A pesar de lo escueto de las ideas contenidas en el decálogo “Manual de Lucha” (carencia genética de la burguesía), destaca primeramente que solo lo subscribe la propia María Corina, íngrima y sola. Cero masas, nada de pueblo.

Eso sí, lanza al ruedo a sus despistados seguidores una serie de consignas y de pasos casi que metafísicos (al estilo del coaching motivacional), “para sacar a la dictadura”. Nada de elecciones ni de consulta popular, lo de ella es “organizar grupos de desobediencia”, imaginamos que gasolina en mano, para quemar en la hoguera a todos sus adversarios políticos.

En todo caso, es innegable la similitud del “Manual de Lucha” de María Corina con los fundamentos fascistas que han sembrado muerte y destrucción por todo el planeta, puro odio. Empieza el mazacote dialéctico bramando la perturbadora frase: “defiende a tu familia y a tu país”, recordando inmediatamente las perturbadoras consignas sobre la superioridad de la raza Aria. Aquí sigue fielmente a su maestro Adolf Hitler, el cual señaló para regocijo de la burguesía: “De ninguna manera cree, por tanto, en la igualdad de las razas, sino que, por el contrario, al admitir su diversidad, reconoce también la diferencia cualitativa existente entre ellas. Esta percepción de la verdad le obliga a fomentar la preponderancia del más fuerte y a exigir la supeditación del inferior y del débil, de acuerdo con la voluntad inexorable que domina el Universo”.

En el “Manual de Lucha” de María Corina, también destaca la frase “desobedece al régimen”. Evocando e incitando nuevamente a la violencia guarimbera, al terrorismo y a la lucha fratricida, entre hermanos, que solo busca generar una guerra civil.

Les pide fútilmente a sus seguidores que prediquen fantasías y quimeras. Los van a volver locos. Cómo harán para cumplir la orden: “explica a todos que no hay presidente”, porque ni los decretos ni edictos reales emanados de la Asamblea Nacional en desacato, ni del circo del TSJ en el exilio han podido ser aplicados. Tenemos un presidente elegido por el voto del pueblo y que despacha desde Miraflores. No de Washington, Bogotá o Madrid. Según nuestra Constitución solo por el voto popular se puede elegir al presidente. Que frustración para María Corina.

Para cerrar las perlas del “Manual de Lucha”, cada tembloroso seguidor de María Corina deberá cumplir a sangre y fuego la siguiente instrucción: “Pídele a la democracia mundial que actúe ya”. Digo tembloroso porque la inmensa mayoría de los opositores venezolanos sabe que la intervención militar extranjera solo sembrará muerte y destrucción entre nuestro pueblo, al igual que los bombardeos “inteligentes” de Estados Unidos en Yemen, Afganistán, Irak, Siria y Libia. Países donde se ha ocasionado la total destrucción del Estado, dando paso a docenas de facciones que controlan anárquicamente cada milímetro de territorio y de las riquezas naturales.

María Corina sueña con el “Momento Final” donde recibirá con guirnaldas de flores a los Marines a la entrada del Country Club. Se ha graduado como la mejor discípula del Führer, por la predilección al exterminio violento del adversario político. Las posturas fascistoides y antidemocráticas saltan a la vista. Esta gente está vencida por el odio y la sed de venganza. Son irrecuperables.

 

 

 

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