Opinión / Antonia Muñoz

8.Oct.2014 / 02:38 pm / Haga un comentario

El cruel asesinato de Robert Serra y María Herrera produce además de un dolor profundo, una rabia que debemos contener porque somos gente de paz y una impotencia que debemos convertir en fuerza para exigir justicia y continuar el trabajo de concientización para la mayoría de las y los venezolanos rechace esta práctica fascista que nos hace daño a todos. Aunque todavía no se han capturado a los autores materiales de este horror; aparentemente las investigaciones están bien encaminadas; y algunas autoridades que dirigen las pesquisas ya han adelantado que no se trata de hampa común, sino de un crimen planificado cuidadosamente; por lo tanto, cometido con premeditación, alevosía y crueldad inusitada. Indudablemente, todos esperamos que también pueda llegarse a los autores intelectuales de esta monstruosidad, porque si no habremos hecho muy poco por parar el crimen por encargo como una herramienta para dirimir diferencias políticas. Hay que actuar pronto y en forma contundente, para que las y los venezolanos no tengamos que vivir el horror que ha tenido que padecer Colombia a raíz del asesinato de Jorge Eliécer Gaitán el 9 de abril de 1948.

La autoría intelectual del asesinato de Robert y María apunta hacia ciertos sectores de la oposición, sospechas basadas en algunos elementos, entre ellos un video logrado por los cuerpos de inteligencia de la República Bolivariana de Venezuela, donde se devela un plan descrito por Lorent Gómez Saleh, un joven militante de Proyecto Venezuela, partido fundado por el ex gobernador de Carabobo Henríquez Salas Rommer. En dicha grabación, que ha sido difundida ampliamente a través de Venezolana de Televisión; el joven Gómez Saleh, sin el menor escrúpulo, cual terrorista consumado, señala, entre otras cosas, que hay que liquidar unos 20 dirigentes de nivel medio, quienes, según él, serían cuadros políticos que mueven masa. Esta sería la estrategia para quitarle a la Revolución Bolivariana el control de la calle.

Gómez Saleh, aparentemente es uno de los alumnos aventajados de Álvaro Uribe; así que se muestra muy orgulloso con su maestro, quien abiertamente conspira contra Venezuela y no pierde oportunidad para calificar de dictadura Castro- comunista a la Revolución Bolivariana, antes con el Presidente Chávez y ahora con el Presidente Maduro. Todo aquel que esté medianamente informado sabe que Álvaro Uribe Vélez sabe de narcotráfico, tanto que desde septiembre de 1991 aparece como el narcotraficante número 82 en una lista de la DEA (Drug Enforcement Administration), que es la agencia del Departamento de justicia de los Estados Unidos dedicada a la lucha contra el contrabando y el consumo de drogas de la nación norteamericana.

Algunos ingenuos, desinformados o quienes apoyan a la derecha ciegamente sin el mayor análisis, dirán que es mentira porque si fuera verdad el imperio lo hubiese metido de cabeza en la cárcel. Para que los ingenuos sepan, el Gral. Manuel Noriega, ex presidente de Panamá, por años fue aliado de USA y éllos conocían sus nexos con el narcotráfico y probablemente con eso lo chantajeaban. Cuando el hombre fuerte de Panamá se quiso poner creativo, por decirlo de alguna manera y por desconocer los detalles del distanciamiento de los socios, en 1989 el imperio bajo el gobierno de George Bush, inventó la “Operación Causa Justa”, supuestamente para proteger los intereses norteamericanos”, e invadieron Panamá. En esa acción, bombardearon el populoso barrio “El chorrillo”, donde estaba ubicado el Cuartel Central de las Fuerzas de Defensa (Comandancia) y las oficinas de Noriega. Se dice que pueden haber muerto unas 3000 personas y 20.000 perdieron sus pertenencias. ¿Qué importan las muertes, los daños materiales y el dolor causado, si los gringos, los policías del mundo, lograron el objetivo de su Causa Justa? Así sacaron de Panamá al Gral. Noriega, preso y mal recomendado, para que pagara las cuentas pendientes con la justicia francesa por lavado de dinero, por lo que inicialmente estuvo preso en Francia por unos 13 años. Después fue devuelto a Panamá donde todavía purga condena a pesar de haber cumplido los 80 años. Así que el imperio usa a sus socios hasta que les son útiles, luego los desecha y los hunde sin piedad alguna.

Álvaro Uribe, el maestro de Gómez Saleh y socio circunstancial de los gringos, sabe de paramilitarismo y de asesinar colombianos haciendo creer que el hecho ocurrió en un enfrentamiento militar con una columna guerrillera, a la cual pertenecían las víctimas inocentes. En el caso que nos ocupa, tanto Álvaro Uribe, como su aventajado alumno venezolano, son agentes del imperio norteamericano en la guerra multifacética que desde el 2001 nos declararon las aves de rapiña del norte, con el único objetivo de acabar con la Revolución Bolivariana y apoderarse de nuestras riquezas. Robert Serra pudiera ser uno de esos 20 líderes movilizadores de masas que fue seleccionado por los terroristas como objetivo. El sicariato como estrategia política, no es propio de la idiosincrasia venezolana. Todas y todos, sin distinción de preferencias políticas, debemos rechazar su importación e instauración! Honor y gloria a Robert y a María.

CHÁVEZ VIVE. LA LUCHA SIGUE.

San Juan de los morros, 8 de octubre de 2014.

 

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