Luis Britto García

  • ¿Cómo somos?

    ¿Nos unen a los venezolanos una cultura, una identidad, un modo de ser nacional? ¿Nos separan diferencias insalvables? ¿Condicionan las regiones nuestra manera de ser? ¿Se debilitan las culturas regionales o locales? ¿Cuánto favorecen las comunicaciones la propagación de contenidos culturales de una región a otra? ¿Cuál es nuestra movilidad geográfica? ¿Cuáles las diferencias entre cultura urbana y la rural? ¿Conservan los inmigrantes o sus descendientes rasgos culturales del país de origen? ¿Qué afinidad o disonancia de los habitantes de nuestras regiones fronterizas con sus vecinos?

  • Democracias, masas y ejércitos

    Los gobiernos progresistas de comienzos del milenio acceden al poder y lo mantienen por medios escrupulosa e inobjetablemente democráticos. Con procedimientos institucionales reinician postergadas reformas agrarias, conceden y hacen efectivos derechos sociales, instauran o reafirman el control de industrias que explotan recursos naturales, emprenden caminos hacia una industrialización moderada y ajustada a las necesidades locales, expulsan misiones y bases militares estadounidenses.

  • América Latina: Deuda y respuesta social

    A fines del siglo XX el futuro de América Latina y el Caribe parecía clausurado. Deudas impagables contraídas ilegalmente agobiaban las haciendas públicas. Para cancelarlas, los gobiernos suscribían con el Fondo Monetario Internacional Paquetes que implicaban el desmantelamiento del Estado y de los ejércitos nacionales, la subasta de las empresas públicas, la cesión de la soberanía -comprendidas la potestad tributaria y la de protección de la economía-, la liberación de precios y de tasas de interés y la drástica reducción del gasto en educación, salud y seguridad social. Un alza unilateral y usuraria de los intereses de 5% a 16% y a 20% que, según la CEPAL, aumentó la deuda de 257,3 miles de millones de dólares en 1980 a 830 mil millones en 1980, prometía lograr lo que sólo habían conseguido implacables dictaduras de derecha: la entrega de 600 millones de habitantes y 22 millones de kilómetros cuadrados a la voraz rapiña neoliberal.

  • ¿Y tú, por qué no abdicas?

    ¿Por qué abdica un Rey? Por motivos tan inconfesables, que debe alegar falsedades. Abdicó Carlos IV Borbón porque dejó ocupar España sin resistencia por las tropas de Bonaparte, y éste le ofreció jugosa pensión por inepto. Abdicó Bonaparte, porque los ingleses le dieron inaudita paliza en Waterloo. Abdicó Eduardo VIII, Duque de Windsor, no por el tan cacareado romance con Wally Simpson, sino porque era partidario de los nazis e Inglaterra estaba a punto de entrar en guerra con ellos. Abdica Juan Carlos, y los motivos para ello son tantos y tan vergonzosos, que nos abstenemos de enumerarlos por respet

  • Primero la sentencia, el juicio después

    Cada año en la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos (CIDH) se desarrolla un juicio absurdo. “Primero la sentencia- el juicio después”, dice el presidente de la Comisión. “No se puede sentenciar antes del juicio”, dice la representación de Venezuela. “Cállese”, dice el Presidente. Y esgrime un Informe donde una vez mas sentencian anticipadamente a nuestro país condenándolo a la Categoría IV, reservada para “gobiernos que no han llegado al poder mediante elecciones populares”, donde los derechos han sido suspendidos “en virtud de la imposición de medidas excepcionales, tales como el estado de emergencia, el estado de sitio, suspensión de garantías, o medidas excepcionales de seguridad, entre otras”, donde se cometen “violaciones masivas y graves de los derechos humanos”. Nada de eso ocurre en Venezuela, pero antes de comenzar la audiencia, ya la condenan. Después el juicio, primero la sentencia.

  • Venezuela: Medios de comunicación y terrorismo

    Cada vez que se trata el tema de la libertad de expresión en Venezuela, se hace obligatorio recurrir a la clásica paradoja del griego mentiroso. “Todos los griegos son mentirosos”, dice un sofista, y a continuación agrega: “Yo soy un griego”. “No hay libertad de expresión en Venezuela”, miente un comunicador, y lo afirma libremente en un país donde supuestamente no hay libertad para decirlo.

  • Qué, cuándo, dónde, quién, cómo, por qué

    El partido minoritario Voluntad Popular pretende sustituir al Presidente legítimamente electo con «la salida» hacia un «Gobierno de Transición» no elegido por nadie. El 12 de febrero convoca ante la Fiscalía General de la República una manifestación «contra la inseguridad» que culmina en intento de quemar el edificio, incendio de vehículos y tiroteo que causa dos muertos y treinta heridos. Grupos terroristas hacen cortes viales y secuestran a los vecinos, destruyen más de medio centenar de unidades de transporte colectivo, sabotean centrales eléctricas, destruyen locales de 15 universidades, saquean, cobran peaje y asesinan a balazos a agentes del orden y vecinos que intentan restablecer la vialidad.

  • Cuando los ricos protestan

    Decía el novelista colombiano William Ospina que en todo el mundo los ricos celebran y los pobres protestan, mientras que en Venezuela los pobres celebran y los ricos protestan. Nuestros privilegiados se sublevan contra todo el que gana elecciones: en catorce años el bolivarianismo triunfó en 18 de 19 consultas inobjetables. La oposición las desconoció todas, salvo un referendo donde obtuvo pírrica victoria, o aislados triunfos en elecciones locales

  • Claves para entender el fascismo

    1. Hollywood representa el fascismo como pandilla de malencarados en uniforme que agitan estandartes y gritan órdenes. La realidad es más perversa. Según Franz Leopold Neuman en Behemoth: The Structure & Practice of National Socialism, 1933-1944, el fascismo es la complicidad absoluta entre el gran capital y el Estado. Donde los intereses del gran capital pasan a ser los de la política, anda cerca el fascismo. No es casual que surja como respuesta a la Revolución comunista de la Unión Soviética.

  • Tropiezos del imperio

    Artículo de Opinión de Luis Britto García.