Earle Herrera

  • Gavilla imperial

    La gavilla continuada arreció el lunes. La Casa Blanca calificó de “desalentadora” la situación de Venezuela y, según AP, “EEUU cree que Maduro no terminará su mandato”.

  • La malandra Tibi

    Tengo muchas amigas malandras, pero destaca una que no es cualquier malandra. Preside nada menos que el Poder Electoral de la República.

  • Tres mil delitos y ninguna culpa

    En unos por exceso y en otros por defecto. Aunque los bolivarianos denuncian que su letra impondría el reino de la impunidad, son muchos los abogados opositores que consideran que sus clientes quedarían fuera de las gracias anunciadas. Contabilizan por lo menos tres mil delitos excluidos por los redactores del insólito proyecto, para unos estrambótico y, para otros, definitivamente barroco.

  • La derecha se chaviza

    Impedida de zafarse de la sombra de Chávez, la oposición optó por arroparse con su luz. Aceptar la noble realidad de la Gran Misión Vivienda Venezuela y hasta proponer una ley para apropiársela, independientemente de la intención de fondo, es un tributo que muy a su pesar la derecha le rinde al comandante. Ver al partido Primero Justicia, después de negarla con vehemencia, tremolar la bandera de la Gmvv, no deja de ser una imagen y realidad política que provoca extrañas sensaciones en los suyos y los ajenos. Y en el mismo chavismo, una sonrisa de irónica victoria.

  • Pobre rico

    Ignoro qué será Lorenzo Mendoza para la oposición que lo apaña como a un niño y el imperio que lo defiende como a un desamparado: si un rico pobre o un pobre rico.

  • Veten a Chávez

    La derecha no quiere que los chavistas nombren a Chávez. A pesar de su ausencia física, su tangible presencia espiritual los espanta. El afligido secretario de la MUD, con su académica lengua, declaró a El Tiempo de Anzoátegui que los chavistas “le van a chulear la popularidad a un difunto”.

  • Esequiberos en Cúcuta

    Entre Guyana al este y Colombia al oeste, la derecha busca en vano su norte perdido. Sin rosa de los vientos ni un capitán avezado, la nave opositora ha zozobrado en 18 elecciones. El año pasado alquiló una lancha -sin necesidad de empeñar las joyas de Isabel La Católica- y cual un insomne Rodrigo de Triana, lanzó unos alaridos desde un caño cercano al Esequibo. Hubo un alboroto de guacamayas mediáticas y después la selva impuso su silencio de siglos.

  • La verdad saqueada

    CNN lo volvió a hacer: mintió. También esta vez su blanco fue Venezuela. La semana pasada provocó virtualmente saqueos en Maracay. Tuvo que salir el gobernador del estado Aragua, Tareck El Aissami, a desmentir a la cadena transnacional antes de que “cundiera el pánico”. Entonces, la corporación se apresuró a “reconocer su error” y pedir disculpas, no sin advertir que, asimismo, “pedirá cuenta de los errores de los demás”.

  • El telefonito

    Cuando el pícaro escocés Alexander Graham Bell le paleaba su invento al florentino Antonio Meucci, no imaginaba los estragos que el aparatico causaría en la MUD. Como canturreaba Popy, el teléfono es una necesidad, pero también un martirio político para la oposición teledirigida.

  • Robert Serra

    Era mi vecino de curul. Después de sus encendidos discursos, me consultaba: “¿Lo hice bien, profe?” Lo hiciste bien, Robert. Se tomó muy en serio lo de “profe”. Me preguntaba de todo, en un afán inagotable de aprender, de conocer. A mí, que soy hombre de letras, hoy me flaquean las palabras, cada sílaba me duele.