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Desde el 2006, con la llegada del Presidente Evo Morales al poder, las relaciones bilaterales entre Venezuela y el Estado Plurinacional de Bolivia se han dinamizado en varias áreas, en especial en el ámbito económico y político, bajo un principio básico de acción: la hermandad.
Las dos naciones promueven un modelo de inclusión e igualdad que prioriza la protección social de la población, y pertenecen a la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América Tratado de Comercio de los Pueblos (Alba-TCP), desde donde han liderado esfuerzos por la integración regional y la lucha contra la desigualdad.
«Las relaciones son excelentes. Se dinamizaron con la llegada del presidente Evo Morales y con el comandante Hugo Chávez y ha seguido el mismo ritmo con el cual comenzamos de solidaridad, complementariedad, hermandad», dijo a AVN la embajadora venezolana en Bolivia, Crisbeylee González.
Incluso, agrega la diplomática, Bolivia es uno de los principales aliados de Venezuela en la región en el ámbito político, pues La Paz ha manifestado su solidaridad y apoyo a Caracas ante «el bloqueo generalizado y el cerco mediático» orquestado desde el exterior.
Señaló que la complementariedad es una de las bases principales del acuerdo del Alba, «ese sistema de integración regional que además es pionero y ha motorizado todo el resto de la integración regional», sostuvo.
Y parte del progreso que han tenido las relaciones bilaterales, subraya González, se evidencia con la firma de al menos 100 acuerdos en los últimos años en áreas de cooperación económica, política, cultural, militar y social.
«Nuestra relación se fundamenta en dos ámbitos, que es el político y económico. En lo económico y político se siguen explorando posibilidades en el área comercial, financiera, y en la política si tenemos muchos acuerdos firmados, memorándum de entendimientos, planes de trabajo».
De todas esas aristas, el ámbito político y social «son las áreas donde más hemos desarrollado acuerdos hasta el momento», como uno que abarca el sector cultural que consiste en relacionar a los pueblos indígenas de Bolivia y Venezuela.
«El presidente Nicolás Maduro tiene una relación de amistad, de hermandad, y esperamos que las relaciones sigan su avance armónico de fortalecimiento de los lazos históricos», dijo desde la ciudad boliviana de Cochabamba, donde se desarrollan los XI Juegos Suramericanos.