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Foto: Prensa presidencial
Venezuela y el proyecto bolivariano siguen siendo el faro de la soberanía en América Latina y el Caribe, indicó el Ministro de Relaciones Exteriores y Movilidad Humana del Ecuador, Ricardo Patiño, este martes en la Cumbre Extraordinaria de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América-Tratado de Comercio de los Pueblos (Alba-TCP), que se efectúa en el Palacio de Miraflores, Caracas.
«Venezuela proyecta la luz de Chávez, el legado de Chávez lo asumimos como historia viva de una Venezuela, de la América Latina y el Caribe, que después de Hugo Chávez ya nunca más volverán al pasado», agregó Patino.
El primer ministro señaló que los países de América Latina y el Caribe están viviendo una nueva página en la historia en la lucha por su soberanía. «Los poderes imperiales tiene que saber que no conseguirán devolvernos a la noche de nuestra historia, el Alba llegó a nuestra región y llegó para quedarse, para olvidar la noche anterior», signada por el dominio imperial, y por eso «debemos proteger a la nueva Venezuela, cuya construcción lideró Hugo Chávez Frías, quien fue para el Ecuador y para todos nosotros un hermano, un compañero, un verdadero amigo y por eso tenemos ahora que traer su memoria, su legado, a nosotros».
Patiño también subrayó que el gobierno de Ecuador se solidariza con el pueblo y el gobierno de Venezuela, ante la nueva escalada de agresión contra su soberanía y democracia de Venezuela tras la firma del presidente de ese país, Barack Obama, de una ley en la que declara a Venezuela como una «amenaza extraordinaria e inusual a la seguridad nacional y política exterior estadounidense».
Al respecto, el representante del gobierno de Rafael Correa indicó que los pueblos de la región se mantendrán firmes en la defensa de su soberanía. «No torcerán el brazo a nuestros pueblos porque somos hijos de la libertad y estamos resueltos a ser libres, Venezuela no esta sola, junto a ella estamos todos los países y pueblo de Latinoamérica».
Recordó que las medidas unilaterales tomadas por Estados Unidos constituye una medida de presión política y económica que vulnera los principios de la no injerencia y de la igualdad entre estados, contemplados en la carta de Organizaciones de la Naciones Unidas.
«La administración del presidente Obama vive en el pasado. Es hora de abandonar las políticas intervencionistas y plantear relaciones basadas en el respeto por nuestra soberanía y nuestro derecho a la determinación», dijo.
AVN