Opinión / Noticias
POR: Alfredo Carquez Saavedra
Mauricio Macri, cuando ejerció la presidencia de Argentina como si fuese una de sus empresas y endeudó su país hasta el tope con el Fondo Monetario Internacional, le compró a Francia media docena de aviones de combate Dassault-Breguet Super Etendard que no podían -en ese momento- ni pueden despegar.
Se gastó 14 millones de dólares y claro, se sacó una foto simulando ser piloto de caza. Curioso guerrero cuyo canciller borrachín le firmó al Reino Unido documentos favorables a la Corona inglesa y en consecuencia perjudiciales a los derechos que, con justeza, reclama la Casa Rosada en relación con la soberanía de las Islas Malvinas. Este hombre es amigo de Juan Guaidó.
Resulta curioso también que el macrismo hecho fuerte en el poder judicial de la nación sureña muestre en otro caso su inclinación por lo aeronáutico. Pues fue un juez simpatizante del mencionado expresidente, fundador destacado del fenecido Grupo de Lima, quien, a pedido de la Embajada de Estados Unidos en Buenos Aires y del Departamento de Estado, retuvo y aun mantiene secuestrado el avión de carga de Entrasur, propiedad del Estado venezolano. Tal robo fue apoyado por el autonombrado y sus secuaces.
El Conde del Guácharo -sus asesores de imagen piden encarecidamente que no se le llame así, que por favor de digan Benjamín Rauseo, que no es el mismo tipo de los chistes, que este es un hombre serio- viene y se saca una foto mostrando un libro (El Camino Libertario) escrito por un tipo tan de derecha que está al extremo del partido Juntos por el Cambio, lo que es ya mucho para este lado del Trópico.
El autor del texto es Javier Milei, economista ultraneoliberal que defiende el libre porte de armas, la eliminación del Ministerio de la Mujer y de la educación pública. Propone la libre compra y venta de órganos y el cierre del Banco Central y del Congreso si, en caso de que ganase la presidencia el año entrante, sus integrantes llegasen a oponerse a sus “reformas”.
No resulta nada contradictorio entonces que Er Conde monte en sus redes sociales su abrazo, en Ginebra, Suiza, con Miguel Rodríguez, uno de los padres del ajuste macroeconómico de 1989 que, junto con otros factores, originó el estallido social a finales de febrero de ese mismo año, mejor conocido como el, Caracazo.
En tanto Maria Corina Machado trata de bajarse de un camión. Mientras una multitud de cámara cerrada la espera en tierra firme. En sus tiempos Carlos Andrés Pérez saltó un charco y Eduardo Fernández durmió en un rancho. Todo vale para la campaña, haya primarias o no.