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Foto: Referencial
Por: Alfredo Carquez Saavedra
Claro que si, que si lo tiene. Que no se lo digan al país nacional (como dicen los políticos cuando están frente a las cámaras) es otra cosa. Que un candidato o candidata, aspirante a ocupar la primera magistratura de un Estado oferte el infierno para lograr votos es un tanto loco como arriesgado, pero no imposible.
El siglo pasado muestra el ejemplo de la ascensión al poder de Adolfo Hitler y en esta segunda década del siglo XXI tenemos, en la figura del argentino Javier Milei, otro curioso caso que al igual que el anterior resulta generoso para los estudiosos de la psiquiatría y la política.
Pero en esta Tierra de Gracias la derecha se mueve con otros ritmos y estrategias. Sus representantes usa una especie de neolengua criolla cuyo propósito captar sufragios de incautos ciudadanos que, llegado el momento, caminen voluntariamente al barranco.
Sin embargo, y aunque sus diferentes dirigentes y candidatos se limiten a plantear casi que como exclusiva promesa electoral la tan añejada y deseada salida del régimen, en los siguientes párrafos vamos a develar cuales serían, de seguro, algunas de las primeras y principales acciones de un hipotético gobierno opositor.
Menú ejecutivo opositor:
- Endeudamiento con carga a la soberanía: Recurrir al Fondo Monetario Internacional tiene su precio, como cuando una persona en apuros deja sus prendas familiares en las manos de una casa de empeño o de un usurero. Pues así como entregan recursos velozmente cuando hay afinidad ideológica, como sucedió cuando Mauricio Macri, recibió 50 mil millones de dólares, también exige que se pague cada centavo, mediante la garantía de la aplicación del clásico ajuste macroeconómico cuyas víctimas son siempre los trabajadores.
- Privatizaciones y aumentos de tarifas de servicios públicos: La estrategia de venta de garaje ya es un clásico en la región: En Chile, pionero excelso en este negocio, la impuso a sangre y fuego, Estados Unidos, por intermedio de su sicario, general, Augusto Pinochet.
- Represión: Remedio para curar los daños colaterales: aumento del malestar social, el desempleo, el encarecimiento de los bienes y productos de primera necesidad y la eliminación de bonos y compensaciones. Sin duda, que bastante tela que cortar y aprendizajes a los que echar mano, tanto del pasado criollo (gobiernos de Pérez Jiménez, de AD y Copei) como en el vecindario, pues en Colombia, Argentina, Ecuador, Perú y Chile han dado porrazos, bala, gas y perdigones cada vez que los movimientos sociales alzan la voz. Y si hace falta un poquito de mayor rigor, ahí Israel dispuesto a dar su desinteresado apoyo. Total, después de meses y de más de 40 mil asesinatos en Palestina, occidente sigue indiferente.