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La Revolución Ciudadana, proyecto político impulsado por el presidente de Ecuador, Rafael Correa, suma este viernes nueve años de transformaciones políticas, económicas y sociales en la nación suramericana.
El proceso de transformación se inició el 15 de enero de 2007, cuando Correa tomó posesión de la Presidencia de la República de Ecuador, luego de obtener 56,8 % de los votos en una segunda vuelta electoral contra el magnate Álvaro Noboa.
Durante su discurso de toma de posesión, Correa adelantó que bajo su mandato se establecería una nueva forma de Gobierno en Ecuador, donde hasta 2007 predominaron políticas neoliberales, la corrupción y desigualdades económicas y sociales, reseña información destacada en el sitio web de la agencia Prensa Latina.
Ese 15 de enero de 2007, desde el Parlamento ecuatoriano, Correa explicó que la Revolución Ciudadana que pretendía llevar a cabo en Ecuador implicaba «un cambio radical, profundo y rápido del sistema político, económico y social vigente, sistema perverso que ha destruido nuestra democracia, nuestra economía y nuestra sociedad».
Y así fue. El proceso de transformación se inició con la instalación de una Asamblea Constituyente, que en un año tuvo lista una nueva Constitución, y con la aplicación de políticas públicas, hasta este momento inéditas en el país, que atienden a sectores tradicionalmente excluidos en materia de salud, educación y trabajo.
Un crecimiento económico sostenido, con un Producto Interno Bruto (PIB) que pasó de 46.000 millones de dólares a 100.000 millones de dólares, miles de kilómetros de modernas carreteras, decenas de escuelas y hospitales y megaobras, como las ocho hidroeléctricas a punto de entrar en operaciones, son muestras palpables de los aires de transformaciones que soplan en Ecuador desde enero de 2007.
Asimismo, la Revolución Ciudadana ha logrado recuperar y fortalecer la soberanía sobre los recursos de la nación, lo que ha repercutido en una sensible mejora de la calidad de vida de los ecuatorianos.
En el plano internacional, Ecuador también dejó de ser aquel país andino de paquetazos neoliberales y crisis bancaria, para ocupar un lugar preponderante en los procesos de integración de la región, que tienen hoy a la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), a la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) y a la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (Alba) como sus principales exponentes.
Para celebrar los logros de este proceso político liderado por Correa se tiene previsto que este sábado se realicen varias actividades en la concha acústica en la ciudad portuaria Guayaquil.
AVN