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Por: Roy Daza
Desde el trópico de Cochabamba, Oruro, Santa Cruz, Sucre, Tarija, los bolivianos se movilizan hacia La Paz, mientras que las comunidades de la capital se han levantado, al mismo tiempo que la población de El Alto, una de las ciudades más pobladas del país.
Los videos que llegan muestran como las federaciones campesinas se unen a la Central Obrera Boliviana, la COB, los estudiantes universitarios toman las calles, las juntas vecinales de las principales ciudades, se han congregado en asambleas para evaluar la situación y tomar decisiones.
El enfrentamiento con las fuerzas policiales no se hizo esperar, pero hasta el momento de escribir este artículo, el ejército no ha participado de manera directa en la represión, mientras el gobierno de facto de Jeanine Añez, arremete contra el pueblo en todos los frentes, y anuncia, a través de la Fiscalía, acusaciones contra Luís Arce, candidato del MAS a la Presidencia de la República, David Choquehuanca, candidato a Vicepresidente, y Evo Morales, expresidente que fue derrocado por un golpe militar en noviembre, organizado por la derecha neofascista, la OEA, y el gobierno de Estados Unidos.
El movimiento popular lucha en las calles por la realización de las elecciones el 6 de septiembre, y no aceptan la posposición que la dictadura pretende imponer, que sería la cuarta, desde que de manera ilegítima e ilegal, asumió la Presidencia la señora Añez y las agrupaciones de la ultraderecha.
Lo que hoy definiría la situación es reconstituir el camino constitucional, y eso sólo es posible con las elecciones, el problema es que la derecha y su gobierno de facto saben que de realizarse las elecciones en cuatro semanas, la victoria de Luís Arce sería contundente, es decir, de nuevo, en Bolivia, la disputa es entre democracia y dictadura, elecciones o gobierno de facto.
El pueblo de Bolivia, los compañeros del MAS-IPSP y sus organizaciones populares defienden el derecho a reconstruir su democracia, su economía y su Estado Plurinacional.
¡Jayaya Bolivia!