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5.Jun.2015 / 02:43 pm / Haga un comentario

Fotos: AVN

Cuando Saúl Serrano era alumno de bachillerato en un liceo privado, recibió un duro golpe de la realidad: sus padres, él, pescador; ella, ama de casa, no podían costear la matrícula para un año más. Fue un hecho que coincidió con el inicio de actividades de la Misión Ribas, programa social educativo, en el estado Nueva Esparta, zona insular del país.

«Estudiaba en el liceo Plácido Maneiro de Porlamar, y nunca tuve la oportunidad de seguir. Me dolió, me pareció injusto», comenta.

Fue entonces cuando Saúl, que hasta el momento era abierto simpatizante de la oposición venezolana, comprendió que aquella iniciativa del Gobierno representaba una oportunidad invalorable para los muchachos que, como él, querían continuar con sus estudios. Era una puerta abierta hacia la superación.

«Mi amor por la Revolución Bolivariana comenzó a través de la Misión Ribas», sostiene este joven articulador municipal que visita cada día los 52 ambientes de clase del plan formativo en la jurisdicción de Mariño, entre ellos, seis Bases de Misiones, para atender las necesidades de los vencedores –como se denomina a los estudiantes de la Misión– y dar charlas sobre la importancia de mantener el proceso revolucionario.

Se define como un vencedor más porque, dice, es hijo de la Misión Ribas: «Gracias a ella, he crecido como persona; gracias a ella, he tenido oportunidades que nunca pensé que tendría».

Y crecimiento personal es lo que Saúl sabe que predominará en los años por venir. Acaba de comenzar estudios para convertirse en comunicador social, mientras sigue avanzando en Misión Ribas. Igualmente, es militante activo del Partido Socialista Unido de Venezuela (Psuv) y pertenece a una Unidad de Batalla Bolívar-Chávez (UBCh), célula organizativa de esta tolda política.

«Estaré siempre presto a lo que la revolución me pida. La tarea que me pongan la voy a cumplir, y le digo a la juventud que crea en la Misión Ribas, porque es aliento, es esperanza», afirma.

Más que bachilleres

Hace 10 largos años, Nathalí Cedeño era una facilitadora en un ambiente de clases de la Misión Ribas. Hoy en día es la coordinadora regional de una iniciativa que ha graduado a 9.978 vencedores en Nueva Esparta.

«Tengo a la Misión en las venas. Nadie puede venir a echarme cuentos de camino», bromea.

Actualmente, 489 ambientes de clase en los 11 municipios de la entidad reúnen a más de 4.000 vencedores, que, como explica Nathalí, son entrenados para ser muchos más que bachilleres de la República.

«Hemos roto todos los esquemas bajo los que fuimos creados, y no nos hemos conformado con solamente graduar bachilleres. Estamos involucrados en la Gran Misión Vivienda Venezuela (GMVV), con la cual hemos edificado 547 casas en el estado, de una meta de 1.224 para este año. Todo se logra mediante nuestras brigadas de construcción, que son formadas para hacer casas para el pueblo. Hacerlas con amor, porque son para su misma gente», precisa.

A esta labor hay que agregar la participación de los estudiantes de Ribas en la edificación de Bases de Misiones, las estructuras que desde hace un año construye el Gobierno en zonas donde persiste la pobreza extrema, para reunir allí sus distintos planes sociales y atender a quien más lo necesite. La Base de Valle Encantado (municipio Mariño) ha sido totalmente ejecutada por los vencedores, quienes también dan el apoyo al trabajo social.

Pero eso no es todo. La Misión Ribas en Nueva Esparta juega un papel fundamental en el Proyecto Pescar, que contempla infraestructuras para el suministro de combustible al sector pesquero artesanal, con el apoyo de la Gerencia de Comercialización y Distribución de la estatal Petróleos de Venezuela (Pdvsa).

Se trata de seis módulos Pescar que distribuyen gasolina a las embarcaciones pesqueras en los municipios Marcano, Antolín del Campo, Tubores, Villalba y Mariño.

«Estamos incluso en la isla de Cubagua, habitada fundamentalmente por pescadores. Allí hemos graduado a 30 vencedores», revela Cedeño.

Por lo pronto, Misión Ribas se alista para graduar en el último trimestre de 2015 a más de 400 bachilleres integrales en la región insular.

«Seguiremos formando a los nuevos republicanos con valores éticos y morales, dándoles la oportunidad a aquellos que por múltiples razones permanecen desincorporados del sistema educativo», afirma la coordinadora regional.

La Misión Ribas nació en 2003 por iniciativa del presidente Hugo Chávez, para construir una nueva cultura política que plantea democratizar la educación como parte de la integración nacional, garantizando el acceso a un sistema educativo de calidad para todos los venezolanos.

Fue la segunda misión educativa creada en la gestión socialista. Su objetivo es apoyar a las personas excluidas del sistema de educación formal o que no terminaron sus estudios de bachillerato.

Hasta noviembre de 2014, había formado en ciclo educativo de media y diversificada a más de 800.000 estudiantes de todo el país, en su mayoría provenientes de la Misión Robinson, que, a su vez, ha alfabetizado a 1,7 millones de venezolanos.

 

AVN

 

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