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29.Sep.2016 / 10:40 am / Haga un comentario

Imagen: Ciudad CCS

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Las declaraciones del presidente de Perú, Pedro Pablo Kuczynski (PPK), sobre la situación en Venezuela forman parte de un nuevo intento de un mandatario regional para postularse como el encargado de resolver a Wall Street y Washington el problema bolivariano.

Justamente, Kuczynski se ofreció para ser el sucesor de Macri en una reunión con el secretario del Departamento de Estado, John Kerry, luego de que el argentino fuera pasado por el piso por la canciller Delcy Rodríguez en la última cumbre del Mercosur.

En este encuentro, el peruano dijo textualmente que en Venezuela “va a venir el colapso de un día para otro, y va a haber sangre en las calles y nadie va a estar preparado (en el país suramericano)”, lo que en su opinión puede afectar a Colombia debido a una “migración masiva de venezolanos”.

Asimismo, en su discurso frente a la ONU, se habló sobre un “diálogo sin concesiones”, y planteó la idea de establecer un grupo de apoyo para propiciar una “transición ordenada para los próximos meses o para el 2019”.

Propuesta que supuestamente presentó durante la firma de los acuerdos de paz en Colombia a los presidentes Juan Manuel Santos, Michelle Bachelet de Chile y Enrique Peña Nieto de México.

Un discurso diseñado desde afuera

Como es obvio, el aviso de Kuczynski sobre que se avecina un problema grande en Venezuela y “nadie está preparado” en la región para atenderlo no proviene de su boca, sino que meses antes lo afirmó el vicepresidente del Consejo de las Américas y exfuncionario del Departamento de Estado, Eric Farnsworth.

Farnsworth afirmó esto el 19 de agosto, consultado por la situación de Venezuela en una nota sobre los planes de bloqueo financiero del Comando Sur contra el país. En esa entrevista sostuvo que “todo el mundo anticipa una ruptura social y nadie está haciendo (nada) para prepararse para ello”, y recomendó establecer “puntos de socorro en Colombia para atender a los venezolanos que huyen de su país”.

Ni Farnsworth ni Kuczynski tampoco son originales a la hora de sus planteamientos, sino que se basan en la misma “ruptura social” y “baño de sangre” que el Comando Sur viene prediciendo para el país con base a la citada hasta el hartazgo “crisis humanitaria”, término usado para la intervención en la doctrina estadounidense.

Lo mismo sucede cuando Kuczynski se refiere a conformar una coalición de países, la que él denomina como “club de amigos de Venezuela”, para intervenir en los asuntos internos del país, por lo que el Comando Sur viene abogando desde el año  pasado.

Incluso, el armado de una coalición de países a favor de intereses directos de Estados Unidos, como supuesta mampara de legitimidad, se encuentra contemplado en el uso del poder inteligente (smart power), impulsado por la Administración Obama y teorizado hasta por la misma Hillary Clinton durante su paso por la Secretaría del Departamento de Estado.

Los motivos de Kuczynski

Esta burda copia de las modalidades estadounidenses, para realizar supuestamente una iniciativa propia, guarda estrecha relación con el hecho de que el presidente peruano fue exfuncionario del Banco Mundial, empleado de importantes entidades financieras internacionales como la suiza Credit Suisse y el estadounidense Kuhn, Loeb & Co, y tiene en su registro haber sido ciudadano norteamericano durante su larga estadía en este país.

Por lo que Kuczynski intenta sustituir a Macri y al propio Almagro en la edificación de una propuesta externa que influya en los asuntos internos de Venezuela, como no han podido, y actuar de intermediario financiero de una supuesta ayuda económica para que el país se recupere de un “eventual colapso”, tal como pregona.

Lo que se evidencia en su total descaro en posicionar su propuesta sobre la OEA e incluso la instancia de diálogo dirigida por la Unasur, sobre la que Estados Unidos tiene escasa influencia y mucho menos sus aliados en la región.

Tiene los contactos y el espíritu de empleado de otros. Empezó su turno al bate.

Misión Verdad

 

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