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Foto: Referencial
Alfredo Carquez Saavedra
Ese dicho que señala que toda regla tiene su excepción se materializó durante la instalación de la nueva Asamblea Nacional, cuando hizo uso de su derecho de palabra un diputado opositor representante de Acción Democrática. ¿Cuál fue la norma que en este caso brilló por su ausencia? Pues la novedad que se supone debe contener una noticia.
En la actividad protocolar mencionada lo destacable es precisamente algo ya hecho costumbre en buena parte de quienes dicen ser dirigentes de la derecha criolla: la tendencia enfermiza a negar de plano todo lo que coloque sobre la mesa el chavismo (esa postura que hace años resumieron los teóricos y publicistas escuálidos en una consigna tan profunda como “¡no es no!”, nunca han podido superarla) y la imposibilidad, pareciera estructural, de hacer alguna propuesta.
Claro que no se le puede pedir a los representantes de las organizaciones políticas que no comparten el proyecto del presidente Hugo Chávez que acepten todo lo que se les coloque sobre la mesa de discusión, pero, por favor, eso de tomar la palabra para decir una y otra vez que no se está de acuerdo con esto o aquello sin decir entonces que es lo que se quiere resultó en, al menos, seis minutos perdidos de transmisión televisiva. La verdad creo que en la fracción opositora pudieron haber elegido un mejor orador con un mejor discurso. Tal vez uno que no necesite audífonos inalámbricos para dirigirse a los demás.
Otro detalle y ya para no hacer largo el asunto: Ese análisis del diputado de marras sobre la legitimidad de los parlamentarios del Gran Polo Patriótico, de acuerdo con una cuenta muy mal hecha sobre el comportamiento del elector venezolano, lo deja peor a él y a los suyos que a quienes fueron electos para defender el proyecto de Hugo Chávez. Insisto: qué fastidioso fue oír más de lo mismo. Menos mal que solamente habló 6 minutos con 54 segundos.
alfredo.carquez@gmail.com