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“Lo que tiene lugar en Nicaragua no es una insurrección popular sino una operación de cambio de régimen”, explica el analista político Jorge Capelán.
En un artículo difundido para contrarrestar la campaña internacional que ha desplegado la prensa capitalista, Capelán asegura que no es cierto que el pueblo tenga acorralado al Gobierno del presidente Daniel Ortega Saavedra. “Son grupos de extrema derecha apoyados por bandas delincuenciales quienes desde hace semanas tienen secuestrada a la población mientras que las fuerzas de la Policía Nacional tienen órdenes estrictas de no abandonar sus instalaciones para reprimir la violencia de los terroristas”, explicó.
En cuanto a los supuestos grupos paramilitares que han actuado a favor del Gobierno, Capelán subrayó que “son en realidad los sectores populares movilizados en la defensa, no solo del sistema político del país, sino de sus propios medios de vida”.
Las explicaciones de Capelán muestran cuán parecido es el intento de desestabilización que se desarrolla en Nicaragua con respecto al realizado el año pasado por la derecha venezolana, con apoyo internacional. “Los supuestos paladines de la democracia lo que hacen a diario es cortar las carreteras, impidiéndole a la gente ir a sus trabajos, a los campesinos sacar sus cosechas, a los ancianos y enfermos salir a cobrar sus pensiones o retirar sus medicamentos, a los niños y jóvenes ir a estudiar”.
Añadió que los manifestantes violentos operan con bombas y armas de fuego, amenazan a la gente, les prohíben filmarlos con sus teléfonos celulares, los secuestran y hasta les cobran peaje. Una definición muy precisa de lo que en Venezuela se conoce como guarimba.
“Además saquean y queman bienes públicos, centros de salud, escuelas, oficinas comunales y locales del Frente Sandinista”, añadió el analista.
Capelán, quien escribe para varios medios alternativos, reiteró que “en Nicaragua no hay una insurrección popular contra el Gobierno, sino, por el contrario, la resistencia de todo el pueblo sandinista y no sandinista, contra un proyecto diseñado por y para las élites financieras y poderosos sectores de los Estados Unidos con el apoyo de sectores también poderosos de la Unión Europea”.
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