Opinión / Noticias / Roberto Malaver
Foto: Con el Mazo Dando
Por Roberto Malaver
Llenos de contento andan los opositores porque ahora sí, al fin, tienen un nuevo jefe, James Story. “Así es que nos gusta a nosotros,- dijo Ramos Allup- que nos mande un gringo desde afuera, eso viste mucho”
– Ladies and gentleman, this is James Story.
– Yes. Yes. Yes
– Muy bien, compañeros. Así, así, así es que se obedece.
Ramos Allup estaba al frente de la pantalla de su computadora hablando por zoom con los miembros caídos de la oposición. Y estaba feliz.
– Tenemos nuevo jefe, carajo. -dijo
– Viva NELA. –gritó Julio Borges desde la esquina de la pantalla.
– Que viva.- gritaron todos.
Estaban todos felices porque al fin habían recibido un lineamiento para salir de la dictadura. Desde Colombia el embajador de Estados Unidos allá, James Story, quien antes los había invitado para Bogotá al hotel Marriot, donde se reunieron para crear una estrategia y salir así de la dictadura de Maduro, ahora les envió la línea. Se creaba NELA, Nueva Alianza para Elecciones Libres, aunque las siglas no coinciden, pero no importa, esa es la nueva plataforma donde la oposición venezolana debe manejarse.
– Les digo una vaina. -Dijo Ramos Allup- A mí este nombre NELA me gusta, aunque está pelado con las siglas el compañero Story. Porque no debemos olvidar que antes habíamos creado el Comando Unificado de la Oposición, y la burla que nos montaron los chavistas fue del carajo. Eso de llamar a una vaina CULO es un peo. No tiene nombre.
– Eso es verdad- gritó William Dávila desde el centro de la derecha de la pantalla.
El nuevo jefe de la oposición, James Story, declaró que NELA estará formado por la sociedad civil, el sector privado, empresarios, claro, y los partidos políticos. Y allí estaban parte de sus miembros caídos, celebrando este nombramiento.
– Lo malo es que ya andan unos compañeros criticando que nos dejamos mandar por un gringo. Les digo otra vaina, Así es que me gusta a mí, que me mande un gringo desde Estados Unidos, claro, este está en Colombia, pero no importa. –dijo Ramos Allup
– Y ¿quién nos está criticando? – preguntó Manuel Rosales.
– Enrique Ochoa Antich es uno. Dijo así, les leo: “¿No les dará un poquito de vergüenza a mis amigos en el G4 que un embajador gringo sea vocero de sus decisiones antes que ellos mismos? Es verdaderamente patético”.
– Nosotros nunca hemos tenido vergüenza –dijo Antonio Ledezma desde la esquina derecha de la pantalla.
– Eso es verdad, Antonio, y menos ahora que nos manda un gringo con nombre y apellido, no como antes, que nos mandaban desde Estados Unidos y uno no sabía quién era. –Dijo Omar Barboza.
-¿Y quién más nos critica?- siguió preguntando Manuel Rosales.
– Hiram Gaviria. – Dijo Ramos Allup- Y ya te leo lo que dice, Manolito. Dice así: “Que nos anuncien desde el exterior lo que tenemos que hacer los demócratas venezolanos, por muy poderoso y bienintencionado que sea el vocero internacional, no puede menos que ofendernos. Un liderazgo enajenado a dictámenes foráneos, es una vergüenza”.
– Coincide con Enrique Ochoa Antich, en eso de la vergüenza. Ya nosotros nos olvidamos de eso –dijo William Dávila.
Los hombres celebraron la salida de Dávila, o mejor dicho, las palabras de Dávila, porque ese nunca sale. Y Ramos Allup volvió a tomar la palabra.
-Y está pendiente una rueda de prensa en Caracas para el anuncio. Así que vamos a esperar que nos diga la fecha, el lugar y la hora, como debe ser.
Ramos Allup le pasó un trapito a la armadura falsa que tenía cerca del escritorio, mientras veia a los miembros caídos en la pantalla. Y para terminar les preguntó.
– Y ¿quién nos manda a nosotros?
– James Story –contestaron todos.
– ¿Quién? -Volvió a preguntar Ramos Allup
– James Story. -contestaron a coro.
– Aprobado .–dijo Ramos Allup. Y terminó la reunión.