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Foto: AVN
El expresidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, denunció este martes que su encarcelamiento demuestra la fase más reciente de un golpe de Estado en cámara lenta para relegar de forma permanente a las fuerzas progresistas.
Esta fase del golpe de Estado, aseguró, tiene como objetivo «evitar que el Partido de los Trabajadores vuelva a ser elegido para ocupar la presidencia», debido a que «todas las encuestas muestran que ganaría con facilidad las elecciones de octubre, la extrema derecha de Brasil busca dejarme fuera de la contienda electoral».
En un artículo publicado en The New York Times, Lula, preso desde hace más de tres meses, afirmó que su condena se sustenta «solamente en la declaración de un testigo cuya propia sentencia fue reducida a cambio de que testificara en mi contra», lo que denota que «el testigo tenía un beneficio personal en decir lo que las autoridades querían oír».
«Los conservadores de Brasil se han esforzado mucho por socavar el progreso logrado por los gobiernos del Partido de los Trabajadores y están determinados a evitar que ocupemos la presidencia de nueva cuenta en el futuro cercano», añadió.
Lula, principal candidato a la presidencia según las encuestas, indicó que el Partido de los Trabajadores ofreció esperanza y una alternativa que promovió un cambio en Brasil, país que hace 16 años «estaba en crisis y su futuro era incierto, con algunas heridas aún abiertas menos de dos décadas después del fin de la dictadura».
«No me preocupa mi situación. He estado preso antes, durante la dictadura militar de Brasil, nada más porque defendí los derechos de los trabajadores. Esa dictadura cayó. La gente que abusa de su poder en la actualidad también caerá», aseveró.
AVN