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14.Ene.2016 / 04:55 pm / Haga un comentario

Foto: archivo

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Entendamos para empezar que la derecha asumió la mayoría parlamentaria para desde esa instancia, producir #LaSalida del Gobierno Bolivariano y el desmantelamiento de la Revolución Bolivariana.

No debe haber atisbos de dudas en la sentencia que ha hecho la derecha de generar el retroceso histórico de destrucción de la Revolución en seis meses. Intentarán cumplirla a totalidad haciendo en el 2016 un esfuerzo síntesis de 17 años de oposición y desestabilización articulada.

Esto quiere decir, que vienen meses de intentos de total desbarajuste en la estabilidad política venezolana, pues desde el parlamento se propiciarán circunstancias de choque, desgaste, enfrentamiento y diatribas, que, aunque parezcan un sinsentido de la política, serán de facto parte de la estrategia política de agotamiento y generación de crisis de institucionalidad como parte del guion de la derecha para destronar la Revolución Volivariana. Veamos.

Choques institucionales que van y vienen

Partamos de la afirmación de que la derecha difícilmente puede estar actuando de manera errática en estos menesteres. Cuidado. Monigotes y espantapájaros como Ramos Allup, Borges y el resto de la comparsa, no son quienes llevan las riendas del parlamento. Hay amos direccionando el asunto desde afuera y en la sombra, subestimarlos sería catastrófico. Hablamos de inteligencias sin probidad, que son un peligroso azote. Hay que advertir eso para empezar.

Como breve recuento, la derecha se juramenta en la AN sin los 3 “diputados”impugnados por el TSJ el 30 de diciembre, luego de declararse procedente una solicitud de amparo cautelar solicitado por el PSUV, por delitos electorales denunciados y que se perpetraron el 6D en Amazonas. Al día siguiente la AN desacata, luego el TSJ anula sus actos administrativos por declararlos en desacato, luego desincorporan a los 3 “diputados” y vuelven al carril. Fin del cuento.

En cuestión de horas la derecha propició y aceleró circunstancias de abierto choque institucional. El hecho se supera de manera abrupta, con el recule adeco, que de manera automática legitima una decisión emitida por un TSJ que días atrás habían dicho que iban a desconocer y que desbancarían con el nombramiento de uno nuevo.

¿Recule? ¿No pensaron la jugada? ¿Querían hacer una gracia y les salió una morisqueta? Sin ánimos de descartar lo que fue un contundente éxito político de la Revolución el encarrilar al parlamento, no deberíamos asumir por defecto que ellos cometieron el error de no prever esas situaciones. Veamos la cosa más a fondo.

 Generar el choque para propiciar la crisis

La derecha bien pudo sesionar con la mayoría parlamentaria de 109 Diputados, como bien lo hicieron el 5 de enero para elegir a su directiva. Al fin y al cabo así terminarán haciéndolo. Las tres impugnaciones interpuestas no implicaban un desmantelamiento en pleno del parlamento, ni un obstáculo a las funciones administrativas que le corresponden. Pero se declararon en desacato, a sabiendas que sus actos serían anulados, dado que desacatar al TSJ es un acto inconstitucional por lo cual se impone el principio del artículo 25 de nuestra Constitución que reza que “Todo acto dictado en ejercicio del Poder Público que viole o menoscabe los derechos garantizados por esta Constitución y la ley es nulo…”. Lo sabían. ¿Por qué lo hicieron entonces?¿A qué se debe este choque premeditado? Considerando la amenaza declarada de desplumar a la revolución en “seis meses”, estamos entonces ante una aceleración de los eventos previos a un punto máximo de confrontación.

Se vienen situaciones de pugnas por leyes que ellos saben que no van pal baile, pues saben que el Presidente puede vetarlas o remitirlas al TSJ para que este determine su constitucionalidad o no, si el TSJ determina que son espurias, por defecto las anularán. Vendrá el zaperoco por la amnistía, vendrán intentos de tocar la LOTTT y la Ley de Precios Justos, vendrá la pugna y la demagogia adeca de cestatickts y papelitos a beneficiarios de la Gran Mision Vivienda. Vendrá la pugna para desbancar al TSJ y la imposición de otro, vendrá la pugna por el reemplazo de los titulares del poder ciudadano, vendrá la pugna por el decreto de emergencia que solicitará el Presidente, vendrá la memoria y cuenta presidencial, vendrá la cacería de brujas por corrupción y apuntarán directo al ejecutivo. Dicho de otra manera, vienen “seis meses” de desgaste, de pulseo y de intentos francos de agotamiento al Ejecutivo. Viene un escenario de inestabilidad política que intentará hacer tambalear la institucionalidad entera.

Estamos ante la vigencia del manual de Gene Sharp, el mismo diseñado e implementado desde la CIA para el derrocamiento de gobiernos. Este manual establece etapas que deben cumplirse (no necesariamente de manera ordenada) para producir un desplazamiento de poder. La 5ta y última etapa desarrollada por Sharp, se basa en “la fractura institucional”. Implica la inducción de una crisis política generalizada, donde campea la ingobernabilidad, como preámbulo a acciones de calle, como lo explica Walter Goobar, quien ya ha analizado los enunciados de Sharp: “Las recetas de Sharp ya se han utilizado con resultados diversos en las asonadas golpistas de Venezuela, Honduras, Ecuador, Paraguay y Bolivia”. Dos de estos países sufrieron golpes parlamentarios.

Aunada esta situación institucional, se encuentra otra que no ha tenido la debida lectura. Al producirse el irrespeto a las imágenes de Bolívar y Chávez en el hemiciclo por  Ramos Allup -quien se mandó a grabar en tan asqueroso acto- se produjo una reedición a la criolla de las situaciones previas al Euro Maidán (o la guarimba) en Ucrania, cuando los fascistas destruían estatuas de Lenin en las zonas que controlaban. El propósito de la crisis institucional inducida es el mismo del irrespeto a los símbolos. Se trata no sólo del desafío institucional y de la desmoralización y ruptura de los vínculos de identidad chavista, se trata también del enrarecimiento de las condiciones de estabilidad política, inducir el enfrentamiento y promover las condiciones previas a las fracturas del orden político.

Volviendo a la cuestión sobre el choque institucional inducido, según Roy Chaderton «Él (Henry Ramos Allup) busca una confrontación de poderes para precipitar una crisis, él se ha dado un plazo de seis meses para derrocar con alguna maniobra política al Gobierno Nacional”.  Puertas afuera de nuestro país, el escenario mediático y político está montado en abierta manipulación a la situación venezolana. La corporación mediática derechista argentina Clarín pica adelante conjuntamente con otras grandes agencias dibujando un clima total de inestabilidad y fractura institucional en nuestro país. Se refieren a un “inédito choque de poderes, que desata una crisis en Venezuela” tergiversando la situación al punto de afirmar que “El Ejecutivo se niega a aplicar leyes que vota el Congreso dominado por la oposición. Riesgo de parálisis institucional” cuando de hecho hasta hoy la AN no ha votado ley alguna.

En España la ultraderecha ramplona y el diario El País irrumpen al unísono reseñando una especie de destrucción de la estabilidad institucional, declaran a Venezuela casi un Estado forajido. Como era de esperarse Mariano Rajoy ha intervenido a favor de la derecha venezolana mientras que su canciller José Manuel García-Margallo, ha pedido a la Alta Representante para la Política Exterior de la UE, Federica Mogherini, que “la crisis venezolana” se incluya en la agenda de la próxima reunión de ministros de Exteriores europeos el 18 de este mes. Pretenden ampliar la onda expansiva e involucrar a la Unión Europea entera y a su camada de politiqueros derechistas (que siempre han atacado a Venezuela) en una diatriba de proporciones internacionales.

Ya la agenda internacional venía marcada desde que el 4 de enero, antes de instalarse la nueva AN. El Gobierno de EEUU por medio de  John Kirby, portavoz del Departamento de Estado, manifestó su “preocupación” por lo que calificó como esfuerzos del gobierno de Venezuela para interferir con la Asamblea Nacional recién electa, sin que en ese momento hubiese acción alguna de otro poder sobre la AN. Estas “interferencias” menoscabarían la separación de poderes en nuestro país, agregó. Por esos días, el Senador gringo Bob Menendez escribió a Obama solicitando ampliar sanciones contra Venezuela y relegar a Venezuela al obstracismo “expulsándola de organismos internacionales”.

Agregó Menendez en su carta que «Durante demasiado tiempo, la comunidad internacional ha desatendido las crecientes condiciones que podrían traer Venezuela -un Estado fallido latente- a un paso de desórdenes masivos». Agregó que «Solo el liderazgo estadounidense desatará la reacción internacional sustancial que puede revertir los profundos problemas sociales, económicos y políticos de Venezuela». Al parecer, Menendez ya predice guarimbas y enfrentamiento generalizado. Mientras puertas adentro de Venezuela se generan las condiciones, en el frente externo la situación se manipula reproduciéndose la matriz internacional adversa contra la revolución bolivariana. A lo interno y externo, la percepción es de total crisis en Venezuela.

La carrera corta de seis meses

La derecha parece haber alcanzado el parlamento para usarlo como portaaviones institucional para así generar las condiciones de destrucción del estamento público. La derecha en la AN trancará la partida del dominó, patearán la mesa, la recogerán, desacatarán, recularán, afirmarán que “el Ejecutivo obstaculiza al parlamento”. La situación se caldeará en vaivenes de este tipo, sin descartar con esto que necesariamente se producirán choques legítimos (pues habrá leyes que el Ejecutivo y el TSJ seguramente vetarán). Para la derecha el propósito es la destrucción del hecho institucional y inducir a su vez la irritación generalizada.  Intentarán preservar su piso electoral para el escenario de referéndum revocatorio, pero dado que no lo tienen garantizado, barajean desde ahora la posibilidad de enjuiciar a Maduro.

Este conjunto de situaciones, por su rapidez, signan el desarrollo de nuevos escenarios duros en el corto plazo. La estrategia de desgaste económico y mediático, abrirán paso también al desgaste institucional en el que la paralegalidad del parlamento significará el secuestro de un poder del Estado para producir la convulsión del Estado como un todo, pretenden con ello hacer convulsionar la sociedad venezolana entera. No es nuevo en Venezuela; actores de la pseudo-política que violentan la Constitución y la institucionalidad diciendo defenderla, llamando a la calle, pero con el agravante ahora de que en efecto el golpismo controla mayoritariamente las posiciones de un poder público.

Este conjunto de condiciones, servirán para definir las coyunturas nacionales y para que cada factor en la política real(de grupos a individuos) asuma postura. Quieren arrebatarnos la revolución a golpes, quieren destruir la paz pública. El camino es culebrero, pero de eso sabemos nosotros.

Misión Verdad/Franco Vielma

 

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