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4.May.2014 / 10:50 am / Haga un comentario

Treparon a los techos contra la voluntad de los vecinos dañando notablemente las edificaciones

El sábado 26 de abril las vecinas y los vecinos del barrio El Güire, ubicado frente a la autopista Prados del Este, en el sector Santa Fe, se vieron envueltos en las manifestaciones de grupos opositores, que incluyeron la colocación de barricadas en la vía expresa.

Según una vecina que no quiso ser identificada, quien dijo pertenecer al Consejo Comunal de la zona, el barrio siempre ha estado divido en opositores y chavistas, pero lo que sucedió ese día hizo que se radicalizaran las opiniones y que la violencia llegara a la comunidad. “Tenemos miedo de hablar entre nosotros”, indicó.

El hecho que disparo la tensión fue un eventos inusual en una comunidad que ha convivido más de dos meses entre protestas, humo y bombas lacrimógenas. Ese sábado, a las 3:00 pm aproximadamente, un grupo de jóvenes que huían de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) se refugiaron en el barrio y entraron en algunas casas; en muchos casos, sin autorización de sus dueñas o dueños. Algunas vecinas y vecinos recibieron a los manifestantes; otros los entregaron a los organismos de seguridad. Ese día fueron detenidas 18 personas, incluidos menores de edad. Por lo menos uno de los aprehendidos -Javier Monguiló, estudiante de la Universidad Simón Bolívar- fue trasladado a la cárcel de Yare 3. En ese contexto, las diferencias políticas entre las y los habitantes del barrio revivieron.

“Destrozaron mi casa completamente”, afirmo al Correo del Orinoco un vecino (V) quien pidió mantener su nombre en el anonimato. Tal como lo contó “ese día la casa estaba sola”, por lo que no se enfrentó con los jóvenes; tampoco entregó a los manifestantes a las fuerza del orden público. “Me llamaron por teléfono y me dijeron: ‘se te están metiendo en tu casa’. Cuando llegué, ya todo había pasado, pero la gracia de estos muchachos me salió por 30 mil bolívares, porque debí reparar los daños que ocasionaron para entrar, más lo que debo pagar para reponer parte del material de trabajo que dañaron cuando entraron”, explicó.

El vecino, quien dijo tener 40 años de edad y “todos vividos en esta comunidad”, aseguró que no encuentra explicación del por qué de la agresión, “ni menos, a lo que sucedió después”, cuando muchos de sus amigos de toda la vida se volvieron contra él por el simple hecho de tener una postura política distinta y criticar lo que ocurrió.

“Fui la casa más afectada y, con todo y eso, algunos de mis vecinos de años, a quienes conozco desde que nací, y que me crié con ellos, me amenazaron; también, a las personas que me ayudaron a reparar mi vivienda”

Amenazas públicas 

De acuerdo con el vecino, las personas que censuraron a quienes manifestaban, y más aún, quienes los entregaron a la GNB han recibido amenazas por la redes sociales. “Las han publicado por Facebook y el Twitter de las personas que están siendo intimidadas. Escriben que les harán daño a sus madres, sus esposas y hasta a sus hijos por colaborar con la Guardia”, comentó.

“Tengo entendido que agarraron a 18 de los manifestantes, pero lo curioso es que los mismos vecinos, mis vecinos, ahora son capaces de amenazar de muerte a los que antes eran sus amigos”, indicó.

“Son los más radicales opositores al Gobierno los que hoy en día están publicando fotos y por Facebook y amenazan de muerte a sus vecinos”, subrayó. “Antes no era así”, aseguró, y agregó que, a pesar de que entre ellos se conocían las tendencias políticas, “se podía convivir”.

De acuerdo con Monsalve, una teoría que podría explicar la conducta de las vecinas y a los vecinos más radicales del barrio El Güire plantea que “la violencia y el control expresados por el agresor -en este caso, los guarimberos- provocaron que la comunidad opositora terminara identificándose con los atacantes, y esta afinidad los llevó a realizar acciones que consideraron en sintonía con los intereses de las personas que invadieron las viviendas”. En su criterio “se creó, en este caso, una relación patológica. No es normal que se aplauda o se reconozca al agresor”.

Monsalve puntualiza que una cosa es ser opositor y otra cosa es utilizar conductas agresivas para mantener el control. “El intolerante es un tipo narcisista que quiere autoafirmarse y por eso plantea situaciones de agresión, estableciendo que es él el que tiene la verdad”, dijo.

Para el vecino, una de las razones de “la radicalización de las opiniones políticas” de algunos habitantes de la comunidad, es “el envenenamiento” que reciben “a través de los medios de comunicación”, los cuales, en su opinión, “enferman a mucha gente que también se ha visto perjudicada por las guarimbas, y que aún así las sigue defendiendo”. Vecinas y vecinos “no son gente mala, son buenos, pero lamentablemente están severamente afectados”, sostuvo.

El profesor sugirió que la exposición constantes a ciertos medios de comunicación podrían tener alguna influencia en la conducta de la personas; sin embargo, señaló que “el tema es muy discutido, y no hay ninguna posibilidad de demostrarlo”. Lo único verificable, dijo, “es que en algunas personas existe una especie de perdida de la sensibilidad por el uso de ciertos motivadores”.

Hay mucha tensión 

El vecino expresa que siempre ha estado en desacuerdo con las guarimbas. “No puede ser que 50 muchachos tranquen el transito en el distribuidor Santa Fe y perjudiquen a miles de personas que pasan por ahí”, apuntó.

Aseguró que su oposición ante estos hechos siempre ha sido la misma, y que no es una opinión eventual por haber sido una de las víctimas directas. “Ellos saben que yo soy opositor a todas estas protestas y que siempre me he manifestado a favor de Chávez. Ya tengo más de mes y medio sin trabajar. Mis clientes no quieren venir por culpa de los hechos violentos que ocurren en la zona. Es muy duro. Hay mucha tensión, nadie se atreve a hablar sobre lo que pasó ni a manifestarse a favor ni en contra ”, declaró.

 

 Correo del Orinoco

 

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