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6.Dic.2018 / 08:17 am / Haga un comentario

Foto: AVN

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Una exreina de belleza y politóloga, un economista, un sociólogo y un político de trayectoria, fueron los contrincantes de Hugo Chávez Frías en las elecciones de 1998, y aunque eran muy diferentes entre sí, sus programas de gobierno eran muy similares, pues todos apostaban por la privatización, la apertura petrolera y seguir bajo el tutelaje de Estados Unidos.

Se trata de Irene Sáez, Henrique Salas Römer, Claudio Fermín, Luis Alfaro Ucero, los cuatro principales contendores de Chávez en el 98, de una lista que ascendió a 13 rivales, los otros nueve (Gonzálo Pérez Hernández, Miguel Rodríguez, Godofredo Marín, Radamés Muñoz León, Oswaldo Sujú Raffo, Ignacio Quintana, Alejandro Peña Esclusa, Domenico Tanzi y Alfredo Ramos) no destacaban en las encuestas.

Irene, la elegida de Luis Herrera

Para febrero de 1998 las encuestas daban como ganadora con un 40% de ventaja a Irene Sáez, quien se desempeñaba como alcaldesa del municipio Chacao, estado Miranda, un sector donde vive la clase media alta de Caracas y donde no había conflictos sociales.

A Sáez la propuso, como si no quisiera, el ex presidente Luis Herrera Campíns en diciembre de 1995, en los días en que el partido Copei veía diluirse la posibilidad de retornar al poder, reseña el libro Historia electoral de Venezuela 1810-1998, escrito por Jesús Sanoja Hernández.

Destaca el citado texto la exhibición internacional que tuvo Irene en 1997, una práctica «tan prestigiante a los ojos de la clases medias y de los apáticos por la política, con viajes a Estados Unidos, Colombia, Francia y el que en noviembre realizó al Vaticano. Desde los puntos claves del mundo, las noticias rebotaban por TV o por cable y por fotos de gran impacto».

Sáez, quien fundó su propio partido, Integración y Renovación Nueva Esperanza (Irene), logró aglutinar además del apoyo inicial de Copei, el de «fuerzas antipartidistas con ex miembros de los partidos, estamentos financieros y comunicacionales, admiradores de concursos de belleza y de la mitificada ‘Irenelandia’ (Chacao), sectores juveniles, de cultura light y por último con aquellos que, sin mayores ideales buscan montarse en el portaaviones electoral», recoge el citado libro.

«Irene Sáez era la candidata de Copei y la iglesia católica, ella había estudiado en su juventud con las hermanas salesianas», describe en entrevista con la Agencia Venezolana de Noticias (AVN), el periodista Jesús Moreno.

Agrega que en la candidatura de Irene había mucha influencia alemana, a través de la Fundación Konrad Adenauer, una organización creada por la Unión Democráta Cristiana de Alemania «para impulsar los ideales democrátas cristianos y socialcristianos, organización que tenía fuerte lazos con Copei».

El que liderara las encuestas durante todo 1997 y hasta abril de 1998 no fue suficiente para Copei, que le retiró su apoyo en la recta final y junto con Acción Democrática (AD) respaldó a Henrique Salas Römer.

Salas Römer, el empresario

Empresario, de clase pudiente, pertenece a familias oriundas de Europa, judía no practicante la del padre; católica y protestante de Alemania y Holanda la de la madre. Estudió el bachillerato en Estados Unidos al igual que la universidad, graduado de economía en la Universidad de Yale, eran varias de las características que difundían en 1998 sobre el candidato presidencial.

Fue gobernador del estado Carabobo desde 1989 hasta 1995, perteneció a las filas de Copei hasta que decidió fundar su partido Proyecto Venezuela con el que se lanzó a las elecciones de 1998.

Tuvo experiencia gerencial (Grupo Mendoza) y vínculos con el entonces presidente Rafael Caldera, fue promocionado por los medios y los sectores que lo apoyaron como «el buen gerente», describe Moreno quien explica que los promotores de su campaña lo hicieron así para no identificarlo con Fedecámaras, «aunque él representaba a este sector y a los empresarios»

Agrega Moreno, quien entonces cubría la fuente política para el diario La Calle, que de todos los candidatos, el oriundo de Carabobo, representaba «al más grande capital, a los judíos, que tienen grandes empresas en el país».

Moreno, quien fue perseguido por el gobierno del adeco Rómulo Betancourt por militar en el Partido Comunista de Venezuela (PCV) y en las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional (FALN), condición que lo llevó al exilio en la Unión Soviética, resalta que una de las razones para que el bipartidismo (AD-Copei) le diera su apoyo a Salas Römer y declinara con Irene Sáez y Luis Alfaro Ucero fue por «el gran capital económico que estaba detrás de este».

Luis Alfaro Ucero, el caudillo destronado

Uno de los principales miembros del cogollo de AD, conocido como «el caudillo», secretario nacional de la tolda blanca durante más de una década y secretario general del partido hasta mayo de 1998.

Su candidatura causó división y aumentó la crisis interna en AD. El 24 de noviembre gobernadores y miembros del Comando Estratégico Nacional (CEN) de la tolda blanca le piden la renuncia a Alfaro por su estancamiento en las encuestas, sin embargo, este insiste en continuar en la contienda por lo que es expulsado.

«Hasta le prohíben la entrada a AD, fue totalmente vetado», dice Moreno, quien describe que «El caudillo» además de representar la continuidad de la crisis que vivía Venezuela, también representaba el entreguismo de los recursos estratégicos del país a Estados Unidos.

«En realidad tanto Alfaro, Irene, Salas Römer, Claudio Fermín, signficaban la continuidad de la entrega de los recursos naturales al imperialismo. Todos ellos representaban los intereses de la oligarquía criolla», expresa Moreno, quien luego de su exilio de 11 años, regresó al país en 1970, durante el primer gobierno de Rafael Caldera.

Claudio Fermín, más de lo mismo

Ya en 1993 se había lanzado como candidato presidencial por AD, pero fue derrotado por Rafael Caldera. Sus lazos con Carlos Andrés Pérez lo hicieron inaceptable en la cúpula de la tolda blanca.

En octubre de 1997 llama a las bases de AD a alzarse contra el «cogollo» de Luis Alfaro, pero el CEN de la tolda blanca determina su expulsión. «Claudio Fermín trató de capitalizar algunos votos de la fragmentación que había en AD», expresa Moreno, quien agrega que el sociólogo trato de proyectarse como lo nuevo.

Su candidatura es apoyada por el partido Renovación. No logró conseguir ni 10% de respaldo en las encuestas desde febrero hasta septiembre de 1998. El 10 de noviembre renuncia a su candidatura.

Los candidatos que se midieron con Chávez en 1998, tenían propuestas de gobierno muy similares, además todos ellos apostaban a la privatización.

Por ejemplo, Salas Römer planteaba la continuidad al proceso de privatización. Incluyendo el servicios de correo y cárceles; Fermín por su parte proponía privatizar el sector aluminio; Ucero apostaba la privatización de la industria petroquímica, abrir las puertas a la privatización de todas las empresas, con excepción de Pdvsa y continuar el proceso de privatización de empresas no petroleras; mientras que Sáez creía en un Banco Central independiente.

«Eran más de lo mismo, era la continuidad de los gobiernos adecos y copeyanos que habíamos tenido», resalta Moreno, quien agrega que estos cuatros candidatos no lograron identificarse con el poder popular como lo hizo el Comandante.

Desde la sede del Diario VEA, donde hoy continúa ejerciendo el periodismo en la fuente política, recuerda que Chávez presentó un proyecto de país basado en el árbol de las tres raíces, que recoge el pensamiento y acción de tres grandes revolucionarios venezolanos: Simón Rodríguez, Simón Bolívar y Ezequiel Zamora.

«Chávez fue un patriota, que desde el principio se puso al servicio del pueblo y no a favor de los intereses de la oligarquía. Chávez apostó a destruir la podredumbre de los partidos, la gente estaba hastiada de los partidos. El representó la esperanza», concluye.

AVN

 

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