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Foto: Con el Mazo Dando
No pasó mucho tiempo para que quedara al descubierto el papel que juega de la derecha con los acontecimientos violentos suscitados en los últimos días en el país. Hasta ahora ningún vocero de los partidos de la contrarrevolución ha condenado la bestialidad con que los grupos armados han propiciado el incendio de entes públicos y menos aún y más lamentable, la muerte de compatriotas que por una u otra causa fueron alcanzados por los terribles episodios.
La historia no es nueva respecto a esta conducta. Ya el país la vivió en el pasado, sobre todo en 2014 a raíz de las guarimbas terroristas. Fue después de la desaparición física de 43 compatriotas y de las heridas causadas a casi un millar de sobrevivientes, cuando una que otra vez se atrevió a emitir algún débil soplido.
Actualmente, la dirigencia terrorista encabezada por Henrique Capriles, María Machado, Richard Blanco, Juan Carlos Guanipa y otros pseudos líderes serviles al imperio, han obviado hechos como el incendio del Instituto Nacional de Nutrición y la sede de Venezuela Nutritiva, ambos en Caracas; tampoco dijeron ni pío sobre la quema de las unidades de Misión Nevado en Barquisimeto; menos aún sobre el asedio de la residencia oficial del gobernador de Zulia, Francisco Arias Cárdenas.
Por el contrario, participan activa y públicamente en shows con los que pretenden acumular preferencias partidistas. Ejemplo de ello es que de buenas a primeras Capriles y Machado se convirtieron en católicos practicantes haciendo presencia en misas públicas, sin que se conociera de su afición previa por los templos. ¡Ni hablar de las comiquitas puestas durante el cierre de vías públicas! Donde además de fracasar, pasaron pena e hicieron el ridículo.
Este silencio hacia la violencia terrorista y apátrida tiene solo una lectura: complicidad. No hay otra.
Con el Mazo Dando