Opinión / Noticias / Eduardo Piñate
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Vivimos tiempos extraordinarios, tanto desde el punto de vista de las transformaciones revolucionarias que hemos logrado en estos casi 20 años de Revolución Bolivariana y las potencialidades que tenemos para profundizarlas, como desde el punto de vista de la virulencia de la respuesta del enemigo para detenernos y destruirnos. Pero así son las revoluciones cuando son verdaderas, en ellas «se triunfa o se muere», dijo el Che Guevara.
Estamos en un momento complejo y exigente en todos los órdenes, en una encrucijada histórica en la que los dos modelos -o modos- de producir y reproducir la vida material y espiritual de los pueblos confrontados buscan imponerse uno al otro. En esta encrucijada que no es local, sino planetaria, triunfa el mundo multicéntrico y pluripolar, el antiimperialismo, el socialismo, la paz y la vida; o se impone la unipolaridad imperialista, la barbarie capitalista burguesa y el fascismo. Nosotros, desde Chávez, optamos por la primera opción, la que nos libera.
El presidente Nicolás Maduro nos convocó a mantener de manera permanente los Congresos de los movimientos populares que están en desarrollo: el de la clase obrera, las comunas, los viviendo venezolanos, los indígenas, las mujeres y los estudiantes, entre otros. Entiende el camarada Presidente -y estamos de acuerdo con él- que es el método democrático y de masas para mantener cohesionado, unido y movilizado al bloque histórico popular, bolivariano, socialista y chavista de Venezuela.
En estos tiempos revolucionarios maravillosos que vivimos, en los que por determinación de la historia nos toca otra vez estar en la vanguardia de la lucha contra el imperialismo, no nos queda más que acerar nuestra conciencia y determinación de vencer, estrechar nuestra unidad y profundizar nuestra movilización en todos los espacios para continuar por la senda de la victoria. Seguimos venciendo.
Caracas, 18 de noviembre de 2018