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Dilma Rousseff asevera que las pruebas ponen cada vez más en entredicho la razón del juicio político en su contra, e insiste en luchar contra el proceso.
La presidenta suspendida de Brasil se refirió el martes a un informe del Senado brasileño, en el que este hace público que no hay pruebas que confirmen que ella haya incurrido en maniobras fiscales.
“La junta pericial del Senado ha afirmado que no hubo participación mía en esa cuestión comentada que es la de las pedaleadas fiscales”, dijo, y agregó: “está quedando cada vez más claro que son infundadas las razones que llevaron al proceso de impeachment”.
La dirigente aseguró seguir luchando contra el juicio político y sus consecuencias. De igual forma, arremetió contra el presidente interino, Michel Temer, por no poder gobernar sin hablar con el presidente suspendido de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha, y al tiempo se autocriticó por haber formado una alianza electoral con el Partido del Movimiento Democrático de Brasil (PMBD), presidido por Temer.
“El error más obvio que cometí fue la alianza con una persona que, explícitamente, frente al país entero, adoptó actitudes de traición y usurpación”, señaló Rousseff.
Tras destacar la delicadeza de la situación actual, la presidenta destituida de Brasil llamó a restaurar los logros que alcanzó el gigante suramericano durante años y preparar el terreno para el establecimiento de “una verdadera democracia”.
El Gobierno de Temer se ha visto implicado en los escándalos de corrupción de la petrolera estatal Petrobras, hasta el punto de tener que prescindir de tres ministros.
Rousseff está suspendida por la Cámara Alta brasileña mientras se estudia la celebración o no de un juicio político por haber “supuestamente maquillado” los fondos públicos. Sin embargo, un informe elaborado por senadores auditores y presentado el lunes exculpa a la mandataria de todo delito fiscal.
CO