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9.Jul.2016 / 12:24 pm / Haga un comentario

Dilma

La presidenta de la República Federativa del Brasil, Dilma Rousseff, reafirmó que no se rendirá ante el proceso parlamentario que intenta destituirla y continuará defendiendo los votos de los 54 millones de brasileños y brasileñas que la eligieron como jefa de Estado.

«No me voy a entregar, no me voy a rendir, tengo honra y dignidad», aseveró la Presidenta durante una concentración de movimientos feministas, que ser realizó el viernes en la ciudad brasileña, de Sao Paulo, en respaldo a la democracia y en contra del golpe encabezado por el presidente interino Michel Temer, refiere Telesur.

Para la mandataria el golpe de Estado en curso, que se oculta bajo la figura de un juicio político (impeachment) contra la mandataria por supuestos delitos fiscales, tiene un contenido machista porque existe un sector ultraconservador que quiere denigrar a la mujer.

«Tienen prejuicio en contra de las mujeres, los negros, la comunidad LGBT», debido a que están fuera del «cuadro tradicional», agregó ante la multitud.

Igualmente, señaló que la derecha del país recurre a este mecanismo para derrocar a su gobierno porque carece del apoyo popular para lograrlo por la vía democrática, lo cual representa un retroceso a la época de la dictadura cuando se elegía a los presidentes en el Congreso y no en las urnas.

«Es un golpe disfrazado de impeachment, es una elección indirecta porque jamás hubieran obtenidos los votos de la población», señaló, citada por Telesur.

Impeachment

En el proceso que se sigue desde mayo contra la Presidenta, cuando el Senado votó para separarla de su cargo y comenzar la investigación, la comisión legislativa no ha encontrado pruebas que la vinculen con los delitos fiscales de los que se le acusa.

El informe final de la Comisión será sometido a una primera votación, prevista para el 9 de agosto, en la que al menos 41 senadores, de los 81, deberán convenir para que prosiga el juicio. De aprobarse la continuidad del proceso, tendrá lugar el juicio final –entre el 25 y 27 de agosto, después de los Juegos Olímpicos, que serán entre el 5 y el 21– que determinará si Rousseff es destituida de forma definitiva. Para que eso ocurra, será necesaria una mayoría especial de 54 votos (dos tercios). De lo contrario, el caso será archivado.

Esta maniobra de juicio político es interpretada por los analistas como un golpe de Estado parlamentario contra el Gobierno progresista, y un atentado a las políticas sociales.
El 12 de mayo pasado, Michel Temer pasó a ser el presidente interino de Brasil y lleva adelante una agenda neoliberal que se aleja del plan de gobierno de Rousseff. Entre sus medidas está cambiar el sistema de pensiones y reducir la inversión social, aspectos priorizados durante el mandato de Rousseff, así como el cierre de medios.

 

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