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Foto: Cortesía
Por José Ponte
La colosal inverecundia de los integrantes del denominado G4 (Primero Justicia, Voluntad Popular, Acción Democrática y Un Nuevo Tiempo) es bien conocida por todos. Pese a ello, hay manifestaciones de esa desvergüenza que aun hoy nos sorprenden. Primero Justicia en un comunicado fechado el 27 de septiembre busca desmarcarse de esa tapadera llamada Voluntad Popular que sirve a Leopoldo López y Juan Guaidó para perpetrar sus operaciones criminales de robo, saqueo, extorsión y fraude. En cuatro parrafitos, los aurinegros pretenden borrar dos décadas de crímenes, traición y sedición continuas.
La payasada aquella del interinato hace aguas, de la nave en zozobra roedores de toda laya se apuran a abandonar el barco. Y lo hacen echando dedo a Juan Guaidó, dicen que no los escucha y por eso veladamente lo señalan de entregar y negociar los activos de Venezuela en el exterior a gobiernos y empresas extranjeras.
Este comunicado refuerza la tesis de Diosdado Cabello de que se trata simplemente de una pelea entre gánsteres inconformes con la repartición del botín. De lo contrario, qué otra cosa explicaría la repentina preocupación de los secuaces de Borges y Capriles por la preservación de los intereses de Venezuela.
Qué diablos significa eso de “la falta de receptividad de Juan Guaidó y los responsables del gobierno interino” que escriben en el citado documento. Significa que VP dejó fuera del reparto a los PJ y eso, en el mundo del crimen, resulta imperdonable.
La mayoría de los PJ no jugaron chapita -como decía el alicaído Daniel Ceballos-, son hijos de las oligarquías locales o validos oportunistas (caso Guaidó). Los formaron en colegios y universidades de derecha para ser cancerberos del sistema de exclusión capitalista. Luego los enviaron a universidades de Estados Unidos donde los terminaron de convertir en agentes del imperio: sumisos apátridas colonizados cuya única patria es el dólar.
Tal condición explica que la mejor propuesta que tengan para presentar al país sea tan malnacida como delegar la administración de los bienes de la República a “un ente externo de alto nivel”. Esa instancia de seguro tendría sede en Washington y estaría integrada por gringos, colombianos y falsos venezolanos. Habrase visto tan desventurada idea, concebida desde la profunda aceptación de la propia incapacidad de llevar adelante hasta sus propias fechorías.
El intentar lavarse las manos como Poncio Pilato, no aplica. Primero Justicia ha sido actor principalísimo en la guerra desatada contra el pueblo venezolano. Sus dirigentes, verdaderos tarados morales, han fungido como perpetradores o cómplices necesarios en una larga lista de delitos que incluye desde quemar gente viva hasta planear invasiones y magnicidios.
En un escandaloso acto de torpeza y falta de sentido de la oportunidad, presentan una propuesta de tutelaje con potencias extranjeras como garantía de “independencia, transparencia y buenas prácticas (…) para proteger los activos del país y preservarlos para el futuro”. Esto lo proponen a un país que sufre un largo asedio, martirio y despojo por parte de una coalición liderada por Estados Unidos.
La estratagema de intentar refrescar su imagen, a mes y medio de las elecciones, desmarcándose de un perdedor como Guaidó, se entiende. Ahora, no desmarcarse de la cruel e infeliz política de bloqueo y saqueo a la República e insistir en el discurso entreguista… la verdad que no sabemos si se trata de un espantoso acto de cinismo o de una mayúscula estupidez