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18.Jul.2021 / 12:34 pm / Haga un comentario

Foto: Referencial

Por Eduardo Piñate R.

El pasado fin de semana la contrarrevolución al interior de Cuba se movió. Como siempre, se movió con violencia, con saña, buscando provocar eventos que justificaran la inmensa e intensa campaña de infamias que, a través de las redes sociales y la canalla mediática mundial, lanzaron por todo el mundo. No es ninguna casualidad que esos hechos coincidieran casi exactamente, con la acción armada de bandas delincuenciales –con la participación de grupos paramilitares colombianos- en el suroeste de Caracas, específicamente en la Cota 905 y barrios aledaños y también con el asesinato del presidente de Haití, Jouvenel Moíse, en el cual están involucrados directamente 26 paramilitares (ex miembros –y al parecer algunos activos- del ejército colombiano) colombianos y varios estadounidenses. Pocos días antes, tanto el Almirante Craig Faller, Jefe del Comando Sur de los Estados Unidos y el Director de la CIA William J. Burns, anduvieron dando vueltas por Colombia y por Brasil, reuniéndose con los presidentes de ambos países y con otros elementos. En estos hechos se aplicaron dos principios de la guerra contra Venezuela: sincronización y simultaneidad de diversas formas de lucha: violencia armada y callejera, campañas mediáticas para deformar y encubrir la verdad, diversionismo ideológico y acciones políticas para profundizar el bloqueo y las medidas coercitivas unilaterales contra Cuba y Venezuela.

El bloqueo a Cuba ya va por los 60 años. En ese período han causado mucho daño a la economía y al pueblo cubano, mucho dolor, mucho sufrimiento a ese pueblo hermano. Pero no han movido ni un milímetro su dignidad, su moral gigante y su voluntad de lucha; como la que caracteriza a los hijos de hijas de Martí, de Maceo y de Fidel. La consigna que lanzamos siempre, “Cuba y Venezuela una sola bandera”, es una verdad corroborada por la historia, desde nuestras luchas por la independencia en ambos países, la solidaridad y la fraternidad entre los dos pueblos, nuestros líderes y nuestras organizaciones revolucionarias son la insignia que cargamos con honor; hasta llegar hasta el más alto nivel de ese relacionamiento histórico, político e ideológico con Fidel y Chávez, que nos hermanaron para siempre. El pueblo de Cuba respondió en la calle a la canalla fascista proyanqui, levantando sus banderas de lucha por el socialismo y la Independencia. Nosotros desde Venezuela los acompañamos, con Cuba siempre. Seguimos venciendo.

Caracas, 18 de julio de 2021

 

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