Opinión / Noticias / Carola Chávez

16.Nov.2017 / 08:39 am / Haga un comentario

chavistamente

¡Aló! ¿Gladys? Es Mireya, mi amor, que te llamo porque estoy que me pinchan y no sangro, manita… ¿Viste esa vaina de la Ley del Odio? Claro, que los chavistas dicen que es la ley CONTRA el odio, pero yo no nací ayer,  mijita, y además, yo si estoy bien informada y sé perfectamente quién trajo el odio a mi pobre y bello país.

¿Te acuerdas lo tranquilas que vivíamos antes los adecos y copeyanos en perfecta hermandad? Tu eras copeyana de toda la vida y yo jamás te hice un cacerolazo cuando gobernaba Caldera, ni tú viceversa cuando gobernó Carlos Andrés. Todo era un idilio hasta que llegaron los chavistas a creerse iguales y no señor, mijita, que bastante que me costó comprar este apartamento, para que venga un ranchúo a mirarme de tú a tú… Que sí, que tengo el apartamento porque Chávez prohibió la cuota balón, pero aún si no la prohibía, chica, yo habría conseguido la manera de pagar mi vaina, es más, lo hubiera preferido antes de tener que calarme que esta cuerda de lambucios tierrúos pretendan restregarme el cuentico de la cuota balón en la cara… pero no te salgas del tema de la Ley del Odio, my friend, que esa vaina es lo peor que le puede pasar a la gente decente y  pensante de este país.

Para empezar, como lo explicó fabulosamente bien Yolanda en su programa de radio: “hacer una ley de odio, energéticamente hablando, es fijar la palabra odio con sus connotaciones terribles, en el universo y eso cambia la toda energía a su polo negativo. Es como cuando el gobierno habla de guerra económica, fija en el universo la palabra guerra y así ¿a qué economía le puede ir bien?…” Yolanda proponía desde su programa, con una claridad y una valentía que, te digo, hasta se me aguaron los ojos, que el gobierno debía hacer en todo caso una ley del amor. ¿No es una belleza, Gladys? Porque a los chabestias esos no se les ocurren cosas así de bellas es que uno termina odiándolos. Ellos generan el odio y ahora nos lo quieren prohibir, chica… Eso no es posible.

Y no solo eso, mi amor, ahora también va a ser odio mentarle la madre a alguien que le tire el carro, por ejemplo, y más si el peligroso conductor es chavista, que tú sabes cómo maneja esa gente que hasta ayer andaba en chancletas y en autobús. Bueno, en el programa de Carlos lo explicaron clarito: tú vas por tu calle y le mentas la madre al chavista ese de la camioneta e inmediatamente te detienen y te llevan presa, porque en este país ya no se va a poder mentar madres en libertad. Ni al chavista de la camioneta, ni a los taxistas, especialmente a los que van en carros Chery, ni a nadie que se te atraviese, te choque, o atropelle a tu perrito, nada… Con la ley de odio ya no se podrá salir a la calle sin que te lleve un carro por delante y te deje espachurrada en medio de la avenida… Eso va a ser un terrible derramamiento de sangre, ya lo verás…

Y claro, como con la ley del odio uno no podrá ni quejarse porque ya me dijeron de buena fuente, tú sabes, Anita, la esposa del señor de la ferretería donde compra mi primo, que es amiga de la cuñada de una señora que la hace las uñas a la dentista de un sobrino de la esposa de un general… Bueno, ella me dijo que de ahora en adelante uno no se va a poder quejar porque el gobierno considera la queja un acto de odio, y para reprimirnos, reactivó los bombillos ahorradores aquellos, ¿te acuerdas? Los que espían, bueno, esos, para filmar a la gente que se queje dentro de sus casas y acusarlos de odiadores, y encerrarlos para siempre en sus mazmorras del SEBÍN, dime tú si podemos tolerar semejante atropello.

Y eso en la casa, pero en la calle, ya activaron a los colectivos, haciéndolos pasar por barrenderos, o inofensivos heladeros, o viejitas paseando perritos cuchis, todos espiándonos a ver si nos quejamos, para meternos presos ahí mismito. Es más, ya aquí, frente a mi edificio, hay como 50 colectivos disfrazados de gente que camina por la acera, vigilándonos para que no nos quejemos ni podamos odiar en paz.

Y claro, así vigilados, amordazados, implementarán todos esos planes diabólicos que hasta hoy habíamos podido frenar a punta de marchas libertarias, cacerolazos y guarimbas, todas formas de protesta, por cierto, consideradas formas de odio por la ley del ídem… Te decía, que ahora sí nos van a venir a quitar a nuestros hijos, bueno, a los míos y a los tuyos no, porque ya cumplieron 20 años y nadie se los terminó de llevar, muy a pesar de las amenazas… Pero sí los hijos de las familias jóvenes, chica, como los del piso tres, esos que se la pasan con una risas y una alegría, que me da una rabia, Gladys, porque dime tú ¿quién puede andar riéndose con esta situación país? ¡Un chavista, claro! Seguro que esos desgraciados son chavistas, ay sí, que alegre estoy, qué sonriente, con mi marido y mis dos niños preciosos… la idiota esa, que claroooo, seguro le traen la comida para su casa, gratis, como una buena enchufada… Miserable… Ya le voy a ver la cara cuando le quiten a sus niños y se los lleven a Cuba, ya me voy a reír yo… Aunque yo creo que a esos chavistas desgraciados les encanta la idea de se lleven a sus hijos para así no tener que mantenerlos ellos, tú sabes, comadre, que esa gente es así de sinvergüenza… ya la quiero ver, eso sí, cuando le metan a vivir en cada cuarto de su apartamento a una familia de cubanos, porque eso es lo que viene, mi amiga, anótalo.

Esa ley del odio da para tanto, que leí en un Whatsapp que me rebotaron un un tal Eugenio Martinez que es un experto de esos que sabe de todo, que esa ley obliga a la policía y a reprimir violentamente a los manifestantes encapuchados y pacíficos que les lancen morteros, molotov o puputovs… O sea, amiga, que en este país ya no se le va a poder ni echar frascos con mierda a la policía… y todavía quieren que no digamos que esto es una dictadura, porque decir dictadura, según esa ley, también es odio…

Ya aquí no se va a poder decir ni hacer nada. Ahora te van a tener que gustar los negros, los pobres, los maricos, los chavistas… Y tú sabes bien que yo no soy racista, ni antigay, ni nada, yo respeto a los que piensen distinto, pero nadie me va a obligar con una ley a calarme a un chavista y tener que sonreírle a un marico que salude a mi hijo o permitir que Marielita se me case con un negro ¡Libertad, libertad!

Por eso te digo, no te dejes engañar, no leas esa ley porque lo que dice son puras mentiras, la verdad verdadera es todo esto que te acabo de explicar con información recopilada de gente seria. De todos modos, después te lo mando todo resumidito en una cadena de Whatsapp y ¡ruédalo!

Yo te digo, chica, es que esos chavistas hacen esas leyes horrorosas y después quieren que uno no los odie.

Y te dejo porque me quedé sin saldo y me duele la cabeza de la rabia que me da… ¡Con mi odio no van poder! ¡No es no!

CAROLA CHÁVEZ
Carolachavez.wordpress.com

 

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