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Fotos: AVN
A menos de 2 kilómetros del inmortal Campo Carabobo, municipio Libertador del estado Carabobo, se sitúa el Asentamiento Campesino Cerro Negro, espacio donde unos 70 agricultores vienen impulsando el conuco para garantizar la producción de alimentos para su consumo familiar y algunas comunidades vecinas.
Entre todos disponen de unas 200 hectáreas de tierras, cuya titularidad les fue entregada en Revolución por el Instituto Nacional de Tierras (Inti) para desarrollar la siembra de distintos rubros agrícolas, incluso alguna experiencia ganadera, avícola y porcina en menor proporción.
“Aquí se produce de todo un poco. Todos tenemos el mismo objetivo que no es otro que ser cada vez más productivos”, destacó Braulio Fernández, uno de los agricultores que labran estas tierras.
Acotó que con estas pequeñas unidades productivas o parcelas familiares, como ellos las denominan, vienen generando la producción de rubros como topocho, cambur, auyama, quinchoncho, caraotas, frijol, piña, ñame, ají, mango, entre otros.
“Recientemente, en una de estas parcelas se logró descosechar cerca de 2 toneladas de caraotas. Si englobamos lo que produce cada uno de los distintos conuqueros es significativo lo que tenemos, estamos empecinados en creer que no hay guerra económica, que no hay acaparamiento ni desabastecimiento alguno que pueda dominar al pueblo organizado y luchador”, manifestó.
Con machete en mano, el campesino narra como transcurre una faena de siembra o cosecha en este asentamiento, el cual, a pesar de no poseer las viviendas para que las familias vivan en esos espacios, la jornada comienza muy temprano en la mañana.
“El cantar de los gallinetos nos da la bienvenida a cada jornada en los conucos. Desde tempranito se ve a los hombres a pie, en carro, o en bicicletas a emprender la faena (…) es sabroso preparar la tierra, tumbar o deforestarla para la producción. Es tan sabroso como saber que no hay amenaza que nos detenga”, manifestó.
Agua, vialidad y electrificación
Debido a la falta de agua que aqueja a este asentamiento campesino carabobeño, los productores sólo pueden aprovechar el ciclo de invierno para sembrar alimentos.
En este sentido Braulio Fernández señaló que han elevado ante diferentes instancias del Ejecutivo proyectos para la construcción de pozos profundos que les permitan contar con el vital liquido durante todo el año, lo que significaría un incremento sustancial en la producción de alimentos, incluso de ciclos cortos como lechuga, maíz, cilantro, entre otros, para sí diversificar los rubros para el sustento familiar y comunal.
A la falta de agua se suman la necesidad de que se mejoren las vías de acceso a este asentamiento, el cual se encuentra en condiciones criticas. También la electrificación del sector es solicitada por estos conuqueros, lo que a su vez redundará en mayor seguridad.
Por su parte el campesino Wilmer Figueroa, comentó que con mejorar las condiciones de agua, vialidad y electricidad serán mucho más productivos.
“Pero más allá de las debilidades como una vivienda, agua, vialidad y electrificación, tenemos la voluntad de sembrar alimentos y de contribuir a que la economía del país salga adelante”, destacó.
Hizo un llamado a quienes cuentan con tierras para que las pongan a producir. “Que se sumen a la siembra, la única forma que hay para derrotar todos los ataques es con el trabajo”.
Experiencia acumulada
En este asentamiento campesino también hace vida la señora María Luisa Caballero, quien a sus 92 años de edad explica la importancia de que los venezolanos le den el valor real que posee la agricultura.
“Desde los 13 años trabajo la agricultura. Eso fue lo que les enseñé a mis hijos. Se sembrar una mata de ñame, una de cambur, de quinchoncho, de arroz, de todo, y así crié a nuestros hijos, todos son agricultores”, manifestó orgullosa.
Comentó que en la actualidad la gente ha dejado el campo y la siembra, razón por la que es importante retornar a esta labor importante para todo el pueblo.
“Ya la gente no quiere trabajar el campo, y es muy importante que se retome la siembra, el trabajo en la agricultura. Esto es hermoso trabajar la tierra. En buena hora le digo que no se lo que es ir a una puerta de bodega para buscar caraotas o frijol porque todo lo hemos sembrado siempre, todo lo producíamos nosotros”, dijo.
Ante la convocatoria realizada desde el Gobierno Nacional de promover la siembra masiva a toda escala, la señora María Luisa recomienda a las familias que arranque aunque sea con una matica.
“Se puede comenzar aunque sea con una matica de cilantro para tener para aliñar las caraotas, que no tengan que ir a comprarlas afuera. Que Dios nos permita que vuelvan los tiempos que la mayoría producimos alimentos”.
AVN